Revista CR: El cuidado, gesto amoroso con los demás y con uno mismo
Sociedad y valores Revista CRPara cuidar hay que prepararse porque sólo damos aquello que somos, aquello que tenemos. Necesitamos cuidarnos
Para cuidar hay que prepararse porque sólo damos aquello que somos, aquello que tenemos. Necesitamos cuidarnos
Sentarse a la mesa todos juntos para comer, para charlar, para resolver conflictos, para diseñar proyectos, para firmar compromisos, por razones materiales. Sentarse a la mesa por razones vitales, unos a otros nos enriquecemos cuando compartimos, estamos juntos, alimentamos las propias necesidades: presencia, hospitalidad, compañía, palabra, cuidado, afecto y amistad.
En las ciudades, somos testigos de la realidad de hombres y mujeres durmiendo en la calle, en los portales de comercios y bancos, en los espacios hondos de las entradas de los edificios, ahí se montan, con cartones, su zona para descansar, para protegerse… todo lo verán desde el suelo y hace mucho frío.
“Si perdemos de vista nuestra misión, perdemos nuestra identidad”
Acompañar, es un arte, una necesidad, un don. Cuando hay amor “aunque estés solo, no estás solo”
Hablar de fidelidad hoy es exagerado, se puede opinar, cuando nos movemos en una cultura de “usar y tirar”, de ahí el comentario: “¡La fidelidad está sobrevalorada!”
No se puede bajar el listón, no conviene conformarse con mínimos; acomodarse tiene peligro. No es una paranoia plantearse la superación de las propias capacidades y, consecuentemente, el crecimiento personal y que los valores estén presentes en nuestro vivir. Aprender de la experiencia, avanzar en el propio trayecto vital. No quedarse inmóvil por el conformismo y la fatalidad ¡Qué le voy hacer! ¡Soy así! Uno es lo que quiere ser. Los errores son oportunidades.
Confiar es apostar, no tenemos certeza del éxito, tampoco del fracaso. Hemos de elegir entre la alternativa de confiar y la alternativa de no fiarse. Esta segunda es peor, si no arriesgamos perdemos la oportunidad y negamos la oportunidad de algo nuevo, diferente, que aporte experiencia, conocimiento, para responder a la vida, a las necesidades, a las inquietudes e interrogantes. La confianza es posibilidad.
Confiar, no es nada extraño a nuestra biología, a nuestra naturaleza. Remitámonos al comportamiento de los bebés: cómo se abandonan en los brazos de los adultos. Si no fuera así, ¿a dónde llegarían? O ¿a dónde no llegaríamos?, si no se arriesga, no se avanza… somos la especie más dependiente y confiamos en el cuidado de nuestros Padres. Necesitamos de la confianza en los demás.
Comprometerse es implicarse, formar parte, pertenecer, tomar partido. Es significarse, no tanto de cara a los demás, sino de cara a uno mismo… Necesitamos comprometernos. Es una necesidad y una capacidad más que nos constituye y nos define como humanos. Saberse perteneciente a un mundo, en un contexto, en una realidad. Espacios donde descubrimos cuales son nuestras necesidades y nuestras posibilidades. Y todo está en nuestras manos, depende de cada uno y, entre otras variables imprescindibles, de cómo nos relacionamos.
En una relación comprometida, no conforma ni conforta el sobrevivir, el exigir, el esperar, sino dar respuesta, “hacer”, desde las posibilidades que se poseen y se descubren en las relaciones. Éstas también nos descubren quiénes somos…
Recogemos tres artículos para responder a las preguntas: ¿Es posible, para la mujer, soñar en la Iglesia? ¿Qué sueñan las mujeres?
Tener un hijo adolescente… ¿Es tan difícil como parece?, ¿cómo debemos actuar los padres?, ¿tengo que ser amigo de mi hijo?,… Así nos podríamos plantear infinidad de dilemas y preguntas a las que no encontramos una clara y única respuesta.