Al hablar de la espiritualidad dominicana, es decir, de nuestro modo de relacionamos con Dios y de nuestra forma de vida, se suele hacer referencia a los cuatro pilares que comparte toda la Familia Dominicana: la oración, la comunidad, el estudio y la predicación. Pero también existen otros elementos que son característicos de alguna u otra de las ramas que conforman la Familia: la mendicancia, docencia en Sagrada Teología, la itinerancia, el sistema de gobierno democrático y la pluralidad, la educación, la oración contemplativa...
Todos estos elementos, de cierta manera, muestran cómo seguimos a Jesucristo según el estilo que nació con santo Domingo y que fue desarrollado por sus hermanos y hermanas en la Orden de Predicadores.