Fr. Manuel Santos Sánchez O.P.
“La vida religiosa se ha manifestado siempre como una radicalización del común espíritu fraterno que une a todos los cristianos... Expertos en comunión, los religiosos están llamados a ser en la comunidad eclesial y en el mundo testigos y artífices de aquel proyecto de comunión que está en el vértice de la historia del hombre según Dios” (8).
Los religiosos queremos vivir la comunión típica de la vida religiosa, de nuestra vida fraterna comunitaria. Es una concreción distinta de la única comunión de los cristianos y distinta de la que viven los cristianos casados, solteros, sacerdotes… Se puede hablar de modalidades distintas de la misma comunión. Los religiosos nos comprometemos a vivir la comunión cristiana de una manera diferente y por unos caminos distintos a los otros cristianos, ni mejores, ni peores, distintos.
El religioso quiere vivir su seguimiento de Jesús, su pertenencia a Cristo y su pertenencia a los hermanos, viviendo en comunidad, haciendo la promesa de los tres votos y todo ello en orden a la misión específica de cada Orden o Congregación.
8. La Vida Fraterna en Comunidad, 10 d.