Nació en Sueros (Mieres, Asturias) el 21 de julio de 1886 y muere en Oviedo, por causa natural, durante el asedio de la ciudad, el 6 de octubre de 1936. Su proceso de beatificación se tramita en Roma en la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos. No ha dejado más escritos que cuarenta y siete cartas a su hijo cuando se formaba para dominico. Pero en ellas brilla, junto a su elevado espíritu cristiano y su celo apostólico, la solicitud por su familia y su sensibilidad religiosa. De ellas entresacamos estos textos:
Carta del 6 de noviembre de 1933:
“A la Sagrada Familia, a la que tu escogiste como patrona de tu vida religiosa, es a la que rogué siempre me diera acierto para educaros bien. Y veo que me lo concede.
Estoy llena de satisfacción porque los tres hijos vais por muy buen camino, pues ¿qué mayor felicidad y contento puede haber para los padres que ver a sus hijos con una carrera y bien educados? Esta es la misión que tenemos que cumplir en este mundo los padres.”
Carta del 8 de mayo de 1936:
“No te puedes dar idea de la gran alegría que me dio tu carta en la que me felicitabas por la Pascua de Resurrección. Es la fiesta más hermosa para mí, pues ya que Cristo pasó tanto por nosotros pecadores hasta expirar en la cruz, precisamente por eso no se puede describir la inmensa alegría que reina en nuestros corazones en esta fiesta, a la par de la satisfacción y el contento de su santísima Madre después de haber sufrido tanto por su santísimo Hijo. Todo cuanto nos preparemos y molestemos para celebrar esta fiesta es poco”.