Comienza tu oración con la postura y el modo que más bien te haga. Puedes recitar alguna oración breve: "Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus hijos", u otra que te haga bien. Es bueno intentar que todo tu ser esté en la presencia de Dios.
Tema: Jesús realidad y signo de nuestra salvación
Qué importante reflexionar sobre el "signo" ¡Que los signos nos lleven a la realidad significada!
Jesús encarna, significa la Majestad de Dios. En el tiempo y en el espacio Jesús como hombre era limitado. Tuvo una vida breve; una patria pequeña. Apenas cruzó las fronteras de su país... sólo cuando era niño. Casi nunca habló con extranjeros. A los pastores Dios les da un signo, una señal: un pesebre. Señal de pobreza.
"Quien me ve a Mi, ve al Padre".
Jesús hacia "signos", daba "señales". A veces le molestaba que le pidieran signos para manifestar su poder. Escogió discípulos para que hicieran signos, incluso cosas mayores (Hechos, 15,12).
El signo ayuda a la fe, pero no la fuerza: no es algo que te empuja: señala el camino. El signo es signo y la fe es fe. La invitación de Jesús es clara, pero queda intacta la libertad:
La cura repentina; acallar a la tempestad; dar de comer a la multitud: son signos que señalan una PRESENCIA, pero no obligan a la fe. Unos creyeron, otros no.
Jesús iba multiplicando los signos: Jn. 11,47 ¡!!!
A Jesús le mataron por sus signos. Así estaba escrito: "Este niño está destinado a ser SIGNO de contradicción".
El signo es DESAFIO. Es invitación a decidirse: a favor o en contra.
El signo acaba con la indiferencia: abre opciones fundamentales (estos Ejercicios son un signo presente en nuestras vidas).
El signo trae la presencia de Dios: nos podemos ACERCAR o alejar.
La mano de Dios cura = es signo de salvación. ¿Quién no quiere ser curado?
Pero al curar nos pone ante un PODER MAYOR. Así pasa con el ciego de nacimiento: ¡¡cuántos problemas después!! : "¿Quién te curó?". Alrededor del SIGNO inquietud, resistencia, oposición. HAY SIGNOS QUE MOLESTAN (Hoy a muchos molesta la Cruz en las escuelas, etc.). Al hombre, a ti y a mi nos molesta que nos estropeen nuestros planes; que ni siquiera Dios cambie mis planes; mis cálculos.
Una vez curó Jesús al demente que andaba desnudo. Los "gírasenos" le pidieron a Jesús que se marchara. Era molesto. "Les entró temor".
Molestos ante la presencia de un poder nuevo. No querían correr el riesgo de tener que cambiar. El SIGNO es algo perturbador. Hay un grito en la raza humana: "¡Por favor, no me moleste"! Lo que todo el mundo quiere es que le dejen en paz. La gente ama la RUTINA. Los gírasenos despacharon a Jesús: "intruso". Y los hombres de hoy hacemos lo mismo. "Jesús subió a la barca y se marchó".
Un pobre puede ser algo molesto; un peregrino, un enfermo, un extranjero, un miembro de la "comunidad", del grupo que sea profeta. Cualquiera de nosotros que "signifique algo", que sea signo de algo.
Jesús se marchó sin decir palabra. No se impuso. Allí quedaba el signo, para bien o para mal. El signo muestra el CAMINO, pero respeta LA LIBERTAD.
La fe no es comodidad; no es seguro de vida.
La fe es la capacidad de dejarse perturbar. Es dar entrada a Dios en mi vida: Asimilar lo inesperado Dejarse sorprender. Y así adquirimos capacidad de sorprender a otros. Adquirimos la capacidad de ser portadores de la fe: signos e instrumentos de la gracia. (Y esto me hace recordar en este momento tantas personas, también matrimonios, seglares, que lo dejan todo para servir a Jesús: en sus Parroquias, en países pobres. Sin ruido, sin ninguna clase de publicidad. Hoy hay muchos, muchos signos en este sentido).
También nosotros cuando actuamos en nombre de Jesús somos SIGNOS DE CONTRADICION. Cuando le hacemos presente con nuestra conducta; con la palabra. Cuando cualquiera de nosotros entra en la sociedad, en el grupo de amigos, en la familia o trabajo y LLEVAMOS LOS VALORES DE JESÚS, somos SIGNOS de EL.: "Quien a vosotros oye, a Mi me oye".
Los Profetas eran molestos: De Elías decían: "Ahí viene el inoportuno". Los profetas eran la conciencia, la VOZ DE DIOS: para muchos algo molesto, incómodo.
Conclusión: Algo me debe decir a mi todo esto.
Que la gracia de Dios, el Espíritu Santo me ayude a discernir.