Al empezar
- Ponerse en Presencia de Dios: está aquí. me ama, me mira
- Un Padrenuestro, despacio
- En silencio: adorar
- Humildad, sentirse dependientes de Dios. Necesitados de todo
- Nos acercamos al trono de la misericordia
- Dar gracias: Por la vida que tengo. Por el día de hoy…
- Pedirle perdón.
- Pedir la gracia de vivir este día de Ejercicios Personalizados.
Día 22: Abres horizontes insospechados
A estas alturas, después de tres semanas de esfuerzo, de oración, es bueno sentir el gozo por todo el camino recorrido; por lo bueno que ha sido Dios conmigo.
Lee despacio el relato de San Lucas sobre los discípulos de Emaus: Lucas cap.24
Intenta ser uno de ellos.
Tus dudas.
En algún momento ¿arde tu corazón?
Medita despacio este trozo del Evangelio.
Escribe lo que sientes.
Mándame ir a Ti:
Me abres horizontes insospechados. Das sentido a mi vida. Ensancha mi corazón para que te ame y te sirva.
Infunde esperanza: que nuestras inquietudes por las injusticias sean aquietadas algún día.
Juzgarás al mundo y nada se te escapará.
Tú das sentido a nuestro sufrimiento, a los sentimientos de impotencia, de fracaso.
“El que quiera venir en pos de Mi, niéguese a sí mismo.”
Tú nos sostienes en los momentos de debilidad, cansancio, desfallecimiento.
“Yo he vencido al mundo.”
“El Espíritu Santo pondrá en vosotros las respuestas más convenientes.”
Estás a nuestro lado, como estuviste al lado de los discípulos de Emaus, y partes para nosotros el pan y la paz.”
Ojalá se abran nuestros ojos y le descubramos
en las cosas sencillas de cada día,
en los hermanos,
en la Eucaristía.
Al terminar
- Adoras en silencio. El tiempo que creas necesario.
- Puedes repetir la palabra o idea que más te haya llamado la atención.
- Das las gracias por el rato que has pasado en su presencia.
- Rezas despacio un Avemaría a Nuestra Señora.