Al empezar
- Ponerse en Presencia de Dios: está aquí. me ama, me mira
- Un Padrenuestro, despacio
- En silencio: adorar
- Humildad, sentirse dependientes de Dios. Necesitados de todo
- Nos acercamos al trono de la misericordia
- Dar gracias: Por la vida que tengo. Por el día de hoy…
- Pedirle perdón.
- Pedir la gracia de vivir este día de Ejercicios Personalizados.
Día 2: Disfrutar de Dios
Toda la pedagogía de la vida espiritual debe conducir a disfrutar de Dios.
¿Disfruto de Dios?
¿Por qué sí ó no?
¿Me siento agobiado?
¿Qué cosas me agobian?
¿La religión me agobia?
Pienso y escribo sobre estas preguntas. (Procurar no salirse del tema)
Leo despacio Juan 8, 1-11
Reflexiono, oro, rezo.
Jesús nunca condicionó sus ideales:
Al bienestar personal: abandonó a su Madre; tu vida fue austera: “no tenías donde reclinar la cabeza”; y marcada por un ritmo agobiador de trabajo: “ni tiempo tenían para comer”.
Al éxito humano. No quisiste que te hicieran Rey. Pedías que no publicaran tus milagros.
A la estima de los demás: Te enfrentaste con los fariseos. Reprendiste duramente a Pedro; dijiste cosas muy duras que hicieron retroceder a muchos de tus discípulos.
No condicionaste tus ideales a la satisfacción de ver el fruto de tu trabajo: Marchabas de un sitio a otro, sin detenerte a gozar del bien que realizabas. En tu vida hubo muchos fracasos humanos, hasta culminar con el máximo fracaso humano de la Cruz.
Al terminar
- Adoras en silencio. El tiempo que creas necesario.
- Puedes repetir la palabra o idea que más te haya llamado la atención.
- Das las gracias por el rato que has pasado en su presencia.
- Rezas despacio un Avemaría a Nuestra Señora.