Al empezar
- Ponerse en Presencia de Dios: está aquí. me ama, me mira
- Un Padrenuestro, despacio
- En silencio: adorar
- Humildad, sentirse dependientes de Dios. Necesitados de todo
- Nos acercamos al trono de la misericordia
- Dar gracias: Por la vida que tengo. Por el día de hoy…
- Pedirle perdón.
- Pedir la gracia de vivir este día de Ejercicios Personalizados.
Día 3: Pertenecemos a Dios, nunca estamos solos
Estamos salvados. Pertenecemos a Dios. Nunca estamos solos.
Sentimiento es todo aquello que sentimos: lo que vemos, oímos, hablamos, tocamos. Todo lo que va quedando en nosotros. Luego se reproduce con frecuencia: son los sentimientos: así la antipatía o la simpatía; los sentimientos egoístas o de generosidad; la estima o el rechazo. La compasión.
¿Qué sentimientos negativos tengo en mí?
¿Qué sentimientos positivos tengo?
¿Qué es lo que prevalece?
Después de reflexionar con calma, escribe.
Estamos hechos para gozar:
¿por qué no gozo? ¿qué me falta?
Piensa en lo que contestarías a estas preguntas. Si una persona te diera esas contestaciones, tú, ¿qué le dirías? Escribe.
Lee despacio. Repite lo que más te guste, reza con alguno de estos tres salmos:
Nº 8: Bondad de Dios
Nº 104: Gloria de Dios
Nº 139: “Tú me has examinado y me conoces”
Quédate con el versículo que más te guste. Repítelo, saboréalo.
Da gracias por esta hora
Escribe alguna conclusión, lo que sientas ahora.
“Alma de Cristo, santifícame:”
Señor, ayúdame a conectar mis ideales con todos los momentos y circunstancias de mi vida: vivir la grandeza de lo cotidiano, de lo pequeño.
Ayúdame a tener como objetivos de mi vida:
Fidelidad a la oración, aunque no tenga consolación.
Hacer tu voluntad, aunque no sienta estima en los demás
Y a tener una caridad sin fronteras.
Al terminar
- Adoras en silencio. El tiempo que creas necesario.
- Puedes repetir la palabra o idea que más te haya llamado la atención.
- Das las gracias por el rato que has pasado en su presencia.
- Rezas despacio un Avemaría a Nuestra Señora.