Al empezar
- Ponerse en Presencia de Dios: está aquí. me ama, me mira
- Un Padrenuestro, despacio
- En silencio: adorar
- Humildad, sentirse dependientes de Dios. Necesitados de todo
- Nos acercamos al trono de la misericordia
- Dar gracias: Por la vida que tengo. Por el día de hoy…
- Pedirle perdón.
- Pedir la gracia de vivir este día de Ejercicios Personalizados.
Día 8: ¿Qué cosas hay desordenadas en mí?
Intento hacer una lista de cosas que hay desordenadas en mí. ¿Qué desorden tengo?
¿Qué hay desordenado a mi alrededor, cerca de mí? ¿Me afecta?
¿Qué encuentro desordenado en el mundo?
Procura tomar nota, después de la reflexión.
Es buen momento para hacer silencio. Unirte todo lo que puedas a Dios:
Fuente de vida
Fuente del orden
Pídele que envíe su luz, su espíritu a esas zonas de desorden, a tus desórdenes:
A los cercanos,
a los del mundo.
Toma conciencia del poder del mal sobre mí: sobre el mundo.
Lee Juan 8,1-11
Si puedes mira a un crucifijo
Es bueno que escribas sobre tus desórdenes
“Señor, quiero descubrir tu mirada sobre mis desórdenes.
Ayúdame a comparar tu cansancio con mi vida cómoda.
Señor, quiero vivir en constante tensión de servirte.
Preocuparme algo por los demás,
Que me duelan los sufrimientos de los otros.
Que aprenda a rezar en plural.
Señor, ayúdame a superar mis egoísmos.
Al terminar
- Adoras en silencio. El tiempo que creas necesario.
- Puedes repetir la palabra o idea que más te haya llamado la atención.
- Das las gracias por el rato que has pasado en su presencia.
- Rezas despacio un Avemaría a Nuestra Señora.