Concilio de Trento
Este Concilio ecuménico, llamado Contrarreforma, buscaba reformar la Iglesia para para corregir su profunda crisis y contrarrestar la Reforma protestante.
A comienzos del siglo XVI, se veía en el seno de la Iglesia la necesidad de tomar medidas para corregir su profunda crisis, que abarcaba a todos sus estamentos. Dicha crisis, además, se agudizó por los cambios socio-políticos que estaba viviendo Europa, mientras que la Iglesia seguía anclada en esquemas medievales.
Y a eso se sumó, sobre todo, la amenazante Reforma iniciada por Lutero, que ponía aún más en peligro a la Iglesia. Por eso, el Papa Pablo III (1468-1549) decidió convocar un Concilio ecuménico. Éste se celebró en tres fases y abarcó, en total, del año 1545 a 1563.
¿Qué busca el Concilio de Trento?
El objetivo principal de este Concilio fue reformar la Iglesia, centrándose fundamentalmente en contrarrestar la Reforma protestante. Por eso, a la reforma promovida por Trento se le llamó «Contrarreforma» o «verdadera Reforma». Éstos son sus puntos principales:
- Contra la Sola Fides: Trento afirma que la fe ha de ir acompañada por obras. Si no, no es verdadera fe.
- Contra la Sola Gratia: Trento afirma que para alcanzar la salvación es necesario, además de la gracia divina, la acción de la Iglesia jerárquica, pues ésta hace las veces de Cristo en el mundo para predicar el Evangelio, enseñar la Verdad revelada, celebrar los sacramentos y gobernar al pueblo fiel.
- Contra la Sola Scriptura: Trento afirma que es necesario que la Biblia sea interpretada y explicada por el Magisterio de la Iglesia, es decir, por el Papa y los obispos. Por tanto, se prohíbe al pueblo fiel leer o escuchar textos bíblicos sin la ayuda de una buena explicación y que éstos sean publicados en las lenguas nativas de cada país. Y se opone rotundamente a la iconoclastia protestante.
- Contra el Solus Christus: Trento afirma que, si bien Cristo es el único mediador que pone en contacto a los seres humanos con Dios, ello no impide que los santos y la Virgen María intercedan con sus oraciones por cada uno de nosotros ante nuestro Señor.
- La Iglesia católica admite el postulado del Soli Deo Gloria, aunque subrayando que se trata del Dios trinitario.