Alzo mis manos hacia ti
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Reflexión bíblica de fray José Fernández Moratiel, fundador de la Escuela del Silencio
La flor de loto nace en una charca en medio del lodo y siempre tiende hacia el cielo, nunca se detiene ni en el agua aunque esté limpia y pura.
No importa que en el silencio percibamos sensaciones, pensamientos, imaginaciones que no son tan frescas como hubiéramos deseado.
Nuestro ser verdadero puede brotar, atravesar todo y tender hacia el cielo. Por eso importa el no detenerse en nada, ni pensamientos aunque sean purísimos, ni en las emociones aunque sean bellísimas. No hay que pararse.
En el silencio no hay que tocar nada, es mejor atravesarlo todo.
En el silencio ábrete a Dios, al cielo, a lo Absoluto.
Fray José Fernández Moratiel