Despierta tu que duermes y te iluminará Cristo
Reflexión bíblica de fray José Fernández Moratiel, fundador de la Escuela del Silencio
La tierra entera espera cada día el amanecer, cada día la creación aguarda esa primera luz que es para este cosmos un inmenso júbilo.
La tierra nunca se acostumbra al amanecer. La creación lo espera como algo nuevo, imprevisible que le puede llenar por sorpresa.
¡Despierta tu que duermes! En el silencio puede haber como un amanecer, una luz se nos puede hacer presente.
Este sueño es el letargo en que nos hunde la maldad, el egoísmo, el desorden, la ambición...; cuando todo esto va cesando amanece la luz en nuestro corazón y se va haciendo presente un júbilo, se va haciendo presente una paz. El silencio se nos vuelve luz, como un amanecer.
Que todo vaya cesando en el silencio, que todo se vaya consumiendo, quemando, en este amor que es el silencio y será esta hora como una hora de amanecer para ti.
“Despierta tu que duermes y te iluminará Cristo”.
Dejad que el silencio se extienda a todo el cuerpo, que se propague por todo lo que somos. El silencio puede ser vida de nuestro cuerpo. No tengáis miedo a dar silencio a vuestros puntos de vista, a vuestras opiniones, a lo que normalmente pensamos. Nunca debemos detenernos aunque sean hermosos pensamientos, es señal de nuestro egoísmo que busca siempre complacerse.
No tengáis miedo a dejar vuestros sentimientos, ellos van y vienen, vienen y os dejan, dejadles que se vayan; es vuestra superficialidad.
Vivid el silencio con esta confianza. El silencio así es desapego. Pero recuerda que en el silencio te vuelves tu mismo, eres verdaderamente tu mismo. En el silencio por eso vives en comunión con todos y con todas las cosas porque no buscas otra cosa que ese ser íntimo; a veces, son las cosas las que nos aíslan y distancian, a veces son las opiniones las que nos enfrentan con los demás. Cuando todo esto se sosiega y calma tu corazón vives en armonía con el resto de los seres humanos y de la creación. En el silencio te vuelves uno con todas las cosas.
Fray José Fernández Moratiel