Sopló aliento…

Sopló aliento…

Reflexión bíblica de fray José Fernández Moratiel, fundador de la Escuela del Silencio


En la inspiración dejad que suavemente Dios nos llene de su vida, y en cada expiración dejad toda vuestra vida en el Señor. Como que vuelve y retorna y se abandona a Dios; igual que se retira el mar de la playa y vuelve a sí mismo.

La respiración es un nacer y un morir en las manos de Dios.

Cada respiración es una manera de vivir, es una manera de ser, es un existir.

No nos damos la respiración, nos la da Dios. A nosotros se nos pide vigilancia, lucidez para recibirla. Encontrad una buena base en esta tierra en que hemos de vivir; pero la cabeza en el cielo.

Somos de la tierra pero somos también del cielo. Nuestro corazón tiende hacia el cielo, y el cielo desciende hacia nosotros. El cielo viene en nuestra búsqueda, nos busca siempre. Cada vez que respiramos es el soplo de Dios el que nos viene a buscar.

El cielo y la tierra se besan en nuestro corazón. Dios se abraza a nosotros en cada respiración. Así el silencio es presencia ante esta vida que se nos da. La vida entera es Presencia, es aliento.

Fray José Fernández Moratiel