El modo y las partituras
Los misterios del Rosario debían cantarse de la siguiente manera, según se dice en una especie de introducción:
«Han de cantar todos los primeros domingos de los meses en acabando la procesión que se hace del Rosario, delante de la misma imagen y su altar.
El modo que se ha de tener en cantarlos es este. Hanse de hincar dos Religiosos de rodilla delante de la imagen y cantar los cuatro primeros versos al mismo tono. Acabado el responso dirán los dos religiosos el primer misterio. Y luego responderá el coro lo mismo que la primera vez, y lo mismo será de los demás misterios. Acabado de responder al quinto misterio, dirán los dos por remate, Virgen, soberano erario, &c. y con él se acaben aquellos misterios, sin responder más.
En las procesiones que se hacen generales de nuestra Señora, se saque la imagen de nuestro Padre Santo Domingo en sus andas, y donde no la hay hecha se haga adelante para que sea honrado tan grande Santo, fundador de tan santa devoción y que tanto bien ha hecho y hace con ella a los fieles».
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«Místenos gozosos se han de cantar desde el domingo de la Santísima Trinidad hasta el domingo de Septuagésima; mas cuando en ellos viniere a caer otro misterio doloroso o glorioso, se ha de cantar éste y dejar aquel. Y esto mismo se entienda en todos los demás. Dos religiosos, hincados de rodillas, cantarán lo que sigue».
«Esto mismo, y al mismo tono, responderá el Coro, y después de cada misterio».
Misterios Gozosos:
Primer misterio, de la Anunciación
Remate
«Hese de cantar al tono de la primera de todas y, acabada, no se ha de responder más, sino decir las oraciones como van puestas al fin».
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«Misterios Dolorosos se han de cantar desde la Septuagésima hasta el Sábado Santo».
«Dos Religiosos, hincados de rodillas, cantarán lo que sigue».
Misterios Dolorosos:
Primer misterio, de la Agonía