Beata Marie de Poussepin
Biografía de la fundadora de las Dominicas de la Presentación
¿Quién es?
La Congregación fue fundada por la Beata Marie de Poussepin (Dourdan 1653 – Sainville 1744).Nacida en una familia cristiana, dedicada a la confección artesanal de medias de seda es iniciada, desde muy niña, en la práctica de la caridad acompañando a su madre a visitar a los pobres enfermos. A la muerte de su padre, se responsabiliza de la empresa familiar, dando trabajo y sueldo a muchas personas. Más tarde cede los derechos de la empresa a su hermano y comienza una nueva etapa en su vida, centrada, por completo en sus obligaciones con la Cofradía de la Caridad, acogiendo en su casa a una mujer pobre y enferma, a la que sirve hasta que muere.
Hacia 1692, el P. Mespolié, dominico, visita Dourdan. Así conoce la orden dominicana y halla en ella una respuesta a sus deseos de una vida espiritual más intensa. Comprende que es el camino que Dios le señala y decide formar parte de la Tercera Orden de Santo Domingo. Este hecho marcará luego a la Congregación. En 1696 se instala en Sainville, un pueblecito muy pobre y necesitado. Desea dedicar toda su atención a los más desfavorecidos, especialmente los niños y los enfermos.
Funda la Congregación de las Hermanas de la Caridad, “Dominicas de la Presentación” para el anuncio de Jesucristo y el servicio de la caridad, siendo las hermanas profetas del Reino y testigos vivos del amor de Dios en las fronteras y campos de incultura, la pobreza y la marginación. En su último testamento, recomienda a las hermanas tener un vivo celo por la instrucción de la juventud, el cuidado de los pobres enfermos, el espíritu de pobreza y el amor al trabajo.
¿Qué nos dice hoy?
“Llegar a ser perfectamente humilde de corazón, implica un gran esfuerzo” (Marie Poussepin) “Haz siempre lo que puedas y pide con insistencia al Señor, lo que no puedas hacer” (Marie Poussepin)
“Vivamos con tanto fervor, que el ejemplo haga más impresión que las palabras”. (Marie Poussepin)
Para orar
“MIRAR SIEMPRE ADELANTE”
Ayúdanos, Señor, a mirar siempre hacia adelante,
a emprender el camino convencidas de que no vamos solas, de que Tú vas con nosotros.
Danos valor, mucho valor, para afrontar nuestra vida de todos los días,
para ser testigos tuyos en este tiempo y llevar el ánimo y la esperanza a nuestros hermanos. Abre nuestro corazón a los problemas del mundo.
Haz que seamos capaces de escuchar a los demás.
Danos una actitud de humildad para servir con alegría cada día
sabiendo que, de esta manera, vamos construyendo tu reino paso a paso. Ayúdanos a gastar nuestra vida por el proyecto que Jesús nos encargó.
No queremos defraudarte, Señor, queremos que cuentes con nosotras.
Estamos seguras de tu apoyo.
Gracias por este tiempo vivido, gracias por el silencio y por tu mensaje, gracias porque Tú nos has unido de verdad, gracias por haber estado aquí, gracias por todo, hasta por los detalles más sencillos.
Oración
Dios Padre de las misericordias que otorgaste a Marie Poussepin la gracia de una ardiente y activa caridad; concédenos que siguiendo su ejemplo, seamos testigos de tu verdad y sirvamos a Cristo en cada uno de nuestros hermanos y hermanas. Él que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.