Constructores de paz
Selección de textos y análisis de los mismos de la constitución Gaudium et spes.
Saludémonos con palabras y deseos de paz, al estilo hebreo, en un mundo agitado, violento, salpicado de guerras:
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo, esté con nosotros (I Cor 1,3).
La gracia y la paz con nosotros, de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo (Rom 1, 7).
La paz de Dios, que sobrepasa a todo entendimiento, guarde nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo Jesús ( Fil 3,7).
Con nosotros sea la gracia, la misericordia y la paz de parte de Dios Padre y de Jesucristo, Hijo del Padre, en la verdad y en la caridad (II Jn 3).
Que estos sentimientos y buena voluntad de paz nos hagan recordar otras muchas palabras proferidas por el Espíritu de Dios, por Jesús y por sus ángeles, en momentos muy importantes de nuestra historia de salvación por Cristo:
No te turbes, María; el Señor está contigo (Lc 1, 30)
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad (Lc 2, 14)
Hija, Mujer, Amigo, tu fe te ha salvado; vete en paz (Mc 5, 34; Lc 10, 13)
La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da os la doy yo. No se turbe vuestro corazón ni se intimide (Jn 14, 27).
En cualquier ciudad o aldea donde hagáis misión, entrad saludando con la paz...Si la casa que os acoge fuere digna, venga la paz sobre ella; si no, vuestra paz vuelva a vosotros (Mt 10, 13).
Os he enseñado todo esto para que tengáis paz en mí. En el mundo habéis de tener tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16, 73).
Esos mensajes espirituales, que debemos acoger con el alma abierta a la verdad, a la solidaridad, al amor, a la convivencia justa y grata, están muy por encima de intereses económicos, políticos, de poderío armado, de afán de dominio.
A su luz vamos a recordar algunas hermosas, amplias y fecundas verdades que hace casi cuarenta años nos ofreció el concilio Vaticano II al hablarnos sobre la necesaria paz y comunidad de los pueblos, en la bellísima Constitución Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo de hoy.
Para nuestra reflexión en el Adviento, que versará sobre la necesidad, fomento, educación y urgencias de la PAZ, tomaremos algunos textos contenidos en los número 77 a 90 de dicha Constitución.
Cualquier lector podrá observar que lo dicho en 1965 sigue siendo verdad, realidad y urgencia en el año 2002.