Diálogo de Catalina de Siena con Benedicta Salimbeni
Análisis de una carta enviada por Santa Catalina de Siena a la condesa Benedicta, hija de Juan de Agnolino Salimbeni (carta nº 113), con la intención de adctrinarla en la verdad y caridad, y ofrecerle pautas por las que se accede a la unión con Dios y al perfecto servicio de amor a los hombres. Fr. Cándido Ániz Iriarte O.P.
Presentación
Diálogo sobre el árbol del amor. Estaba avanzado el año 1377.
El papa Gregorio XI había retornado de Aviñón a Roma, y con ello se habían realizado los deseos profundos del pontífice, y los de santa Catalina de Siena. La necesaria reforma de una Iglesia que se hallaba inmersa en situaciones morales y políticas deplorables sólo podía emprenderse desde la Sede romana, centro de la cristiandad, comenzando por las altas jerarquías eclesiásticas y llegando hasta los más humildes miembros de la comunidad creyente.
En estos momentos, Catalina de Siena, movida por el Espíritu, y dispuesta a dar por la santidad de la Iglesia de Cristo hasta la última gota de su sangre, se consumía en la oración, en misiones de paz, en servicios de caridad, y en la promoción directa o epistolar de almas selectas que querían abrazarse con Cristo crucificado poniendo su humilde complemento a la pasión redentora de Cristo.
Una de esas almas elegidas era la condesa Benedicta, hija de Juan de Agnolino Salimbeni, de Siena, Italia. A ella dirigió Catalina la carta que en las colecciones de Cartas de la santa lleva el número 113. Su intención era adoctrinarla en la verdad y caridad, y ofrecerle algunas pautas por las que se accede a la unión con Dios y al perfecto servicio de amor a los hombres.
Esta carta es una lección sobre la Caridad, ilustrada con la representación simbólica de la vida en el Árbol de la caridad. El texto original es compacto, denso y único. Aquí lo presentamos como un dialoguillo de Catalina y la condesa, y lo distribuimos en varios párrafos, dando a cada uno subtítulo propio orientativo, y añadiendo una síntesis de pensamientos esenciales.