El misterio de la Navidad
Felicitación navideña a modo de estudio y reflexión sobre el Misterio de la Encarnación de Dios, el misterio de la Navidad y lo que eso supone en nuestras vidas. Fr. Jesús Díaz Sariego O.P.
Presentación
Una felicitación siempre intenta recoger las satisfacciones que se experimentan con motivo de algún acontecimiento. Hoy, en el cielo de nuestra fe, es acontecimiento singular el nacimiento del Hijo de Dios en carne mortal. Mas, si alguno no participara todavía de esa vivencia ardiente en la Navidad, piense en las muchas otras satisfacciones que, en la medida en que vamos haciendo nuestra historia, van anidando en nuestro corazón y merecen ser recordadas. Hagámoslo junto al pesebre de Belén.
Juntemos, pues, en esta felicitación navideña, como hacían nuestros clásicos, la dicha y el deseo de veros a todos felices.
Sería demasiado pretencioso pensar, que por medio de esta felicitación navideña, todos vais a ser más felices. Mas ¿resultará pretencioso recordarnos mutuamente que el solo hecho de vivir, y de vivir con cierta plenitud, sería ya suficiente y gran motivo de felicitación, porque lo es de esperanza, ya que, mientras vivimos podemos ser protagonistas de nuestra propia historia y proceso? Vivamos, pues, unos felices días.
Pero, además, una felicitación expresa, igualmente, el deseo de que alguien sea venturoso. ¿Cuántas razones no habrá en la vida de cada uno de nosotros que nos ayudan a hacer el camino con cierta aventura y riesgo, y también con éxito?
Y ahora vamos a reflexionar unos momentos...