El árbol de la caridad en Catalina de Siena
Reflexión sobre la imagen del árbol utilizada por Santa Catalina para referirse al Dios Creador y a Jesucristo, y al proceso espiritual de ascenso hasta la copa o cumbre de la perfección. Fr. Cándido Ániz Iriarte O.P.
Santa Catalina de Siena (1347-1380) no fue una mujer universitaria, y mucho menos una catedrática caracterizada por el alto vuelo de su especulación filosófica, teológica o política. Es más bien una discípula de la verdad revelada en Cristo; verdad que abrazó ardientemente y asimiló con profunda humildad en la medida en que la iba percibiendo de labios de los maestros de la predicación y la iba meditando, gustando y saboreando en el retiro de su celda interior.
Niña poderosamente dotada en sus facultades de intuición, memoria, imaginación y fantasía, se sirvió de ellas en alto grado, y cultivó, además, sus dotes de comunicadora, y acabó siendo una maestra en comunicación didáctica espiritual, sobre todo a través de imágenes, sin que se pueda hablar de una expositora sistemática .Y entre las imágenes, Catalina concede especial relieve a la del árbol.
Así, por ejemplo, gusta de presentar a Dios Creador y a Jesucristo como árboles de vida y como árboles cargados de frutos sabrosos; a Cristo como injertado en el árbol de la cruz; al alma, como árbol de amor; a la vida de pecado, como árbol de muerte, y a la vida en gracia, como árbol de caridad .
En ese contexto religioso-literario, aquí vamos a considerar y reflexionar en cinco fragmentos el sentido que tiene en la teología espiritual, según santa Catalina, el árbol de la caridad.
Comenzaremos anticipando que en las Cartas y Diálogo de santa Catalina hay que distinguir la imagen del árbol como parábola y como alegoría, y acabaremos escalando por el árbol hasta la copa o cumbre de perfección.
Las citas que van en el texto se refieren al DIÁLOGO (D) y a las CARTAS (C) a su número o párrafo.