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Estados del alma en la complejidad y grandeza del ser humano

18 de octubre de 2016
Etiquetas: Alma

Estados del alma en la complejidad y grandeza del ser humano

Estudio sobre los diversos estados, vivencias, pasiones, sentimientos del alma, siguiendo la obra poética de Olga Chams. El estudio lo ha realizado fr. Cándido Aniz.

Presentación

Pasa el viento es una  antología  poética,  original  de la colombiana  Olga  Chams. He estado  leyendo  detenidamente  sus  versos, de finísima sensibilidad,  firmados  bajo el pseudónimo de Meira Delmar, y publicados por el Instituto Caro y Cuervo, sito en Santafé de Bogotá.

Comencé la lectura con cierta indiferencia, pero me fui dando cuenta de que en los poemas de esta poetisa  de  Barranquilla  se encuentran muy  bien  perfilados,  bajo la presidencia y batuta del amor, que dirige todos los aconteceres y sentimientos, ciertos estados de ánimo que afectan en su intimidad a todo ser humano.

 ¿No  valdría  la  pena,  me  dije,  ponerlos  en  común,  como  reflexiones  en  un  mes de verano?  En cuaresma compartimos momentos de soledad con Cristo y con María, llanto de mujeres piadosas,  sudor de sangre, temor d   discípulos acobardados,  y ausencia de Dios. En pascua fuimos testigos del amor apasionado de la Magdalena, y de la ternura  de un falso hortelano que encubría al Amor Resucitado. Ahora bien, podríamos fijar la atención en otros estados de ánimo que nos hablan igualmente de  la  complejidad y grandeza del ser humano, de este hijo de Dios sobre la tierra.

No  se  trataría,  claro está, de  dar  lecciones de psicología humana y  religiosa  sino de encadenar una serie de cinco momentos  anímicos en los cuales  la cadencia sonora de unos  versos  nos invite a reflexionar  sobre  diversos  aspectos profundos del  alma sensible, afectiva, turbada, alborozada, ensimismada, mística ...

Nuestro espíritu, siendo  uno  en  su fondo  más  profundo,  se  ramifica   en múltiples vivencias, según es  afectada por diversas pasiones,  sentimientos,   ideales, virtudes o vicios, sin detenerse demasiado ni agotarse en ninguna de ellas. Siempre está fluyendo y busca el complemento de lo que le falta, y lo busca en otros espíritus y en Dios.

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