Fomentar comunidades compasivas
"Fomentar comunidades compasivas", ponencia de la dominica sor Mª Ángeles Martínez para el XLVIII Encuentro de Familia Dominicana, que en 2020 tiene lugar online.
Esta invitación a compartir con vosotros un acontecimiento tan importante para nuestra familia dominicana, como es la preparación para los 800 años del paso, a la vida de nuestro padre santo Domingo, me ha puesto en estado de escucha, para buscar en la historia del siglo XXI los rasgos de Dios.
Esos rasgos que hicieron de Domingo un centinela en la oscuridad, abriendo el horizonte de la sociedad de su tiempo a la Palabra.
Buscar los rasgos de Dios nos llevará a sentarnos a su mesa y descubrir que cada comensal tiene una identidad propia con un pase único: el VERBO. Por eso la compasión dominicana pasa por una predicación encarnada, desde la presencia del Otro como experiencia de vida.
De ahí que sentarse en la mesa de Domingo es abrir la ventana de su corazón a la compasión. Y esto nos convierte en husmeadores de la Palabra, sin olvidar que esa Palabra se hizo carne.
Para llegar a la idea central de la charla, voy a detenerme primero en el origen de la experiencia cristiana: que es la compasión trinitaria.
Y antes de descender a la dimensión antropológica y teologal vamos a mirar brevemente la etimología de las palabras: fomentar, comunidad y sobre todo de la palabra compasión.
Los orígenes semánticos son en muchas ocasiones muy iluminadores, porque nos colocan frente a la esencia del significado. Llegar a la esencia de la realidad, de las cosas, de las palabras nos acercan al centro de la vida, a la realidad de lo que es y siempre fue.
- FOMENTAR: significa, mantener, alimentar, por ejemplo el calor del fuego etc… para nosotros la acepción más apropiada sería MANTENER ALIMENTANDO. ¿Y cómo se mantiene una comunidad para no dejar de ser compasiva? Pues eso es lo que iremos viendo
- La palabra COMUNIDAD, es un sustantivo Se refiere a la característica o cualidad de lo común, pero tiene una particularidad muy especial y que creo nos ilumina en nuestro proceso por fomentar comunidades compasivas y es
que no es exclusivamente de nadie, es concerniente y se extiende a otros. Proviene etimológicamente del adjetivo «común» y del sufijo abstracto «idad» que indica cualidad de (es decir es algo más profundo que una reunión de gente afín), también viene del latín «communĭtas».
Con lo cual la comunidad es una realidad abierta, ad intra y ad extra…no es exclusivamente de nadie, ni de los de dentro ni de los de fuera, lo que no es exclusivo de nadie es de todos, los de dentro la construyen y mantienen y los de fuera la enriquecen.
Por lo tanto, la comunidad se expande ad intra desde la experiencia compasiva de Dios que cada uno manifiesta en la capacidad de acoger la Palabra (contemplar) y ofrecer esa Palabra (y dar lo contemplado): y ad extra en la capacidad de descubrir esa Palabra en los rasgos de la historia. No se trata solo de contemplarla y ofrecerla sino también de descubrirla
- Compasión(del latín cumpassio, es la traducción del vocablo griego συμπάθεια (sympathia), literalmente sería «sufrir juntos», «tratar con emociones ...», simpatía) es un sentimiento humano que se manifiesta desde el CONTACTO y la comprensión del sufrimiento de otro. Por lo tanto no es algo abstracto
- CONTACTO
Del latín contactus ‘contacto’, ‘toque’, ‘contagio’, derivado de contingere ‘llegar hasta tocar algo’; se ha tomado en el sentido general y no en la acepción de ‘contagio’.
Ideas a tener en cuenta a lo largo de la charla
Creo que ya podemos hacernos un esquema más o menos coherente con el tema a compartir, una comunidad como ….
Comunidad : realidad abierta en dos dimensiones “ad intra y ad extra”
Que no es exclusivamente de nadie.
Compasión: se manifiesta desde el contacto y la comprensión del sufrimiento
Del otro.
Contacto: llegar hasta tocar algo, contagio
Ahora demos un paso más y nos centramos en el origen de toda comunidad compasiva
La compasión Trinitaria
Después de esta breve introducción vamos a ver como la compasión Trinitaria es la raíz profunda de toda comunidad compasiva.
La interlocución del diálogo trinitario tiene como realidad inicial un encuentro: el encuentro único por excelencia: el Padre, el Verbo y el Espíritu. En el estrecho abrazo, en esa mirada eterna de amor se forma la vida y esa prolongación amorosa dibuja en la historia su misma imagen: el ser humano, que se convierte en el objeto de la compasión trinitaria (utilizando un término vulgar: en la obsesión de Dios) y todo lo que le rodea será la melodía continua de esa compasión.
En cada realidad que nace, en cada acción que hace brotar la vida, se pronuncia la misma melodía : “hagamos, hagamos, hagamos” ¿Por qué se convierte en el objeto de la compasión trinitaria?. Porque el artífice nunca puede desvincularse de su obra, la obra y él son una sola cosa, la fuerza del amor vincula hasta el extremo
SALMO 138 - I
Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;
si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha.
Es importante que descubramos que el amor vincula hasta el extremo por eso la compasión identifica hasta el extremo.
Si escrutamos la Palabra en todo el Antiguo Testamento
Escuchamos el grito continuo de un pueblo infiel y de un Dios compasivo que vuelve a atraerle hacia sí.
Un Dios que toca y sana, toca y dignifica, toca y configura.
No es el Dios guerrero que destruye sino el Dios compasivo y misericordioso que devuelve belleza y dignidad, un Dios que añora la intimidad con su pueblo, Joel 2, 18ss: “Yahvé sintió añoranza de su pueblo”. Porque la misericordia y la compasión, según Santo Tomás de Aquino, hay que atribuírselas a Dios en grado sumo.[1]
. “ Yavhe alargó su mano y tocó mi boca[2]”, exclama Jeremías; Isaías siente el fuego de Dios quemando sus labios por manos de un serafín: “Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano que con las tenazas había tomado de sobre el altar y tocó mi boca.
Dios se humaniza y toca las heridas de la humanidad, las quema con su tizón, que es el Espíritu, que sopla donde quiere, pero no sabes de donde viene ni a donde va.
El Espíritu es el espejo de la historia, me explico, el que aletea como en el principio, cuando todo era caos y confusión y hace germinar la compasión, que es la misma presencia de Dios en la realidad creada.
Por eso el Espíritu es el Espejo donde podemos vislumbrar la imagen de Dios que es nuestra propia imagen, ya hemos visto que la compasión Trinitaria brota del abrazo o fiesta Trinitaria a partir de la cual surge la vida. Recordemos:
Compasión
Tocar
Sanar
Y embellecer
Pero ¿Cuál será el acto configurativo de la compasión Trinitaria?
la respuesta a esta pregunta solo se puede dar desde la fe, porque la compasión de Dios no se puede entender sino es desde la experiencia profunda de su presencia en nuestras vidas y en las vidas de todos los seres humanos. Mirándolo en frio, la compasión es lo contrario a la lógica humana.
Veamos en qué momento Dios se “contagia” definitivamente
El Padre se vuelca con el Espíritu en el Verbo, toca (tocar cualidad de la compasión) las entrañas de una mujer y la Palabra se hace carne para pronunciarse en la historia (movimiento trinitario-comunitario ad extra).
El Padre toca y se compadece. La fe de María es la respuesta a la herida compasiva de Dios contagiándola esencialmente: “hágase en mi según tu palabra”.
Por nuestra profesión dentro de la Orden de Predicadores quedamos contagiados esencialmente de la herida compasiva de Dios….que seré obediente hasta la muerte.
Tras estas breves ideas del misterio profundo que entraña la compasión de Dios, vamos a descender al centro de esta charla. Fomentar comunidades compasivas, yo añadiría comunidades dominicanas compasivas.
La compasión dominicana pasa por la mística de la comunidad, es decir la mirada contemplativa para descubrir a Dios y la experiencia de su presencia para arriesgar la vida por él y por los hermanos . (mística: experiencia de Dios, gustar a Dios)
Por eso me permito esta aclaración, sin mirada contemplativa no existe comunidad. Sin mística no existe comunidad compasiva.
Es necesario mirar la realidad desde otro ángulo, el ángulo que ve desde el corazón de Dios al corazón de la humanidad y desde el corazón de la humanidad al corazón de Dios, son los dos movimientos de la compasión. Santo Domingo miró desde otro ángulo, tanto en Palencia como en el Languedoc, no miró la realidad con criterio humano, sino que descubrió en ella los rasgos de Dios.
Por eso ni se sumó a la cruzada, ni delato, ni juzgó, ni condenó a los y las cátaras más bien, y aquí está lo sorprendente, inició con ellas, con las conversas el maravilloso proyecto de Dios para su iglesia, la santa Predicación.
La cualidad (esencia) compasiva tanto de Dios como de quienes se acercan a otro/a tiene siempre varias consecuencias:
- Libera – cuando Dios nos toca nos libera del miedo y de todo lo que nos empobrece
- Dignifica – nos devuelve la belleza original, nos dignifica como seres humanos
- Compromete – se hace uno con nosotros.
Un relato muy iluminador es el relato del ciego de nacimiento (explicar texto, Jn 9, 1ss.) En el versículo 9 , a la pregunta de quienes le conocían como ciego responde “soy yo”, le libera del miedo a ser rechazado y le confiere la dignidad que merece, le devuelve la belleza esencial y él mismo afirma “soy yo”)
Si esto no se da, la compasión ha sido más bien, la utilidad del dolor o la pobreza del otro y como consecuencia el abuso de poder la manipulación y la opresión.
Además de los matices de nuestra espiritualidad dominicana que vamos citando, hay un texto que nos va a iluminar el camino en esta reflexión que estamos compartiendo, se trata de un texto de la carta “contemplad nº 58” de la CIVCSVA, congregación para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica. Dice así:
- “El cristianismo se revela como la religión del rostro, o sea de la cercanía y de la proximidad. En una civilización paradójicamente herida de anonimato, y a la vez obsesionada por los detalles de la vida de los demás, impudorosamente enferma de curiosidad malsana, la Iglesia necesita la mirada cercana para contemplar, conmoverse y detenerse ante los otros cuantas veces sea necesario. (el desafío de la vida común, que solo alcanzan quienes no temen arriesgar la vida)
Varios puntos para tener en cuenta,
Comunidad compasiva que
Libera
Dignifica
Compromete
Donde cada uno
Contempla
Se conmueve
Se detiene
Ante los otros las veces que sean necesarias.
En la mesa de Domingo
DE DOMINGO Y SU VERDAD A LA COMUNIDAD COMPASIVA
Hay dos momentos cruciales, así lo considero, en la vida de Domingo que le n colocaron frente a sí mismo y frente a la realidad de los demás, dos momentos que le colocan en jaque para dar paso al hombre compasivo, al Domingo contagiado por la carne del Verbo en los rasgos de los harapos del mundo: Palenciay Languedoc (las mujeres cátaras)
DE LA MESA DEL TORREÓN A LAS CLOACAS DE PALENCIA
Nos situamos en el año 1186.Palencia se encuentra sumergida en un amasijo de dolor. El hambre azota con fuerza los hogares. La invasión musulmana siembra terror y la libertad está siendo comprada con la vida.
Domingo se enfrenta cara a cara con la historia. Ha cambiado el fortificado y seguro torreón de Caleruega por el herido e inseguro corazón humano: “no quiero estudiar sobre pieles muertas cuando mis hermanos mueren de hambre”.
La nueva realidad que envuelve la vida de Domingo será decisiva en su búsqueda y encuentro con la verdad.
La descubre en el rostro del “otro”. Desde entonces verdad, misericordia, compasión darán integridad a su vida y misión. Comienza el éxodo de Domingo hacia el corazón de la humanidad.
Domingo a lo largo de su vida escaló el corazón de Dios y el corazón de la humanidad y en la cumbre encontró siempre un rostro el de CRISTO. Contempló, se conmovió y se comprometió.
La mendicancia de Domingo pasa por la compasión de la carne herida de la humanidad, husmeó los caminos de la vida y siempre se encontró con la Palabra: Cristo.
Por eso la mendicancia y la compasión van unidas en nuestra espiritualidad.
Esta realidad la vivimos como misterio teologal y la desarrollamos en dos dimensiones:
- Misericordia – compasión – desde este Dios que nos vive y nos transforma al corazón del ser humano. Es decir, desde el Dios contagiado y humanizado. A partir de esta experiencia (mística de la compasión) de Dios entendemos y vivimos la comunidad y descubrimos la Palabra como
- La mendicancia de la predicación – que sería Desde el corazón del ser humano al Corazón de Dios. La Palabra humanizada que nos descubre los rasgos de Dios en la historia de la humanidad. Y siempre en ambos movimientos los mismos rasgos, los de Cristo. Los rasgos que descubrió Antón de Montesinos cuando exclamó: “es que estos no son hombres”?.
En Palencia Domingo vislumbra que la historia tiene corazón humano, que es posible dialogar y caminar con ella. Que la historia no es mala, la mirada positiva de la comunidad compasiva, otro rasgo a tener en cuenta. Será su experiencia en el Languedoc la que le confirmará en su decisión, la que le abrirá a un diálogo con la verdad.
DE LA IMAGEN DE LA MUJER FIEL A LA MUJER AUDAZ
La influencia cátara es fuerte a lo largo del sur de Francia, y en ese submundo de creencias el rostro femenino tiene verdaderos matices de audacia.
Las “perfectas” cataras, las grandes matriarcas de la herejía, mantienen con solidez su fe, son colaboradoras eficaces en la evangelización dentro del movimiento cátaro y promueven enérgicamente su verdad.
Una Blanca de Laurac, en cuyo castillo se realizaban las disputas teológicas entre católicos y cataros,
Guillerma de Tonneins en Fanjeaux,
Fabrissia de Mazeroles en Montreal,
Esclarmunda de Foix
y una larga lista de mujeres que mantenían espiritualmente a los cátaros itinerantes, además dirigían las hospederías de perfectos. Domingo entra de lleno en este mundo, y frente a sí encuentra un rostro femenino desvinculado totalmente de la realidad medieval de su Castilla natal, si en Juana de Aza descubrió la solidez de la fidelidad, en estas mujeres descubrirá la audacia de esa fidelidad.
La energía de las predicadoras cátaras convenció a Domingo, más allá de sus creencias religiosas. La fundación de Prulla no tendrá la estructura de las grandes abadías benedictinas de la época. La fundación se realiza con el esquema monástico de las casas o monasterios de “cátaras perfectas” .Esto es fascinante, en nuestras comunidades siempre hay lugar para LA OTRA ORILLA, para el que no es como yo, ni tiene lo que yo , ni piensa como yo…
Otro rasgo a tener en cuenta, la comunidad compasiva es siempre una comunidad de la “otra orilla”, no es la de “que bien que estamos aquí hagamos tres tiendas”
“la persona contemplativa se ejercita en mirar con los ojos de Dios a la humanidad y la realidad creada hasta ver lo invisible, o sea, la acción de la presencia de Dios” …. (Contemplad nº 58)
En Prulla Domingo descubre que en la otra orilla se abría una ventana por la cual vislumbró un dialogo compasivo con la historia y nació la santa Predicación.
UN ASPECTO FUNDAMENTAL PARA FOMENTAR UNA COMUNIDAD COMPASIVA DESDE LA LIBERTAD
LA MÍSTICA DEL DIALOGO
Dialogar
Veamos que puede significar dialogar: parece una explicación obvia, que incluso despierte aburrimiento, todos sabemos lo que es dialogar, ¿seguro?. Yo creo que dialogar es algo muy serio, veamos
El primer paso, darme cuenta que tengo a mi lado (a mi lado, no delante, ni detrás ni abajo, sino a mi lado) a “alguien”, es decir tengo a una persona, que no es un objeto. Tiene dignidad.
Cuando Bartolomé de las Casas, vive la experiencia del “Otro”, es decir tiene experiencia de Dios (aunque ya llevaba años como sacerdote) y descubre que el indio tiene dignidad, llega un momento en el cual no quiere celebrar la eucaristía porque ha experimentado en si mismo que la carne que se ofrece, la carne de Cristo, él la ha profanado explotando a los indios… (Crónica sobre las Américas).
Esto es muy fuerte. Aquí las Casas ha entrado en la esencia de la compasión trinitaria y comienza a ser libre, en primer lugar, de sí mismo, libre para tocar, dignificar y devolver belleza.
Dialogar implica encuentro con la vida del OTRO y de los otros
En este proceso de encuentro, de búsqueda de los rasgos de Dios en la historia, la comunidad compasiva dominicana se abre al diálogo con la vida, toda vida, aquí no puede existir ninguna excepción y el Verbo, la Palabra, entra a ser parte constitutiva de nuestra esencia como dominicas/os. Una Vida, una Palabra con rostro: Jesús de Nazaret. Recuerdo una frase de nuestro hermano Pierre Claverie."Se me ha preguntado muchas veces... Vuelve a casa... ¿Dónde está nuestra casa? Nosotros estamos aquí sólo por el Mesías crucificado: por ninguna otra razón, ¡por ningún otro!... Es una cuestión de amor”. ¡Una cuestión de amor!
Porque según Von Balthasar “La verdad es el amor, que está por encima de toda figura. Pero el amor es el de Dios a nosotros, que da su Hijo por la vida del mundo. De este modo, lo que está por encima de toda figura es acción de Dios que lo hace visible –por eso el Hijo es la visibilidad del Padre– y de ese modo todo amor proviene de la acción del Hijo y sale al encuentro, el amor es lo que lo hace visible, lo que desde —la plenitud da forma. Cristo es la consumación de toda imagen. (Gloria 3 232 Hans Urs Von Balthasar)
Catalina de Siena en una de sus oraciones tiene una expresión muy profunda del amor de Dios: “¿es que necesitas de la criatura, Dios mío? Eso me parece, puesto que obras como si no pudieras vivir sin ella, siendo así que tú eres la causa de la vida, pues la vida de todas las cosas depende de ti y sin ti nadie vive. ¿Cómo has enloquecido de este modo?”
La mística de Catalina de Siena radica ahí, ella bebió en la fuente del Verbo, de esa Verdad que la hizo libre para abrazar el dolor del otro y contagiarse hasta morir contagiada por ese amor infinito y estrujar su corazón para sanar, embellecer y devolver dignidad.
La comunidad que confía en Antón Montesinos para que transmita la palabra a los encomenderos es una comunidad fundamentada en la experiencia contemplativa de una comunidad compasiva. Que ha tocado y el dolor de los indios y se ha conmovido hasta el extremo descubriendo en ellos los rasgos de Dios.
Los rasgos de Dios, un rostro que nos abre a otra realidad de la belleza: la belleza de la humanidad. Por lo tanto, la belleza del ser humano es la belleza de Dios. Por eso hablamos de una experiencia, una mística de encarnación. Que es la esencia de nuestra mística dominicana.
“Es de gran belleza teológica la experiencia del Amor de Dios como expresión definitiva de lo que es y no puede dejar de ser y que queda instaurado en el Hijo y los hijos: “Cristo es la consumación de toda imagen. […] Aquí tocamos el punto en que el pobre viene a ser la quintaesencia de la función figurativa cristiana. El pobre es el ocultamiento de Cristo, pero el amor del cristiano es capaz de ver en él la imagen de la presencia de Cristo, el sacramento de Cristo. Y es capaz de verlo precisamente en la acción del amor. “(Balthasar, Gloria 3 232).
Es más, todas las religiones hablan de los pobres, la nuestra tiene como protagonista a los pobres…..
Por eso lo dominicano debe pasar de la comunidad caritativa a la comunidad compasiva, el amor contemplativo que te lanza a la aventura del encuentro con Cristo en la otra orilla, donde está oculto y donde solo se le descubre desde el amor para escucharle en la historia
LA ESCUCHA, UN RASGO DE LA COMUNIDAD COMPASIVA
“He oído el clamor de mi pueblo”, serán las palabras que Yahvé dirige a Moisés cuando le confirma en libertador del pueblo judío, según nos relata el libro del Éxodo. El vértice de la historia del siglo XIII está colocando a Domingo en clave de escucha. El clamor de esa porción de la humanidad que caminaba en el sur de Francia situará a Domingo en la profundidad del corazón de Dios, para desde ahí aprender a escuchar la vida.[3]
Damos un paso mas y nos colocamos
De la mística de la compasión a la mística de la predicación, que es el fin de nuestra orden.
No existe predicación sin compasión.
La mística de la predicación parte del encuentro contemplativo con el Padre a través de la Carne del Hijo que nos lanza a las periferias humanas por el Espíritu. [4] “Qué será de los pecadores”, exclamaba Domingo en esas prologadas horas de encuentro orante con Dios, en el silencio contemplativo de sus largas noches de oración .
La pasión por la humanidad hizo de Domingo un enamorado del Verbo, cuya Palabra, cuya Verdad encontraba reflejada en los parajes oscuros de los corazones heridos o confundidos.
¡Cuántas heridas besó en su corazón contemplativo![5] ¡Cuánto despojo humano acogió! ¡Cuántas miradas de ternura quedarían dibujadas en tantos rostros con los que se encontró y cuantos corazones sentirían el beso de Dios cuando se encontraban con el! En la carta “alegraos”, número 8 se nos invita a llevar el abrazo de Dios, la consolación de Dios.
El Papa Francisco nos recuerda que debemos encontrar el rostro de Dios en las periferias del dolor humano, en esas urbes humanas donde él ya está, es la tarea contemplativa, escuchar en el corazón los gritos de “los núcleos más profundos del alma de las ciudades, de la humanidad”[6].
Es un nuevo lenguaje contemplativo que nos sitúa frente a la realidad con una mirada nueva. Es la mística contemplativa que nos sumerge en los basureros del mundo, en los sótanos oscuros del dolor, para escuchar el clamor de nuestro pueblo y descubrirles la belleza y la bondad que esconden en sus corazones. “Una mirada de fe sobre la realidad no puede dejar de reconocer lo que siembra el Espíritu Santo[7]”. Para descubrir la belleza del Verbo que está continuamente haciéndose carne…
Por lo tanto, la mística de la compasión dominicana parte de esta misma experiencia, la mirada contemplativa de unos hombres y mujeres que husmeamos la Belleza y la Presencia de Dios allí donde existe un resquicio de vida. Fue lo que hizo Domingo, como mendicante de la Palabra, no solamente la compartió sino que la encontró en aquellos con los que dialogó.
Estamos llamados/as también y sobre todo, a proyectar esa experiencia desde la belleza de nuestra propia vida en la comunidad, que es el alma de la predicación ,de ahí que la lucha diaria se base en desechar la mediocridad y aprender a leer la vida con clave de fe desde la fidelidad de Dios que nos consagró para su causa.
Como comunidad nos utentifica el sentido de humanidad que late en nuestra realidad dominicana.Toda condición que formé parte del entorno humano, desde la persona hasta los lugares que les son propios: una vida digna, el derecho a la educación, el acceso a una asistencia médica adecuada, un techo, alimentos, medicinas, la lucha por la paz y la justica etc. son retos prioritarios de la espiritualidad de una comunidad dominicana compasiva;
Los cristianos/a no pueden ser felices si sus hermanos los hombres y mujeres que construyen con ellos la historia viven en el dolor y la angustia vital de una existencia rota. Nuestros ojos deben ser como faros en la noche de la humanidad para proyectar en la oscuridad la luz y la belleza de Dios, que trasciende toda cultura, ideología, nivel social o religión para centrarlo en la única verdad necesaria: Cristo.
Vayamos anotando: una mística de encarnación en una comunidad compasiva que nos abre a
- Misericordia – compasión (contagiados por el Otro y los otros)
- Mendicancia – predicación (husmeando la presencia del Verbo para ofrecer una palabra de vida, con contenido profético)
- Diálogo – Verdad (escuchando la vida desde la verdad del amor)
- Escucha, (que no es oír sino comprometerse).
La herida de Dios es la herida del dominico/ca, es la experiencia que han vivido tantos hermanos y hermanas que nos han marcado un camino contemplativo de predicación desde las profundidades de la oración, el gusto sapiencial del estudio y la profecía comunitaria de vivir “unánimes en el Señor”. Todos estos son fundamentos de una comunidad dominicana y necesarios para fomentar una comunidad compasiva
Termino con una idea del número 13 de la carta Escrutad que define o recopila la idea que he querido compartir y con un texto de González de Cardedal
“como centinelas que mantienen vivo en el mundo el deseo de Dios y lo despiertan en el corazón de tantas personas con sed de infinito, estamos invitados/as a ser buscadores y testigos de proyectos de Evangelio visibles y vitales. Hombres y mujeres de fe fuerte, pero también con capacidad de empatía, de cercanía, de espíritu creativo y creador, que no pueden limitar ni el espíritu ni el carisma en las rígidas estructuras, ni en el miedo a abandonarlas”.
Abiertos para escuchar la historia, portadores de una Palabra capaz de cambiar esa historia
“Místicos, poetas y teólogos tienen que soportar el tiempo con lúcida vigilancia. ¿Qué será de la ciudad si los centinelas duermen? Solo quien ha velado en la noche y ha soportado el susto del abismo tiene esas pocas palabras verdaderas, esas pocas palabras necesarias, esas pocas palabras suficientes que los mortales anhelamos escuchar.” (González de Cardedal 340).
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[1] STH. Iq.21 a.3
[2] Jr 1,9
[3] “El Papa Francisco nos invita a vivir la “mística” del encuentro: la capacidad de escuchar, de escuchar a las demás personas. La capacidad de buscar juntos el camino, el método…significa también no asustarse, no asustarse de las cosas”. Carta de la Congregación para la Vida Consagrada.. Escrutad, nº 13. Pg. 69
[4] “La mirada creyente es capaz de reconocer la luz que siempre derrama el Espíritu Santo en medio de la oscuridad”. Evangelii Gaudium nº 84
“el Papa Francisco nos invita a dejarnos llevar por el Espíritu.. Carta “Escrutad”, nº16, pg. 88
[5] El Papa Benedicto ya exhortaba: “os invito a una fe que sepa reconocer la sabiduría de la debilidad. En las alegrías y en las aflicciones del tiempo presente, cuando la dureza y el peso de la cruz se hacen notar, no dudéis que la Kenosis de Cristo es ya victoria Pascual. Carta “Escrutad” nº16, pg. 87.
[6] Exhortación “Evangelii Gaudium” nº 74
[7] Idem. 68 , 84
Sor María Ángeles Martínez OP
Monasterio de la Inmaculada de Torrent (Valencia)