Iglesia de comunión
Reflexión sobre las conclusiones del Sínodo de los Obispos que tuvo lugar en octubre de 2011 en Roma, con el título: "Obispos para el siglo XXI". Fr. Cándido Ániz Iriarte O.P.
Presentación
En los días 30 de septiembre a 27 de octubre del año 2001 se celebró en Roma un nuevo Sínodo de los Obispos, organismo eclesial que el Papa convoca para recibir consejo en aquellas cuestiones que él mismo plantea.
En nuestra reflexión mensual, vamos a seleccionar algunos de los capítulos o párrafos del estudio en él realizado. Bien se lo merece la comunidad eclesial católica y cristiana que los obispos presiden.
¿Fue oportuno este Sínodo de obispos ‘sobre el papel de los obispos’? Creemos que sí lo fue. Primero, porque vivimos en una época histórica de especial dinamismo que requiere de todos los hombres una conciencia social, cultural y religiosa muy participativa. Hoy una voz solitaria, por fuerte que sea, se pierde en el silencio del desierto. En cambio, si habla el Colegio de Obispos, y con ellos todo el Pueblo de Dios, esa voz se multiplica, el eco retumba mejor. Segundo, porque hoy ninguna institución puede permitirse el lujo de permanecer estática, cerrada en una celda interior desde la que contempla la movilidad universa; ni puede vislumbrar un futuro venturoso si no actúa con espíritu de revisión, forjando nueva o creciente comunidad de intereses y proyectos.
Es cierto que por las metafóricas venas de la Iglesia de Cristo corre sangre de peculiares características, pues Cristo es su Cabeza y el Espíritu Santo la vivifica y anima; pero eso no es obstáculo para que, salvas sus diferencias, tenga el deber y compromiso de inculturizarse (por ser histórica) y de inculturizar (por ser portadora de valores salvíficos para todo el mundo).