La formación en el pre-noviciado
Carta del Maestro de la Orden fray Damián Byrne sobre el prenoviciado publicada en 1987
La introducción a la Instrucción sobre la renovación de la vida religiosa –Renovationis Causamnos recuerda la necesidad de “llevar a cabo una mejor adaptación del ciclo completo de formación en conformidad con la mentalidad de las generaciones jóvenes, las condiciones de la vida moderna y las exigencias actuales del apostolado”, reconociendo “el papel insustituible y privilegiado” del noviciado “como la primera iniciación a la vida religiosa”. Sugiere que sus objetivos no se pueden conseguir “a no ser que el futuro novicio posea un mínimo de preparación humana y espiritual que ha de ser verificada, pero también , muchas veces, completada”. “La mayoría de las dificultades que se encuentran hoy en la formación de los novicios se deben generalmente al hecho de que cuando son admitidos no tienen la madurez requerida… Todos los Institutos… deben conceder una gran importancia a esta preparación para el noviciado” (RC4).
En un documento más reciente de la CRIS, La Congregación reitera la función importante del pre-noviciado. “La formación no se consigue de repente. El camino desde la primera respuesta hasta el último compromiso se divide en cinco etapas: el periodo de pre-noviciado en el cual la autenticidad de la llamada es identificada en cuanto posible . Aquí se reconoce el pre-noviciado como una parte integral del proceso de la formación.
Deseo compartir con vosotros algunas de las reflexiones sobre este período inicial de la formación, después de haber discutido esta cuestión con el Consejo generalicio durante nuestra reunión plenaria del 11 al 13 noviembre de 1986.
La experiencia sugiere que un buen número de los que entran en nuestros noviciados no están suficientemente preparados para beneficiarse de él como se debe. El noviciado debería llegar en el momento en que el candidato “ha conseguido ese grado de madurez humana y espiritual que le permitirá responder a esta llamada con suficiente y apropiada responsabilidad y libertad” (RC4). Esto hace necesaria una cuidadosa reflexión. En este contexto, el consejo de Fr. Vincent de Couesnongle es aleccionador: “Es mejor posponer la entrada en el noviciado si existen dudas sobre la madurez del candidato, de lo contrario muchos hermanos abandonarán la Orden en mayor o menor número durante los primeros años de formación, y esto no es bueno para nadie, ya que el fervor del noviciado y estudiantado sufrirá inevitablemente”...