Luz para ser
Materiales preparados por el equipo de Pastoral Juvenil Vocacional de Familia Dominicana (Jóvenes Dominicos) con motivo del Jubileo de Santo Domingo de Guzmán 1221 -2021.
Es importante que nuestras comunidades sean “escuelas de diálogo” donde practiquemos y nos perfeccionemos en el arte de dialogar y contribuyamos así a que la Iglesia sea cada vez más una Iglesia dialogante. El diálogo es un instrumento imprescindible para crear comunidad pues posibilita la comunicación, el conocernos en profundidad. El diálogo nos lleva a salir de nosotros mismos y abrirnos a los demás.
Domingo auténtico
En Santo Domingo de Guzmán la búsqueda de la verdad empieza por ser uno mismo. Es decir, en ser un hombre auténtico, compartiendo sus dones siendo un regalo para los demás. Los años de formación le fueron forjando su interior y su personalidad. Con convicciones profundas que le llevaron a ser uno mismo y dar respuesta al mundo que le rodeaba.
Domingo pobre
A Domingo se le rompía el corazón y se le conmovían las entrañas ante el sufrimiento y la necesidad ajena. Salía de sí mismo con toda facilidad para ponerse en el lugar del prójimo, para sintonizar con su dolor o con su alegría. Los otros son para Domingo los pobres en Palencia, los herejes en el sur de Francia, la mujer cuyo hermano está cautivo, los frailes afectados por cualquier tribulación…Y no le basta compadecer. También sabe reaccionar: vender los libros, dialogar la noche entera, ofrecerse para intercambio por el cautivo, conversar con los estudiantes en las plazas de Bolonia…Un trato cálido y humano con todos: esos son rasgos de auténtica humanidad.
Domingo crítico
Domingo hace una crítica constructiva para aportar una perspectiva nueva que sea más enriquecedora y más acorde al Evangelio y a la misión que el Espíritu Santo había despertado en su corazón. Se muestra crítico con su mundo en todo lo que lo aleja del amor la compasión y la ética del evangelio, en todo lo que en ese mundo no corresponde a lo que debería ser según la fe, y a la par muestra alternativas y nuevas opciones para cambiarlo. Criticar sin construir, sin proponer alternativas, no corresponde a la mirada de Jesús.
Domingo amigo
Llama la atención la capacidad de amistad de este hombre. ¡Qué capacidad para asumir la condición humana, propia y ajena, y para sintonizar con ella! En él la amistad no es un asunto de tiempos libres, de tiempos de ocio. Es la forma de convivir en todo momento con todas las personas. Amigo de fieles y de los herejes que se cruzan en su camino. Amigo de los obispos Diego y Fulco, del Cardenal Hugolino… amigo de las monjas y de los frailes. Amigo de los estudiantes en Bolonia. Para todo eso es necesario ser humano, muy humano. La amistad es la virtud peculiar de las personas que son libres y dejan a los demás ser libres. Y es para quienes la practican fuente de alegría.
Domingo cuida
En esta fundación colaboró santo Domingo, pero la parte principal en sus comienzos la puso el obispo Diego, tras la mencionada disputa de Montréal y de otras que se siguieron, acompañadas de conversiones. En Prulla, plaza fortificada existía un santuario mariano cuya fiesta principal se celebraba el día de la Asunción de María, 15 de agosto. A su sombra dispusieron una casa de acogida para recibir a algunas mujeres nobles, a las que sus progenitores, por razón de pobreza y otras causas entregaban a los herejes para su educación y sustento.
Domingo libre
“Invocando el Espíritu Santo y reunidos los frailes, les dijo [fray Domingo] que había decidido en lo íntimo de su corazón enviarles a todos por el mundo, aunque fueran pocos; en lo sucesivo ya no morarían allí juntos. Se admiraron todos al
manifestarles decisión tan categórica, fraguada con tal rapidez.
Pero como les animaba una indudable sumisión a la autoridad que le daba su vida santa, asintieron con facilidad, confiando en que todo conduciría a buen fin”.
Domingo viajero
Estamos en una época de cambio social y tecnológico, de cambio de siglo, de realidad líquida que no logramos consolidar. Es una realidad vertiginosa que parece que no da descanso y apenas deja tiempo a la reflexión sosegada. En la que continuamente se van ampliando y multiplicando las posibilidades, las cuestiones y sus respuestas. Como si corriéramos hacia un horizonte, siempre inalcanzable y que además se amplía más y más ante nuestros ojos.
Domingo espiritual
Dios y el hombre son la gran pasión de Domingo de Guzmán y estos han de ser la pasión de cuantos formamos la gran familia dominicana, de cuantos nos sentimos educadores. Tenemos que ser cercanos a los hombres desde Dios e intimar con Dios desde los hombres. Recordamos las palabras de Domingo: “Hablaba a los hombres de Dios y a Dios de los hombres”.
Domingo Implicado
Domingo observa la realidad de su entorno y sabe leer sus causas. Se implica y compromete para cambiar esa realidad. A la gente de Palencia vendiendo sus libros y sus pertenencias recogiendo ese dinero para dárselo a los pobres. Domingo, en su radicalidad para mejorar el sufrimiento de las personas, llegó a ofrecerse como esclavo para liberar a un cautivo.
Domingo Soñador
Santo Domingo ve refrendada su pasión por la predicación con la figura de los apóstoles, que le urgen a predicar de forma itinerante, a extender la Buena Noticia del Evangelio. Santo Domingo sigue sus sueños, su vocación a pesar de los inconvenientes del momento histórico que le tocó vivir, tan caótico en muchos aspectos como el de nuestro mundo de hoy. Con su trabajo sostuvo la fe y la esperanza de la propia Iglesia, que siempre está necesitada de que cada uno de nosotros alce sus manos para sostenerla.
Domingo Resiliente
La Resiliencia se puede construir. No viene porque sí, sin más, hay que “alimentarla” con sueños, con los recuerdos de quién queremos ser, con un cierto realismo de aceptar que en toda vida hay momentos de oscuridad, pero sobre todo con la confianza en que Dios es capaz de darnos la fuerza, la gracia, el amor, para no rendirnos... y para aprender de esos malos momentos en la vida. Aprender cosas que nos serán de un grandísimo valor el resto de nuestro tiempo.
Domingo Dialogante
Una comunidad no avanza ni humana ni espiritualmente si la amistad no se alimenta, se expresa y se sacramentaliza con gestos, actitudes y palabras. Una amistad se deteriora y se marchita si no se la riega con una comunicación vital. Si queremos que la comunidad sea el espacio donde verdaderamente compartamos nuestras vidas en sus diferentes dimensiones,es imprescindible el diálogo entre nosotros.