María Antonia de Jesús Tirado
Biografía y oración a María Antonia de Jesús Tirado
¿Quién es?
Mª Antonia de Jesús Tirado (Jerez de la Frontera 1740 – 1810) era de familia muy humilde y religiosa. Su infancia, muy dura, la marcó para siempre. De niña, muy enferma, fue encomendada a Santo Domingo, con la promesa de que si sanaba, se haría terciaria dominica. De joven, era inconforme. Lo que sucedía en su ciudad era significativo para ella. Tenía que hacer poco esfuerzo para sentir el deterioro social pues todo estaba mal repartido y la deshumanización era palpable. Estos signos le hablaban de egoísmo y de la incapacidad para acoger y compartir.
Desea servir a Dios al sentir ilusión por trabajar en la construcción de un mundo mejor. Así, funda un beaterio de terciarias en Jerez de la Frontera, agregado a la Orden de Predicadores. La comunidad quiere ser signo de la presencia de Dios entre los hombres y así se dedicará a casa de ejercicios espirituales de señoras y a centro de enseñanza y formación para niñas pobres de la ciudad.
Tiene visiones y apariciones del Señor, de la Virgen María y de los santos; ratos de éxtasis recibiendo los dones místicos. Un punto singular de su espiritualidad estriba en el voto de clausura en el costado de Cristo, que es la forma concreta con que vivió la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Tras mucho tiempo dedicado a la meditación de los dolores y sufrimientos de Jesús en la Pasión, se produce en ella la estigmatización. También tiene lugar el cambio de corazones con Jesús y el matrimonio espiritual.
María Antonia descubrió que el amor es el único modo que Dios tiene para existir y que la única respuesta posible, es también el amor. Estaba donde había que dar mensajes de amor, traduciéndolo en solidaridad, comprensión y ayuda. Así era su predicación; siempre en movimiento, recorriendo los sitios en donde había que sembrar esperanza, asumiendo el riesgo inherente a la causa de Jesús siendo signo y camino desde el silencio, la cercanía y la comunión.
La Congregación se ha expandido por el mundo desarrollando su carisma “El amor a la Eucaristía manifestado allí donde les toque vivir”, en colegios, hogares para niños, comedores de ancianos, guarderías…
¿Qué nos dice hoy?
“Tres pobrecitos tengo en cueros, y no hallo con qué cubrir sus carnes, que esto es lo que me ha mandado el Señor como aguinaldo." (María Antonia)
“Tengo una pobrecita que dice el médico que va para leprosa. Nadie se quiere arrimar a ella, pero yo voy y la visito y le llevo comida y se la doy, le hago la cama y me vengo a mi casa." (María Antonia)
“Una mujer pobrecita venía descalza... Le dí mis zapatos y me quedé yo descalza." (María Antonia)
Para orar
“CON LOS SENCILLOS Y POBRES”
Nos unimos a Ti, Señor, en tu alabanza al Padre por revelar su gracia a los pequeños.
Ahora, como siempre, la novedad del Reino se sigue manifestando por tu Espíritu a los pobres, humildes, humillados, débiles, ignorantes y sencillos. Para sorpresa de todos los sabios, fuertes y poderosos. Para sorpresa y confusión de los amos del mundo.
Ilumina los ojos y el corazón de nuestra fe con la luz generosa de tu Espíritu que penetra en lo luminoso y en lo sombrío de las personas y los pueblos, en sus historias, culturas, religiones… hasta ese fondo donde Tú, Señor Resucitado, creas innumerables semillas de bondad y de gracia. Pon en nosotras las alas de tu Espíritu para que caminemos hacia delante, más cerca de la gente sencilla que sufre y espera. Para que descubramos mejor lo que es la vida y la muerte de los pobres y te descubramos en Para ser cuestionadas por ellos y anunciar con ellos tu amor universal a todas las personas.
Haznos realistas y humildes. Danos fuertes provisiones de la fe y de la esperanza que, lenta y sufridamente, penetran la realidad con la bondad que viene de Ti y la transforman hacia tu Reino. Líbranos de la torpeza de no verte cuando Tú Señor, estás tan presente, más cercano y vivo que nuestros propios ojos.
Oración
Padre y Señor Nuestro, concedemos que el Espíritu Santo alce su amor dentro de nosotras, para acudir a Ti filialmente e ilumina ante nuestro ojos el testimonio de fidelidad y de amor de nuestra madre Antonia, para construir una comunidad viviente de caridad y servicio en medio de tu Iglesia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.