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Vida religiosa después del 11 de septiembre ¿Qué signos ofrecemos?

3 de mayo de 2017
Vida religiosa después del 11 de septiembre ¿Qué signos ofrecemos?

Conferencia pronunciada por fr. Timothy Radcliffe en el Congreso Mundial sobre la Vida Consagrada - Roma 2004

Vivimos a la sombra del 11 de septiembre. Todos nos acordamos de dónde estábamos ese día. Y esto no sólo porque fue una tragedia -muchas personas han sufrido cosas peores desde entonces, por ejemplo, en Dafur-, sino porque es un símbolo del mundo en que vivimos al principio del nuevo milenio. ¿Qué tiene la vida religiosa que decir a este mundo?

Este es un mundo que está marcado por una paradoja. Estamos más unidos que nunca por las comunicaciones instantáneas. Vivimos en una aldea global. Estamos cada vez más marcados por una misma cultura global. La gente joven de todos los países usa la misma ropa, escucha las mismas canciones y tiene los mismos sueños. Y los que no pueden conseguir ropa de marca compran imitaciones más baratas. Se sienten a menudo mucho más identificados con su generación a nivel mundial, que con el sitio donde viven. Todos estamos viviendo con McWorld, en el planeta Pepsi o en la cultura de la Coca-cola.

Por otro lado, es un mundo que está cada vez más dividido por la violencia religiosa. En el mundo Cristiano, Judío, Musulmán, Hindú, y Budista, se dirigen unos a otros con agresividad. En el Norte de Irlanda, los Balcanes, el Medio Oriente, India, Indonesia, Nigeria y otros muchos sitios han roto la comunicación entre ellos. Es precisamente la cercanía de la aldea global lo que provoca la violencia. Muchos de los asesinatos  ocurren en casa, por gente que se conoce, que son vecinos, y en esta aldea global todos somos vecinos. ¿Qué le puede decir la vida religiosa a este cercano y violento mundo?

¿Y qué nos tiene que decir este mundo a nosotros?

Me voy a fijar en tres aspectos de esta cultura. En primer lugar, hay una crisis de personas desplazadas. Todos vivimos en esta aldea global, pero en el 9/11 descubrimos una violencia que estaba oculta ¿Cómo podemos los religiosos ser una señal de la única familia que Dios quiere? Segundo, ¿que futuro nos espera? El 9/11 simboliza el comienzo de una era que parece ofrecer sólo violencia. Tercero: enfrentados a esta realidad se está creando una cultura de control, de luchar por la hegemonía. Viendo todo esto, la vida religiosa tiene una palabra de esperanza. Hay otro tema que es  fundamental, pero del cual voy a hablar muy poco y éste es la cultura del consumo y el voto de pobreza. No voy a decir nada sobre esto porque es muy obvio. Muchas personas han escrito sobre nuestro testimonio de vivir en pobreza en la cultura del mercado, así que he preferido hablar de otros temas que son un poco menos obvios...

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