Un Dios capaz del hombre (Conferencia de Fr. Martín Gelabert)
TeologíaConferencia de Fr. Martín Gelabert, O.P., profesor de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia. XXXI Jornadas de Teología, dedicadas ...
“Si comprendierais lo que significa misericordia quiero y no sacrificios, no condenaríais a los inocentes” (Mt 12,7) No es posible la compasión cuando solo se piensa en uno mismo y ante las dificultades, limitaciones, contratiempos, se desata la ira, el desahogo vengativo hacia los más débiles. “Los otros son los provocadores del mal, de la inseguridad e inestabilidad” ¿Inestabilidad de quién? El mundo nada puede contra el hombre que canta en la miseria (Ernesto Sábato). A los pobres, a los “sin nombre”, a los abandonados… ¿qué les queda? ¿qué pueden perder? Sólo aquel que se cree dueño de algo, se siente hostigado, amenazado, y un corazón lleno de cosas y, a la vez, miserable dirige las iras contra los que reclaman, denuncian, con solo su presencia, un poco de dignidad y algo de justicia. Aquí y ahora, afirmar que la culpa de la crisis económica la tienen los trabajadores, por ejemplo. ¿De qué nos escandalizamos? De las formas y no del contenido, de las palabras y no de la ausencia de verdad, del mensajero sin escuchar el mensaje que posiblemente remita a cada uno a sí mismo
“No hay nada encubierto que no se descubra, ni nada escondido que no se divulgue y se manifieste” (Lc 8, 17). La luz de la Fe, la luz del Amor, no resisten el ocultamiento. Si no queremos ver, no por eso algo no existe, sino que lo perdemos. En el camino de la vida sus piedras hablan, y no sólo catástrofes y penas, también aliento y esperanza. Nadie puede mandar callar, sólo los mentirosos, hipócritas, se atreven a hacerlo para proteger sus “dioses”. El Amor, el lenguaje de Dios y pedagogía de Jesús, nos envuelve de valor y confianza para ver y escuchar la vida, para saberse hermano de los hermanos, para proclamar una palabra, para vivir como la Familia de Dios, donde todos necesitamos ser cuidados y cuidar. Amar
Se recogen en este libro las aportaciones de un congreso de la Familia Dominicana en el marco de las celebraciones de los 800 años de la fundación de la Orden de Predicadores, celebrado en La Virgen del Camino (León) del 7 al 9 de octubre de 2016. Entre los cristianos surge la inquietud por no desviarnos del asunto principal y eje de la fe: cómo ahondar en el misterio de Dios que nos llama a su encuentro y cómo renovar la predicación que estimule e impulse un renovado encuentro con Él.
Muchos frentes se nos abren cuando nos ponemos a reflexionar sobre el tema que titula este número de CR. No es solo el terrible y triste mundo de las migraciones. Es, también, lo que ocurre en cada casa cuando se cierra la puerta.
De alguna manera, por circunstancias distintas, porque nadie está exento de gozar y sufrir, no es desconocida la experiencia del abandono. El hecho de ser ignorado, no contar contigo, que nadie pronuncie tu nombre… confunde, desorienta. ¿Qué hacer? ¿Mendigar ese reconocimiento que todo ser humano merece?¿Llamar la atención con violento, con silencio? Ya eres silencio para los otros, como si no existieras. Vacío y soledad por el desprecio, tristeza que oscurece el día, que apaga la vida. ¿Dónde llamar? ¿Qué hacer? Guardar en el corazón.
Conferencia para la I Asamblea de Predicación (4), celebrada en el 2006, por fr. Miguel de Burgos O.P.
Reflexión sobre el trasfondo de la técnica, sobre qué tiene que ver la técnica con la trascendencia humana y la relación de la técnica con nuestra vida.
Reflexión no sobre la mujer, sino sobre una mujer, María, la madre de Jesús de Nazaret, el Verbo encarnado y por tanto, de la Madre de Dios.