Este pequeño apunte no pretende ser un estudio exhaustivo ni de alimentación en general, ni de la misma en este monasterio. Son unas pinceladas sacadas de algunos de los libros del archivo. Así, Libro de gastos generales de la mayordomía principal del combº. de religiosas de Stº Domingo de Guzmán del Real Patronato de S. M. en esta ciud. de Toledo que principió en el año de 1802. También.Libro de gastos diarios independientes de los que se hacen por la procuración en este Rl Convº de Nuestro Padre Stº Domingo de Guzmán de Toledo; qe es de Real Patronato. Tuvo principio en 1º de marzo de 1835. Otro pequeño, pero curioso y simpático: Librode Norma de la que ha de observar la provisora de Stº Domº el Rl de Toledo, con subtítulo: Quaderno comprehensivo de todo lo que la señora Probisora del Convtº de Stº Domingo el Real deve tener presente, para contribuir á las Religiosas con sus Raciones, por menor en que días y tiempos. Abril de 1794. Como detalle diremos que normalmente en las fiestas se hacía una serie de extraordinarios y que si al principio eran más comedidos, al final resultan ser los gastos del refresco1 tanto como los que se hacían por la fiesta misma, como ocurre con la de San Juan Evangelista. Estos gastos los cubrían las rentas de un capital que había dejado una monja, María de Sotelo para éste fin. Había fallecido poco antes de 1672, sin saberse la fecha exacta, pues es a partir de 1686 cuando empiezan a registrarse en un libro las defunciones de las monjas. Dejó para la fiesta de San Juan Evangelista un censo sobre las corredurías de la ciudad de Toledo de 1.000 ducados. En el monasterio existía dos cofradías de los Santos Juanesy había competencia entre las monjas por mejorar cada fiesta. Los gastos de esta fiesta están recogidos en un pequeño libro que comienza en 1712 con discretos gastos de ministros, gigantes, altar y cera. Con los años añaden otrosy así nos encontramos en 1741 con que hay gastos para el sermón, gigantes, tambor y clarín, pólvora, luminaria, custodia, altar, cera, refresco, mazas... siendo el refresco elmás costoso. Unos años después se añade un batido de güebos y coziduras de calabaza, y también en otro chocolate. En unas de las anotaciones dice que se compró nieve para el refresco de limón batido con azúcar.
Hay otros libros que recogen “los alimentos” de las religiosas. Éstas al entrar daban cierta cantidad de dote, no menos de 2.000 ducados si era para coro y no menos de 600 ducados si era para monja de fuera de coro. Junto con estas ofrendas se entregaba cierta cantidad de alimentos, pero generalmente se pagaban con dinero y no en especie. Por no dar muchas noticias, no haremos más referencias.
Las Constituciones de las monjas
Como vamos a tratar de los alimentos en un convento de dominicas, bueno será ver qué decían las Constituciones de las Monjas de Santo Domingo en la época en que nos hemos centrado. Por lo tanto, seguiremos unas Constituciones de 1793. Lógicamente han cambiado algunos usos, pero en nuestros días siguen aún existiendo algunas coincidencias.
En el capítulo IV de las mismas, habla de los ayunos que eran muy numerosos. Sería prolijo señalarlos. Eran continuos desde la fiesta de la Santa Cruz (14 de septiembre) hasta la Pascua de Resurrección. Luego se señala textualmente que desde ésta hasta la fiesta de la Cruz “coman dos veces las Hermanas...” siendo numerosas la excepciones. No se señalan desayunos y meriendas, que eran tomados como simples colaciones. Todos los viernes son ayuno, al no ser que según las distintas costumbres del lugar en los días de fiesta se dispense. Señala también que si una fiesta cae en lunes, la vigilia de la misma no se haga en domingo, sino en el sábado anterior. Lo de los viernes coincide con lo que se hace en la actualidad: en las solemnidades que caen en viernes no se ayuna y se puede comer carne. Lo de las vigilias que caigan en domingo, simplemente ya no se hacen.
En el capítulo V que trata del manjar, dice que la sacristana hará una señal con la campana antes de comer o de cenar, “tañendo un poco á tiempo competente, para que las Hermanas no tarden en venir á comer”. Luego señala otro toque de campana, seguramente para que estuvieran ya todas presentes para rezar. Se rezaba en el ante-refectorio, llamado más comúnmente en los conventos dominicanos De profundis, que es como empieza el salmo 129, “desde lo hondo a ti grito, Señor”, que se dice aún hoy día en las oraciones de la comida de mediodía por los difuntos, antes de entrar en el refectorio. Después de rezar, señalaban estas constituciones de 1793, otras consultadas de 1826 y curiosamente las anteriores a la reforma postconciliar, que las religiosas antes de pasar a la sala de comer se lavaran las manos. Semejante anacronismo tendría sentido en épocas anteriores, pues quizá era el único sitio donde se podían lavar las manos. Lógicamente ya no se hace como mandado por las constituciones. La incansable campana volvía a sonar para que entraran las monjas. Un detalle curioso en los dominicos y dominicas es el servir la comida desde los pequeños hasta los mayores, no al revés como sería lo correcto. Se debe a un milagro realizado por la oración de Santo Domingo de Guzmán, su fundador. En ese momento se encontraba en Roma. Los frailes, que entonces salían diariamente a pedir no consiguieron sino solo un pan. Entonces de vuelta al convento un pobre se lo pidió y ellos se lo dieron. Al llegar al monasterio les salió al encuentro Santo Domingo en persona y le contaron lo sucedido. Tocaron al refectorio, aunque algún fraile le decía: Padre, que no hay nada que comer. No les hizo caso. Rezaron, y dio la señal para que el lector comenzara a leer. Santo Domingo se recogió en oración y entonces aparecieron dos personajes que llevaban panecillos y desde los pequeños, o sea, los novicios hasta los mayores, fueron repartiendo el pan, desapareciendo después. La gracia fue completa, pues también hubo milagro con el vino. Esta costumbre sigue aun vigente y siempre es la priora la última en recibir la comida.
En el siglo XVIII la abstinencia era perpetua, si se exceptuaba a las enfermas. Éstas y las sangradas2, comían fuera del refectorio de comunidad, en otro pequeño refectorio, conocido también entre los dominicos y dominicas como el Infierno. Aunque el comer carne era una especie de privilegio, éste era considerado como algo marginal, pues las que degustaban este manjar no estaban con toda la comunidad, sino que lo debían hacer solas sin compartir ni mesa ni mantel con sus hermanas que se atenían a la dieta habitual.
Durante el periodo de ayuno, en la noche se tenía la llamada colación que citando textualmente las constituciones3, dicen así: “En el tiempo que ayunáre el Convento, haga la Sacristana señal á colacion á tiempo competente, y luego la Refitolera4 taña la campana. Despues de venidas las Hermanas al Refectorio, y sentadas á las mesas, en haciendo señal la que allí tuviere cargo5, comience á leer la Lectora de la mesa, diciendo primero Jube domine benedicere; y luego diga la bendición noctem quietam, &c. la Hebdomadaria6. Mientras dura la lección puede beber la que quisiere despues que hiciere la señal la que tiene allí cargo, y diciendo benedicite la Lectora, y dada la bendición por la Hebdomadaria largitor omniun bonorum, &c.
Las colaciones se han venido haciendo como tales hasta la última reforma de las Constituciones en que ya no se las menciona, sino que habla simplemente de ayunos, quedando a juicio de cada comunidad cómo deben hacerse. Últimamente no eran tan severas, pues como se puede apreciar, solo se podía beber agua según citan las Constituciones, pero era una cena frugal. Podía ser un plato de sopas de pan sin aderezo como primero y de segundo un plato pequeño de escarola que para variar otras veces reforzaban con una jícara7 de chocolate, pero no con leche, sino con agua, y otras una cucharada de mermelada.
Me ha llamado la atención lo que dice en el prólogo del libro La cocina de los conventos8, Víctor Alperi. Señala que comer en silencio sirve para saborear la comida. Es un error atribuir el silencio durante la comida en los conventos al solo goce de los alimentos. Su razón de ser no es otra que escuchar al lector o lectora que desde un púlpito generalmente hace la lectura. San Agustín dice en su Regla a este respecto: “Cuando os sentéis a la mesa, hasta que os levantéis de ella, oid sin rumor ni alboroto lo que según costumbre, se os leyere; para que de esta suerte tomando el cuerpo el sustento necesario se alimente también el alma con la palabra de Dios9”. Tampoco parece muy certero el silencio y la soledad para comer, pues siempre se tarda menos que si estás sentado a la mesa con otros amigos; se habla más, se come más despacio y lógicamente se saborea más la comida. Ahora las nuevas constituciones señalan que se puede hablar en el refectorio en algunas ocasiones señaladas, pero ocurre que la disposición del mismo no facilita la conversación10 y luego no estamos acostumbradas, así que lo que hacemos es comer fuera de él y si no, acompañamos la comida con música.
Algunos gastos en alimentos
Como señalamos al principio, no pretendíamos hacer un estudio completo sobre este tema, sino unas simples pinceladas, pues la documentación nos desbordaría. Así, lo que sí hemos visto en su totalidad es un libro del archivo “Gasto extraordinario desde marzo de 1634 hasta el de 1638”. Curiosamente solo aparecen gastos de pescado y en abundancia, sobre todo en adviento y Cuaresma en que se comía siempre de vigilia. En teoría no se debía comer carne como ya dijimos desde Pascua hasta el 14 de septiembre, pero las monjas compraban todos los años las llamadas Bulas, no solo para ellas, sino para los religiosos y sacerdotes que las asistían y los criados. Cada año aparece un gasto de unos 328 reales por 128 Bulas. Hay también gastos de azúcar candi, es decir, azúcar moreno. Hay un gasto muy curioso: se compró una arroba (@) de azúcar para la enfermería, para hacer jarabes de la botica También de los panecillos, pues el trigo lo tenían en las diferentes dehesas, lo molían y le daban al panadero la harina para que les cociera el pan.
Creemos que tal como lo pone el libro de gastos resulta lo suficientemente claro y así lo transcribimos.
Mes de marzo de 1635
Pescado vacallón1146 reales2 arrobas (para los mozos)
Sardinas97 reales3 arrobas
Cecial12221reales6 arrobas
Cecial166 reales5 arrobas y 9 libras (para acabar la cuaresma)
Pescado de cuaresma 2.535 reales
44 arrobas de cecial
7 arrobas de salmón
3 arrobas de mielga13
5 libras de sardinas
1 arroba de congrio14
6 libras de escabeche.
Mes de abril de 1635
Truchuela15225 reales1 arroba para los mozos.
Mes de octubre de 1635
Pescado cecial 225 reales 5 arrobas
Pescado de adviento Cecial de Madrid 261 reales 5 arrobas
Meses de febrero y marzo de 1636
Los pescados para la cuaresma: 3.580 reales
Cecial52 arrobasa 204 reales lo de Segovia a 180 reales lo de Toledo.
Salmón8 arrobas
Sardinas 4 arrobas y 6 libras
Truchuela2 arrobas
Escabeche3 arrobas
Mielga1 arroba
Congrio1 arroba y 18 libras
(faltó y se compró) Atún y cecial164 reales Se compraron de regatones16
Por este tiempo cambiaron de procurador, es decir, de fraile que les llevaba las cuentas y el saliente hace un resumen. Lo que interesa es que tenían 608 fanegas de trigo, 106 arrobas de aceite en varias granjas, tocino para todo el año y acaba resumiendo: “a las religiosas se les ha dado todo lo que se les suele dar de jabón, carbón, vestuario, aceitunas y otras menudencias”.
No pone el pescado de la cuaresma de 1637, por lo tanto no sabemos cantidades.
Como curiosidad señala que en septiembre de 1637el gasto que hubo de la colación que se dio a los frailes “este día pague veynte y quatro Rs de la colación que se dio a los padres de san Pedro martyr que vinieron a ayudarnos a encerrar el sanctissº sacrâto17”.
Mes de noviembre de 1637
Cecial tuco1854 reales1 arroba.
Mes de enero de 1638
668 reales de 2/3 de pescado cecial tuco a 5 ducados laarroba.
Cecial668 reales9 arrobas y 9 libras
Agua19436 realesl.114 caminos de agua para el aljibe grande
Mes de febrero-marzo de 1638
Agua30.408 Mrs.2.339 caminos de agua.
Pescado de cuaresma
Pescado seco1.393 reales 25 arrobas y 5 libras
Pescado cecial 54 reales 1 arroba
Besugo un barril
en escabeche 298 reales 4 arrobas y 12 libras (a 66 reales la arroba)
Salmón 315 reales 7,5 arrobas y 42 libras
Pescado cecial 328 reales 6 arrobas y 2 libras
Traer el pescado9 reales
10 de marzo de 1638
Pescado cecial 740 reales 6 arrobas y 2 libras
Portes 2 reales
Marzo-abril 1638
Sardinas89 reales(de las sardinas que ha gastado el convento en las Cenas de los tres primeros domingos de cuaresma)
Besugo en escabeche215 reales3 arrobas y 3 libras.
Pescado cecial332,5 rs.6,5 arrobas
4 gallinas20 realesAl escribano por carnestolendas20
Sardinas48 reales(de las sardinas que gastóel convento en los tres
Domingos últimos de cuaresma)
Congrio90 reales1,5 arrobas
Mielga46 reales1 arroba.
Este es el resumen del libro citado en el que solo podemos apreciar los gastos de pescado. Se supone que la carne y demás productos alimenticios vendrían al convento desde las numerosas dehesas que tenían. Hay muchos gastos de terneros vivos para las diferentes propiedades. El dato de las gallinas para el escribano es único y resulta curioso, pues muchos de los tributos que se pagaban al convento se hacían en gallinas. Algunos piensan que era una manera de hablar, pero lo ciertos es que las monjas exigían que fueran “güenas e sanas”.
Antes de adentrarnos en otros libros, vamos a seguir con algunos recibos de gastos alimenticios encontrados en papeles sueltos. Son una pequeña muestra. Algunos son prolijos en la descripción, no solo poniendo lo gastado, sino cómo era distribuido. Así vemos en un recibo de marzo de 1784 en que da cuenta de haber gastado 231 reales por 1.100 huevos. A continuación cita que son las raciones de las 25 religiosas que había en ese momento. “En 1º de dicho mes entregué beynte y quatro huevos para las beynte y quatro religiosas”. Una de ellas no comía huevos por lo que se ve. Comían al menos un huevo diario, pues la misma cantinela la va usando a lo largo de todo el mes. No cita a las criadas.
Otro recibo de pan dice así:
Gasto de pan cocido del mes de mayo de 1779
Raciones de 27 religiosas a ¾ de pan, o sea un pan y un cuarterón.
Para las diez criadas un pan diario a cada una.
Para echar al potaje, todos los días pan y medio.
Para las comunidades pobres, 5 panes semanales.
A una pobre particular ½ pan a la semana.
Firma: Sor Isabel de Echartea, panadera21.
Los garbanzos aparecen en el siglo XIX con mucha frecuencia. El 31 de diciembre de 1810 se anota la cantidad que se ha gastado en garbanzos, un importe de 7.117 reales por un total de 102,5 arrobas.
En una especie de borrador con unas cuentas y que pone también la fechade marzo de 1826, se anota lo siguiente: “a cada religiosa: una arroba de tocino con su pernil y despues se les reparte medio pernil a cada una de extraordinario”. Como es de suponer esta cantidad se daría por religiosa al cabo de un año, teniendo en cuenta que una arroba son aproximadamente 11,5 Kg
El único gasto en carne que hemos encontrado es el siguiente, cuyo encabezamiento dice así: “Despojos que se conducen al combtº en este año de 1822”
lomos a cada religiosa16 arrobas
lomos de extraordinario6 arrobas
cavezas13 arrobas
riñones 34 arrobas
lomillos32 arrobas
espinazos12 arrobas
asaduras10 arrobas
huesos36 arrobas
pies36 arrobas
manteca8 arrobas
papadas a una y media8 arrobas
morcillas una docena gordas y otra delgadas
lenguas44 arrobas
tripas y begigas.
Por último, en cuanto a gastos citamoslo que pone otro papel, en el que sin fecha ni cantidad de costo, dice lo que se hubo cierto año para la fiesta de Santo Domingo: “para el día de N.P22. 67 pollos, palominos, ciruelas, tostones medio celemín”.
Las raciones que daban a las religiosas
Es curioso constatar cómo aún hoy en día, si no con esa precisión, sí como norma se sigue manteniendo no ya los cazos de arroz con leche o cualquier otro alimento que se deben dar a cada una, pero sí qué fiestas han de ser celebradas con mayor solemnidad y con mejores manjares dentro de la sencillez de la vida religiosa. Los flanes se siguen haciendo más o menos para los mismos días, como Resurrección, Pentecostés, el Corpus, Santiago, Santo Domingo, la Asunción, la Inmaculada y el santo de la priora. Otras fiestas consideradas de menos solemnidad tienen el arroz con leche o las natillas. El potaje de castañas se suele hacer los viernes de cuaresma, las torrijas el Jueves Santo solamente, los tortitos de bacalao son casi exclusivos de las vigilias de cuaresma, el cascajo se pone en la cena de Nochebuena, y así podríamos ir enumerando tradiciones.
El libro que vamos a exponer a continuación tiene fecha de abril de 1794, pero ahí recoge por escrito lo que debía venir haciéndose desde hacía mucho tiempo. No solo incluye las raciones de las religiosas, sino también la de los capellanes, criados, criadas, los obreros que venían al convento para cualquier trabajo y a las pisadoras23.Creo que el libro resulta lo suficientemente expresivo y será el mismo texto el que nos ayude a conocer costumbres que se pierden en el tiempo y que algunas perduran. Solo irán los alimentos de las monjas, a no ser que en los otros encontremos algún detalle curioso.
Raciones de las religiosas
Arroces con leche
Por la fiesta de Nrô. P. Stô. Domingo, se dá á cada Religiosa seis cazos.
Por las fiestas de la Anunciación de Nrâ. Srâ, Jueves santo y Pasqua de Navidad se dan dos Cazos, por caber lo mismo que en las dos tazas que se davan medio.
Colaciones à Religiosas
Navidad
La víspera de Navidad se dá á cada Religiosa (no estando completas las 40del numero) dos tazas de calavaza.
Cascaxo24
De cascaxo se dá medio celemin colmado de castañas, y otro medio de piñones a cada Religiosa; y lo mismo a las criadas, y á la Vicaria; un celemin de castañas para las seglares el dia que varren para Año nuevo.Para los dos andaderos, y el sacristan se dá á cada uno medio celemin de castañas, y medio de piñones; y fruta se da la a la Sra. Bicaria para las seglares por el barrido de año nuebo.
Pasas
Por el Adviento y la Quaresma se dan pasas á las Religiosas: por Adviento dos libras; y por la Quaresma tres.
Raciones de ajos y cebollas en octubre25
A cada Religiosa se da una Quartilla de cebollas, y á cada seglar lo mismo, y las sobrantes se reserban para la cozina.
De Ajos se dá á cada Religiosa tres libras, á cada seglar una libra, y los que sobran se dan á la cocina.
Las especias se les dan lo que necesitan.
Postres que se dán a las Religiosas
Siempre que se dan ubas se da media libra á cada Religiosa, y á las diez seglares26 de comunidad lo mismo, sino es el de Nrô Padre Stô. Domingo, que en este dia es una libra para cada Religiosa, y á las seglares siempre media libra.
Quando se dan Melocotones, Naranjas, Gamuesas, Peras, Limas ó Manzanas, se dan dos á cada Religiosa y lo mismo á las seglares: Quando es cosa de peso, siempre es media libra; de Naranjas se dá una á cada seglar.
Quando se dán criadillas de tierra27, se da media libra á cada Religiosa, y quando se dán por Postre se dá a las seglares lo mismo.
Quando se dán espárragos á cada Religiosa se dá un manojo, y lo mismo á las seglares; el Viernes Santo dos Lechugas, y lo mismo á las seglares, y si alguna otra se diesen, siempre se acostumbra el mismo metodo.
Refrescos
Quando hay refresco de comunidad, se dan á cada Religiosa dos jarrillas que se miden con las que hay en la Procuracion28 de plata; si hay pisaderas y seglares una jarrilla.
Quando hay elección de Priora se dá un vollo de chocolate de á quarteron, y dos vizcochos redondos según la medida que dice la Sra. Priora, y estos se da á las Pisaderas si las hay; los vizcochos largos se dan doce á cada Religiosa; á la Señora Priora y demas que lo han sido, diez y ocho; a las suprioras, catorce; á las criadas ocho.
Los dulces para la comunidad lo mismo.
Azúcar, Almendra y Leche
Para los Arroces de Nrô. Padre se trahen treinta y dos azumbres de leche de cabras (de Arroz cada día 16 libras a 8 libras cada perol y lo mismo de Azucar que componen las 34 azumbres), y de azucar dos arrobas y media: Para la vevida de leche de almendras del dia del Santo, se trahe arroba y quartilla de azucar. De almendra tres quartillas; para los demas arroces de Pascua, Semana Santa y Encarnación, cada vez media arroba de azucar, y media arroba de almendra, menos el de Pascua que es de leche de ganado.
Para la colación de Navidad media arroba de azucar y para la calabaza fresca una quartilla de azucar.
Para la colación de N. Padre Sto. Domingo tres quartillas de azucar; dos limones si son grandes como parecen, se encargan las docenas que corresponden para dar á dos cascos á cada Religiosa.
Almendra
Para la Colación de Navidad se muelen diez libras de arroz y ocho libras de almendras.
Para los arrozes de Semana Santa se trahe media arrobade almendra para cada uno.
Siempre que hay refresco se trahen tres quartillas de Almendras.
Extraordinarios 29
Día de la Circuncisión Pasteles.
Dia de Pasqua de Reyes Perdices
Dulce nombre de Jesús cabritos
Octavo de Reyes capones
Conversión de San Pablo Inglesas30
Víspera de la Purificazion (se da siempre una libra) Peces
Domingo de carnestolendas (á cada Religiosa un par) perdices
Anunziacion de N. Sra. (á cada Religiosa media libra) Salmón fresco31
Primero de Resurrección Corderos
Segundo día de Pasqua32criadillas de carnero.
S. Juan Anteportam Latinam palominos
Ascensión del Señor pichones
Vigilia del Espiritu Santo peces
Día de Pasqua33pollos
Ssma. Trinidad sesos y criadillas
Corpus pichones
Día Octavo34pollos
Nota: En Quaresma y Adviento se dá Merluza y de esta y Salmon solo media libra. La Bispera de todos los santos se dan pezes.
Razon de los garbanzos que se dán pª las ollas y potages.
Se dan pª. Las doce ollas, diez y siete medios colmados; pª. once, quince colmados, y medio rasado; pª diez, catorce colmados y el colmo de otro; pª. nuebe, trece colmados; pª. ocho se dan doce colmados, y uno rasado; pª siete, diez colmados, y un colmo de otro; pª seis, nuebe colmados; pª cinco, siete colmados, y uno rasado; pª quatro ollas, cinco colmados, y el colmo de otro; y el medio del sacristánno entra en esta quenta, que se dá siempre aparte.
Quando no hai verdura, se dá pª cada día un medio rasado; pª potage entero se dán dos medios rasados de garbanzos; quando es de Judías son dos medios colmados. Quando hai potage de espinacas se dá medio colmado de garbanzos; pª Adviento y carnestolendas se dá pª la olla, un medio colmado, y el del sacristàn aparte; para los potages de Adviento y carnestolendas se dá medio; quando hai potage de congrio, se dá un celemin colmado pª cada uno; pª potage entero de arroz se dán siete libras; pª potaje de castañas se dán quatro medios de castañas, ni bien colmados, ni bien rasados; se dán seis libras de miel pª cada potage de castañas35.
Quando se dán los garbanzos, se dá un celemin á cada religiosa
Conclusión
La vida religiosa está toda ella regulada por una serie de normas. Quizá todo lo anterior resulte poco creativo, pues siempre se hacían las mismas cosas. Como queda dicho anteriormente, es la Liturgia la que va señalando día a día las fiestas y celebraciones importantes en la familia religiosa, al igual que lo hace al resto de la humanidad, pues desde el nacimiento de Cristo que se celebra en Navidad y siguiendo los misterios de su vida hasta su pasión y muerte en Semana Santa, va señalando fiestas y hasta algunos días de vacaciones. Lo mismo ocurre con numerosas fiestas de santos patronos y de la Virgen. Cada pueblo celebra con más intensidad unos días determinados en su calendario y no pueden estar exentos de ello sus monasterios.
No es el lugar de hacer una apología de las fiestas y del modo de celebrarlas, pero sí que a todos nos gustan y unas más que otras. En las páginas anteriores hemos podido comprobar cómo se vivían algunas con mayor solemnidad. Una comunidad religiosa contemplativa, vive inserta en la sociedad que le corresponde y siente los acontecimientos buenos o malos de esa misma sociedad, celebrándolos y alegrándose de unos y compartiendo con su oración y sacrificio los adversos para hacerse presente y cercana a todos, por lo tanto, es lógico su participar en las celebraciones. Así no vivimos ajenas sino como miembros de una gran familia.
Sor María Jesús Galán,op
Monja en Santo Domingo el Real de Toledo
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1 Este refresco era para los participantes en la fiesta, no para las monjas.
2 Era muy corriente el uso de las sangrías. De hecho, mandaban las constituciones que se hicieran cuatro veces al año. La primera se hacía en septiembre, la segunda después de Navidad, la tercera después de Pascua y la cuarta cerca de la fiesta de San Juan Bautista, es decir, alrededor del 24 de junio.
3 Constituciones de las monjas de la Orden de Santo Domingo, Madrid, Año MDCCXCIII. Cap. VI De la colacion. Pág. 45-47.
4 La monja encargada del refectorio, es decir, el comedor.
5 Se refiere normalmente a la priora, si ella no está será la subpriora, si tampoco se encuentra allí lo hará la vicaria, si no la hebdomadaria y en su defecto la monja mayor en profesión.
6 Viene de Hebdómada, semana en latín. Es la monja que durante toda la semana recita las oraciones y lecturas breves del oficio divino y da la bendición de la mesa.
7 Todavía quedan estas jícaras en la cocina, pero ahora las usan como medida.
8 LA COCINA DE LOS CONVENTOS Academia de la cocina española. Pág. 10. Oviedo 1997.
9 Regla de San Agustín obispo. Cap. 4 Del ayuno y de la lectura en la mesa. Núm. 16.
10 Desde época medieval la disposición de las mesas y asientos en los refectoriosha guardado la forma de u, quedando el espacio intermedio destinado a las servidoras de mesa, y el tramo central, a la presidencia. Esta estructura es idéntica a la que se mantuvo durante siglos en los banquetes de la burguesía y la nobleza medieval y renacentista.
11 Al menos para nosotros, gran parte de estos pescados señalados nos resultan desconocidos, así hemos recurrido a diccionarios en ocasiones no muy modernos, como uno que hay en el archivo de 1835, peroque incluyen estas variantes. En concreto, este pescado vacallón pudiera ser la llamada vaca marina.
12 Merluza u otro pescado parecido, seco y curado.
13 Nombre común de un pez escualo de carne comestible y de piel similar a la de la lija.
14 Pez marino comestible parecido a la anguila.
15 Bacalao seco más delgado que el común.
16 Viene de regatear, o puede ser también de reventa. El caso es que el pescado les salió más barato.
17 Algunas de las fiestas se celebraban por todo lo alto, en concreto la de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden. Se afinaba el órgano, sacaban gigantones que han existido hasta hace unos años. Adornaban el altar y ponían colgaduras en la iglesia, se le daban unos 100 reales para gastos a la priora y se sacaba en procesión una custodia procesional de plata del siglo XVII que según a juicio de uno de los procuradores, el P. Juan Moreno “a excepción de la de la stª Yglesia no se que la aya maior en Toledo”. El motivo de la colación mencionada era que el 4 de agosto, día en que se celebraba la fiesta de Santo Domingo antes de la reforma, era ayuno y abstinencia, por lo tanto no había cena, sino colación. La monjas en este convento lo resolvieron de manera simpática: instituyeron la fiesta del santo perro, que en la iconografía de santo Domingo aparece junto a él, debido a un sueño que tuvo su madre antes de nacer en que le veía como un cachorro con una tea en la boca, significando que con su doctrina iluminaría al mundo. En este día se podía comer carne y lo celebraban gastronómicamente. La costumbre sigue vigente, aunque el ayuno y la abstinencia ha pasado a la víspera. El día del santo perro sigue de colofón a la fiesta.
18 No hemos podido encontrar ninguna referencia a esta palabra.
19 Ponemos este dato del agua porque sigue siendo costumbre llenar el aljibe en febrero, que como se verá se llenó. No se suele hacer todos los años, pero siempre lo hacen en el mismo mes. En la actualidad se llena un solo aljibe con agua del grifo, pero va pasando lentamente por tres filtros de arena de río y carbón.
20 Es el domingo antes de miércoles de ceniza, o sea carnaval. Solo aparece este gasto aquí y no en otros años. Quizá fueraun compromiso que tuvieran con este escribano para agradecerle algún favor, pues aparecen otros gastos de medias de seda para los ministros que las ayudaban con los privilegios y pleitos.
21 No sé si esta monja sería también la procuradora, al menos era la que distribuía el pan.
22 Abreviatura de nuestro padre (Santo Domingo).
23 Estas señoras no eran monjas, sino que querían retirarse casi siempre al final de su vida para vivir en soledad y lo hacían en grandes monasterios donde habían abundantes celdas y vivían la vida de comunidad sin inmiscuirse en los asuntos de la misma. Entre las pisaderas importantes de Santo Domingo el Real cabe destacar a Santa Beatriz de Silva, fundadora de la Orden Concepcionista, que vivió por espacio de 34 años en el monasterio y doña Clara Jacinta de Velasco, marquesa de Villafiel, que pagó a sus criadas la dote para que ellas fueran religiosas en el convento.
24 Todavía sigue la tradición de poner en la cena de Nochebuena un plato con cascajo. Según el diccionario enciclopédico de la lengua española, Vol. 1. Madrid 1853 es “El conjunto de frutas secas de cáscara, como nuezes, avellanas, castañas, piñones, etc., que se suelen comer por Navidad”. Ahora suelen añadir algún polvorón y otros dulces navideños.
25 No se sabe con certeza cuando dejaron las monjas de tener cocina propia y comer todas solo en el refectorio, aunque estaban obligadas a asistir a él como un acto más de comunidad. Aquí parece que en esta época todavía podían tener algún alimento para cocinar ellas en su celdas, que eran estancias enormes con varias habitaciones y entre ellas una cocina.
26 Estas seglares eran criadas que entraban todos los días para hacer las labores de la casa. Les salía a las monjas más económicas que las monjas de fuera de coro o legas, pues mientras a las criadas solo les pagaban un sueldo y les hacían partícipes de sus alimentos en algunas ocasiones, no tenían que mantenerlas continuamente, pues ya en el siglo XVIII la economía del monasterio no era muy boyante.
27 Se refiere a unos hongos carnosos que se crían bajo tierra, buen color y gusto sabroso.
28 La procuración es la despensa del convento, pero no solo de alimentos, sino de cualquier cosa que se necesite y que tenga que comprar la procuradora, desde el jabón y las escobas hasta la fruta, teniendo varias dependencias. Esas jarrillas de plata ya no existen en la procuración, probablemente se vendieron.
29 La liturgia en la vida de un monasterio es la que da variedad a cada día y a cada semana del año y lo hace de forma notable en las fiestas. A continuación va una lista de los extraordinarios que se hacían en las diferentes fiestas del año litúrgico. Es lo que comúnmente se dice de celebrar las fiestas con Misa y Mesa.
30 No he podido ver a qué se refiere. En la actualidad las monjas llaman inglesas a las patatas en rodajas finas.
31 La fiesta de la Anunciación de la Virgen o de la Encarnación es una de las más queridas y tradicionales en la comunidad, remontándose su origen al menos al siglo XVI en que Pío IV otorgó una bula en 30 de agosto de 1561 y celebrándose con mucha solemnidad y esplendor. Había procesión de la Virgen y el ángel Gabriel y no podían faltar la música, la pólvora y los gigantes. Las monjas lo celebraban también especialmente, pues es la única ocasión en que se señala que coman salmón y además fresco. Aunque no era fresco tal como lo entendemos ahora. Se decía que el pescado estaba fresco, es decir, símplemente salado para ser remojado o bien en escabeche. Hay que tener en cuenta que el pescado lo traían al interior con mulas y tardaban varias jordanas en llegar a Toledo. Como esta fiesta cae en Cuaresma, el extraordinario era pescado, lo mismo que las vigilias de otras fiestas, pero estas se celebraban con peces.
32 En la actualidad se sigue celebrando como extraordinario el segundo día de Pascua, aunque no hay un alimento específico.
33 Se refiere a la Pascua de Pentecostés.
34 Octava del Corpus.
35 El potaje de castañas se sigue haciendo en cuaresma, pero ya no se le echa miel, sino azúcar.