700 años de luz a la orilla del Duero
Celebración de los siete siglos de historia del Monasterio de Sancti Spiritus de Toro.
Las Dominicas de Toro, que desde comienzo de año están celebrando los 700 años de historia de la fundación del Monasterio, quisieron que la solemnidad de Pentecostés, el día del Espíritu Santo (titular del Monasterio), fuese una celebración especial, y por ello invitaron a toda la Familia Dominicana para compartir el gozo de una larga historia. Se hicieron presentes el Promotor de la Orden para las monjas fr. Cesar Valero, y el socio del Prior Provincial de la Provincia de Hispania fr. Francisco Rodríguez Fassio, la Secretaria de Familia Dominicana Pilar del Barrio, frailes de Salamanca, Valladolid, León y Madrid, hermanas de vida apostólica y laicos dominicos, junto con amigos y personas cercanas a la comunidad.
Presidió la Eucaristía fr. César Valero quien comenzó la celebración leyendo una carta del Maestro de la Orden felicitando a la comunidad. A continuación Sor Flora dio la bienvenida a los presentes explicando los distintos símbolos que estaban repartidos por el presbiterio: siete velas en torno al cirio pascual como recuerdo de estos siete siglos, unas espigas como símbolo del fruto del monasterio en este tiempo y las constituciones que han marcado la vida de la comunidad desde el comienzo.
En su homilía fr. César, recordando unas palabras de una monja contemplativa que describía su vocación no como una huída de las tinieblas sino como una búsqueda de la luz, resumió la historia del Monasterio de Toro como "700 años de luz a la orilla del Duero para el mundo entero". Resaltó también la importancia que la vida contemplativa sigue teniendo hoy para la Iglesia y la sociedad: "Frente a un mundo que piensa que tras esta vida sólo nos espera la nada, la vocación de las contemplativas en cambio, anuncia al mundo que esa nada está habitada por el amor". Finalizó su homilía dirigiéndose a las hermanas animándolas a que den gracias a Dios porque tienen mucho que contar de estos 700 años de historia, por el presente que están viviendo y por un futuro esperanzador en que podrán seguir ahondando en ese misterio de luz. En el momento de las ofrendas, junto con el pan y el vino, las hermanas presentaron diez rosas blancas, el mismo número de hermanas que viven actualmente en el monasterio.
Al final de la celebración, fr. Francisco Rodríguez Fassio, socio del prior provincial leyó una carta del Provincial dirigida a las hermanas dando gracias por el séptimo centenario, por la vida presente de esta comunidad siempre hospitalaria y acogedora que ha recibido durante años a frailes, hermanas y laicos que han sentido siempre aquel Monasterio como su casa. Agradeció su misión contemplativa y orante por toda la Familia Dominicana y en especial este año por los frailes de la recién nacidad Provincia de Hispania.
La priora sor María Cruz agradeció la presencia de toda Familia Dominicana y a Dios por haberles concedido el regalo de poder celebrar setecientos años de historia, y por seguir siendo una comunidad viva y con futuro.
Finalizada la Eucaristía, los dominicos Sixto J. Castro y Jaime ofrecieron un espléndido concierto de órgano y violín, interpretando obras de Scheidemann, Francisco Andreu, Andrés de Sola, Casciolini, Cabanilles, finalizando con la Anunciación, de las sonatas del Rosario de Biber.