El domingo 1 de octubre Almería celebró el Santísimo Rosario con una eucaristía y una procesión
Desde los años que precedieron a la Guerra Civil, la imagen de la Santísima Virgen del Rosario no procesionaba en octubre
Eran las nueve y media de la noche cuando Nuestra Señora del Rosario entraba en Santo Domingo. Desde los años que precedieron a la guerra civil, la imagen de la Santísima Virgen del Rosario no procesionaba en octubre. Las últimas noticias que se tienen en los libros de la Archicofradía referentes a la procesión son del año 1930. De los años posteriores se tienen registrados los cultos del mes de octubre, pero nada se dice de salida procesional. Después de la guerra, se celebraron los Rosarios de la Aurora, a las 5.30 de la mañana, con gran afluencia de personas. Pero nada el primer domingo, ni los 7 de octubre, salvo la novena y el culto interno.
El primer domingo de mayo, en la fiesta de la rosa, la Virgen salió a la calle en devoto rosario. En toda su historia, era la primera vez que lo hacía en el mes de mayo. En esta ocasión la Archicofradía ha salido en posesión para obsequiar a la Reina del Santísimo Rosario, con toda la solemnidad de la fiesta que en la Orden de Predicadores se le dedica. Es así desde que el Papa Gregorio XIII concediera celebrar el primer domingo de octubre el Santísimo Rosario. Pasadas las 6.45, la cruz conventual iniciaba el cortejo, con filas de cofrades y devotos del Rosario. Estaban presentes hermanos de la Muy Antigua, Pontificia, Real e Ilustre Hermandad de la Santísima Virgen del Mar, Patrona de Almería; de la Hermandad de la Macarena y de la Dominicana Hermandad de Rosario del Mar.
En la eucaristía participó la presidenta de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería. Con los sones del Himno Nacional los costaleros colocaban en la plaza de la Virgen del Mar, el paso del Rosario. Se rezó entonces el primer misterio de gloria.
La delicada imagen de la Virgen del Rosario, obra a atribuida a Ramón Amadeus (escultor catalán 1745-1828), de finales del XVIII o principios del XIX, sobre un trono-peana, de Jesús de Percevál, atravesando Gravina, enfiló la calle Real con los sones de la Agrupación Musical Nuestra Señora del Mar, de Huércal, Almería. La agrupación musical acababa de recibir la medalla y el nombramiento de Hermano Distinguido de la Archicofradía.
Se vivieron momentos de fervor y emoción, al discurrir por la calle Emilio Ferrera y sobre todo por Conde de Xiquena. Las Siervas de María, le cantaron y rezaron el cuarto Misterio de Gloria. Y de allí ante la puerta de la Catedral y bajando por la calle Cubo, entró en Manou, para llegar, nuevamente por Real y Gravina a las puertas de Santo Domingo, donde se rezó el último misterio: la Coronación de María.