Aprobados todos los textos de las comisiones, incluido el texto sobre predicación

Crónica no oficial del 2 de agosto del Capítulo de Vietnam.

Hemos terminado de aprobar todos los documentos de las siete comisiones. La mayor parte del día lo hemos dedicado al de la comisión dos, sobre la predicación. Pero también hemos aprobado algunos textos que quedaban pendientes de otras comisiones. Gracias a Dios, este trabajo ha terminado antes de Vísperas. Digo gracias a Dios, porque estaba prevista una sesión de ocho a diez de la noche en caso de que hubiera sido necesario.  

Mañana por la mañana lo dedicaremos a aprobar el prólogo, y a alguna otra cuestión final (como por ejemplo la Sede del próximo Capítulo General), antes de proceder a la firma de las Actas. Prometo decirles quiénes son los firmantes, por si conocen a alguno. Espero que, tras esta declaración de intenciones, alguno de los capitulares que me leen, que son bastantes, no me diga que no puedo dar el dato.

El documento sobre los “desafíos y renovación de nuestra predicación” es el más largo de todos. No es extraño, pues aborda el elemento más identitario de nuestra vocación de frailes predicadores. Tras una primera declaración (de la que ya hablé en la crónica de ayer), el documento consta de cinco partes: 1) ¿Qué predicamos?; 2) Los contextos de nuestra predicación; 3) Los foros de la vida apostólica; 4) El talante de la predicación; y 5) ¿Cómo se forma un predicador? 

Evidentemente, lo que predicamos es el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Pero este Evangelio debe predicarse de forma que se entienda, sea cual sea la situación de las personas que lo escuchan. Por otra parte, esta buena noticia sobre Dios y su reino, tiene repercusiones antropológicas, pues el misterio de Dios ilumina el misterio del ser humano: la vida, don de Dios, es sagrada.

Celebrando la aprobación de los documentos

El capítulo sobre los foros de la vida apostólica hace un recorrido por los distintos campos humanos y sociales en los que los hermanos desarrollan su predicación, tales como: los migrantes, el diálogo interreligioso, los jóvenes, los pueblos originarios, los Colegios, las Universidades, el apostolado del Rosario, los Santuarios, las parroquias, el arte, la familia, el mundo digital y las redes sociales. Como ven un vasto campo, donde el Evangelio debe ser anunciado, buscando el mejor modo para que pueda ser acogido, y siempre como una propuesta, nunca como una imposición. En algunos de estos foros, el diálogo de la fe con la cultura es un elemento esencial. 

La última parte del documento es una reflexión sobre “cómo se forma un predicador”. Entre otras cosas, se dice que un criterio irrenunciable del discernimiento vocacional es el celo por la predicación en los candidatos. También trata del estudio ordenado a la predicación, una predicación a la vez doctrinal (centrada en los misterios de Cristo) y profética (como anuncio de la gracia a las inquietudes, búsquedas y sufrimientos de las personas). El documento se refiere también a la necesidad, de cara a la formación, de comunidades en las que se puedan practicar regularmente los elementos esenciales de nuestra vida. 

El predicador de esta mañana ha sido el filipino fray Florentino Bolo, que ha predicado en español. Ha comenzado contando la alegría que se llevó, siendo novicio, de ver un cuadro en el que los frailes estaban amparados bajo el manto de María, y la sorpresa que luego tuvo al comprobar que otras Congregaciones y órdenes religiosas conocían esa misma tradición. Luego ha hablado de dos tipos de familiaridad o de acercamiento a las personas. Una mala, la de aquel que aprovecha el conocimiento para juzgar; y otra buena, la de aquel que, al conocer, ama más y mejor. Ese debió ser el conocimiento que la Beata Juana de Aza (cuya fiesta hemos celebrado) tenía de sus hijos.

Una cosa más: los estudiantes de la Provincia de Vietnam han preparado un dosier de más de 200 páginas con los datos de todas las Provincias de la Orden en los últimos diez años. Van a ofrecer una copia a cada Provincia.

Fr. Martín Gelabert