¡Ay de mí si no predico el Evangelio!
Mensaje del Interdefinitorio
¡Ay de mí si no predico el Evangelio!
(Mensaje del Interdefinitorio)
Las provincias dominicanas de la Península Ibérica hemos celebrado los Capítulos y por primera vez se ha reunido el Interdefinitorio. Por sí mismo, esto es ya un signo de esperanza. La lectura que aquí hemos hecho sobre la realidad no se ha centrado en lamentaciones y miedos que bloquean, sino en cultivar una mirada lúcida, compasiva y profética sobre nuestros contextos sociales y provinciales.
Hemos sido capaces de mirar más allá de nuestras limitaciones para buscar lo que nos une y optimizar nuestros recursos. Es más lo que podemos ganar si unimos fuerzas que lo que tememos perder.
Los treinta y tres representantes de las cinco entidades que integramos la Península Ibérica apostamos por revitalizar el sentido de nuestra identidad y misión como frailes dominicos en el s. XXI. Hemos asumido lo mejor de la tradición dominicana: nuestro modo de ser y hacer constituye una aportación enriquecedora para esta sociedad compleja y plural.
En un clima fraterno y unánime, hemos reflexionado cómo afrontar ahora los pasos concretos que nos lleven a un futuro fecundo en la misión compartida.
El futuro, que ya está aquí, tiene un nombre: PROYECTO 2016. Este proyecto, pretende revitalizar el carisma dominicano en nuestro ámbito cultural y eclesial, tanto en lo que mira a nuestra vida como a nuestra misión, buscando mayor eficacia por la participación en una estructura común.
Hemos acordado temas importantes sobre la formación inicial de los futuros dominicos, concretado responsabilidades conjuntas en nuestra misión intelectual, priorizado nuestra predicación entre los jóvenes, y asumido los desafíos de una presencia significativa y común en Internet.
Toda esta labor es fruto de un trabajo previo de muchos hermanos implicados a lo largo del tiempo, trabajo que agradecemos. Sentimos que es el momento de dar un impulso fuerte a todo lo que contribuya a situarnos en un horizonte de realismo e ilusión, para prepararnos un futuro compartido.
Agradecemos al Maestro de la Orden el mensaje que ha dirigido a la Asamblea y recogemos su invitación a profundizar en “la espiritualidad que nos une y da sentido a nuestra vocación como predicadores”. Esta mística que debe acompañar todo el proceso y todos nuestros proyectos nos lleva a sentirnos parte de una misión más grande, la de la Orden de Predicadores que en España y Portugal, con sus vicariatos, hace decir a sus frailes: ¡ay de mí si no predico el Evangelio!
¡Imple Pater!