Mons. Carlos Azpiroz imparte ejercicios espirituales en Caleruega para las monjas dominicas
Participaron 56 monjas de las 4 federaciones de contemplativas dominicas de España
Lo que antes era solo un sueño, se hizo realidad. El exmaestro de la Orden de Predicadores, al que el papa Francisco hizo arzobispo coadjutor de Bahía Blanca en 2015 y arzobispo titular de esa misma diócesis en 2017 dio ejercicios espirituales en el monasterio de Caleruega para las monjas dominicas de España, del 10 al 17 de mayo de 2019. Hay que tener en cuenta que Fr. Carlos Azpiroz se ocupa de su gran diócesis en Argentina, cumpliendo la tarea que la Iglesia le encomienda, y era casi imposible poder volver a verle en Caleruega. Pero el Señor lo ha preparado todo para que pudiera asistir con sus hermanas.
56 monjas de las 4 federaciones de contemplativas de España tuvieron ejercicios espirituales dirigidos por el Obispo. Bastantes menos que en anteriores ocasiones que este tipo de ejercicios se convocaron, y debido, sin duda, a que las comunidades actuales son menos numerosas que hace años.
Aún sabiendo esto, Fr. Carlos quiso convocara las dominicas nuevamente aprovechando que venía a la visita ad limina de los obispos argentinos con el Papa Francisco, en el Vaticano. Era una ocasión única: la de estar en Europa y poder contar con unos días, antes de regresar a su diócesis argentina, el momento perfecto para no demorar por más tiempo esta visita a Caleruega.
Como dominico, siempre ha querido a Caleruega (la luz, amplitud de horizontes y la roca firme, que modelaron el corazón y el alma de Domingo, como a él le gusta decir), y ha venido muchas veces desde 1998 hasta 2010, año en que fueron sus últimos ejercicios para las monjas y año en el que dejó de ser Maestro de la Orden y volvió a su país.
Azpiroz ha querido volver a hablar a las monjas de personajes bíblicos, como en anteriores ejercicios, pero esta vez han sido personajes femeninos del Antiguo y del Nuevo testamento. Todas ellas valientes, con una fe inquebrantable, con la sabiduría que procede de Dios y con esa forma femenina de actuar ante el mundo.