Celebraciones de Santo Domingo en Valladolid, Vitoria y Cataluña
La semana pasada se organizaron en Valladolid, Vitoria y Cataluña distintas actividades en torno a la figura de Santo Domingo que finalizaron con una Eucaristía conmemorando la Traslación de los restos del fundador de los dominicos.
La Familia Dominicana de Cataluña celebra a Santo Domingo
El sábado 25 de mayo por la tarde la Familia Dominicana de Cataluña se reunió en el Monasterio de dominicas de Manresa. El padre fr. Juan José Gallego nos cuenta lo que se vivió esa tarde:
«Luego de ser acogidos con la fraternidad espontánea y alegre que caracteriza a nuestra familia predicadora, nos encontramos en la Nave Gótica del monasterio de las dominicas de Manresa para compartir unas reflexiones en torno a la vida y la misión de nuestra Familia.
Con la satisfacción de experimentar la fraternidad y el cariño de los hermanos y hermanas, compartí con el casi centenar de asistentes el itinerario de nuestra Familia a través de los Capítulos Generales. […]
Una vez acabada la conferencia, nos preparamos para compartir la eucaristía y el rezo de vísperas. La celebración la presidió nuestro hermano Toni Miró. […] Nos acompañaban con guitarras y teclado un grupo de voluntarios y amigos de nuestras hermanas del Monasterio de Manresa, ellos supieron dar la nota musical y el tono más festivo a nuestro encuentro de Familia, contagiando alegría y dando vida a cada una de las partes de la celebración.
El padre Toni en la homilía nos habló de la Espiritualidad dominicana, y nos dijo que la Iglesia debe dejar de centrarse en sí misma y debe salir a las calles a contagiar la pasión por transformar el mundo.
Pudimos orar con dos salmos interiorizados: uno de textos espigados de nuestra hermana Catalina de Siena, “el alma enamorada”, y otro de nuestro hermano José Moratiel, que nos introducía en el espacio de la libertad a la que nos conduce el silencio y el encuentro con el Dios de la vida.
Después de cantar el Himno del Predicador, y con la sonrisa en los labios y la fiesta en el corazón, compartimos una merienda que habían preparado nuestras anfitrionas, y en un ambiente distendido y muy fraterno, compartimos por más de una hora: recordando, proyectando, interesándonos por la vida de nuestras comunidades, etc. La tarde se nos pasó muy de prisa, y uno no puede más que decir cuando vive experiencias como la de esa tarde, “ved que dulzura y que delicia, compartir los hermanos unidos” […]» Más información: Provincia de Aragón
Celebración de Santo Domingo de Guzmán en Vitoria-Gasteiz
La Familia Dominicana de Vitoria-Gasteiz celebró una semana dedicada a Santo Domingo y a la Orden de Predicadores con motivo de la fiesta de la Traslación de Nuestro Padre. Entre los días 18-26 de mayo se instaló en la iglesia de Santa Mª de los Ángeles una exposición con los siete paneles que se nos facilitaron desde el Secretariado Nacional de Familia Dominicana. Junto a ellos se colocó un cuadro de Santo Domingo, otro del antiguo convento de la ciudad de Vitoria, y distintos materiales y folletos a disposición del público. Durante toda la semana la oración de laudes en la iglesia también se centró en la figura de Nuestro Padre con algunos textos y reflexiones.
El día 22 contamos con la excelente participación de fr. Iván Calvo que impartió la conferencia titulada: “Santo Domingo a través del arte”. El acto tuvo lugar en el salón de nuestra parroquia, y al mismo asistieron unas 70 personas, que disfrutaron con la exposición de fr. Iván, y conocieron un poco más a Santo Domingo y algunos de los elementos esenciales de nuestra Orden.
Con motivo de la Fiesta de la Traslación, el mismo día 24 invitamos a la comunidad de Franciscanos de la ciudad, pero sólo nos pudo acompañar en la comida el superior de la misma, José Luis Elorza. Fue un grato gesto de cercanía y fraternidad, en correspondencia a la invitación que ellos nos hicieron el día 4 de octubre. Por la tarde celebramos la Eucaristía solemne en el Monasterio de Santa Cruz de la Dominicas Contemplativas. Presidió fr. Ismael González y una vez entonados la “Salve Dominicana” y “Luz de la Iglesia”, pasamos al locutorio de las Monjas donde compartimos un buen ágape con un nutrido grupo de laicos, entre los que hay algunos que están iniciando una fraternidad en nuestra ciudad.
La semana de dominicanismo concluyó con la celebración de las Eucaristías del sábado y domingo, que se centraron en recordar y agradecer a Dios la vida de Santo Domingo, y su obra: la Orden de Predicadores. En todas se hizo la colecta anual para el Secretariado de Selvas Amazónicas. La Eucaristía del domingo día 26, a las 13 h. fue concelebrada por toda la comunidad y presidida por fr. Juan Carlos Cordero. En la parte musical contamos con la intervención del Coro Lautada, que al final nos obsequió con un breve recital. Fue un digno colofón a los diversos actos llevados a cabo en estos días en que hemos compartido con muchas personas nuestra vocación de hijos de Santo Domingo y frailes predicadores.
Semana dominicana en Valladolid
Una semana es una forma de hablar. En la práctica, fueron cuatro días donde la familia Dominicana de Valladolid quiso aportar su forma de vivir “el año de la fe” en perspectiva dominicana. Contando con la iniciativa y creatividad de Antonio, Javier, Rafael y Dailos, los prenovicios que viven este año su experiencia en nuestro convento, nuestra iglesia se revistió, más si cabe, de dominicanismo. Por todas partes se vislumbraban motivos alusivos a nuestra presencia, nuestra historia, nuestras señas de identidad.
Tres días prepararon la gran fiesta final de la Traslación, enmarcados en nuestro lema, Veritas, y desglosado en esos tres pilares que nos definen como dominicos y dominicas: laudare, benedicere, praedicare.
Comenzamos el día 21. Ese día se nos recordaba la fe de Santo Domingo en la oración. Nadie como las monjas de clausura encarnan esa faceta –laudare-; por eso fueron ellas las que nos contaron cuál es su carisma y cómo lo viven. La priora del monasterio del Corpus, acompañada de otras dos hermanas, expusieron cómo es su vida de oración y contemplación, su forma de predicar silenciosamente y cómo desde sus claustros apoyan la labor de sus hermanos, los frailes.
El día 22, tres hermanas de vida activa –benedicere- contaron cómo es su vocación dominicana en las diversas actividades que desarrollan y cómo fue el nacimiento de cada una de estas congregaciones. Lo hicieron hermanas de la Congregación Romana, Anunciata y Misioneras de Santo Domingo.
El tercer día fueron los laicos, praedicare, quienes expusieron cómo es su predicación en medio del mundo. Aludieron a su nacimiento, su forma de ser dominicos en medio del mundo y su compromiso en esa predicación que quiere llegar a donde no alcanza la de los frailes. Varios hermanos y hermanas de la Orden Seglar Dominicana dejaron patente su ilusión y su entusiasmo por seguir manteniendo viva la presencia de esta rama del carisma dominicano.
El gran día, donde todo desembocaba, fue la fiesta de la traslación. Presididos por el Prior Provincial de la Provincia de España, toda la familia dominicana en Valladolid, se congregó en nuestra iglesia para vivir el recuerdo a Santo Domingo. Fue una misa solemne y familiar. Moniciones preparadas por los prenovicios fueron dando el ritmo adecuado a cuanto allí se vivía. Una homilía sobre el mismo lema “veritas” sirvió de guion al Prior Provincial para desentrañar lo que supone buscar y vivir para la verdad y desde la verdad. Concluida la celebración nos dirigimos al altar de Santo Domingo. Ante la expresiva imagen de Gregorio Fernández se cantó el O spem miran. Como recuerdo a Fr. José Luis Gago, quisimos cantarlo en la versión castellana que él realizó sobre la melodía gregoriana tradicional.
Concluimos la jornada con un momento de expansión, para saborear productos ofrecidos por todas las ramas de la familia. Fue la oportunidad de saludarnos mientras caía la noche en un día espléndido que se remataba con la alegría que produce el haber vivido momentos de familia recordando al Padre común. El año de la fe sigue. Nosotros lo destacamos con la ilusión de que nuestra vocación dominicana siga viva, en ese servicio al Evangelio que nos une y nos compromete, tal como el bueno de Domingo ideó para todos.