Concluye el “Verano útil” promovido por los frailes dominicos en Guinea Ecuatorial
Más de 350 niños ecuatoguineanos han disfrutado y aprendido con esta actividad gratuita durante el mes de agosto
El pasado viernes 25 terminó la actividad extraescolar ofrecida gratuitamente durante el mes de agosto por la parroquia Santa Maravillas de Jesús, de los frailes dominicos, a los niños de Patio Pérez, una zona situada en Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial.
Alrededor de 350 niños han disfrutado del Verano útil. De lunes a viernes, durante las mañanas de agosto, las puertas del salón parroquial se han abierto para los niños que deseasen asistir a clases de repaso. Las mañanas se combinaban con diferentes juegos y actividades. Han aprovechado la oferta niños desde los 2 años de edad hasta jóvenes de 19 años.
Crear un espacio de encuentro, de unión para los niños
La actividad, que comenzó el verano pasado, surge como iniciativa de los frailes para beneficio de los niños del barrio. Según fray Roberto Okón Pokó, superior de la casa San Martín de Porres de Malabo, los objetivos son cuatro: “ayudar a los niños pobres del barrio que no tienen la oportunidad de disfrutar de unas vacaciones; facilitar unos conocimientos a los mismos, en especial a aquellos que durante el curso no han alcanzado sus objetivos académicos; crear un espacio de encuentro, de unión para los niños, un momento en el que puedan divertirse y convivir unos con otros; y ofrecer un espacio a los chicos para que estén ocupados y no estén expuestos a los peligros que puedan encontrar en la calle”.
Al finalizar algunas de las jornadas los niños han recibido una “merienda”: bocadillos, galletas, zumos o frutas. Esta iniciativa es posible gracias a la colaboración del secretariado de misiones Selvas Amazónicas.
La actividad ha estado dirigida por voluntarios jóvenes de la parroquia, que durante todo el año desarrollan un gran trabajo en Santa Maravillas de Jesús; por los frailes dominicos estudiantes, que durante este verano han estado de vacaciones en Malabo; y por dos laicos dominicos que han colaborado durante un mes, enviados a través de Selvas Amazónicas.
A pesar de que el horario del verano útil era de 8:30 a 12:00 horas, los primeros niños empezaban a llegar cada día desbordantes de felicidad y energía a las 7:15 h. Los últimos abandonaban la parroquia alrededor de las 13:30 h.
Para fray Roberto la valoración ha sido sumamente positiva, “tanto para los voluntarios que están al frente del Verano útil, como para los niños. La iniciativa comenzó el año pasado y yo creo que va a ir creciendo. Vamos a buscar estrategias para potenciar y dinamizar otras actividades, para que la parroquia siempre sea dinámica, abierta y acogedora”.