Foto oficial, visita del obispo de Xuâne Lôc, socio para la vida fraterna y comisiones
Crónica no oficial del 23 de julio del Capítulo de Vietnam
Lo que va en el titular han sido los temas de hoy. El día comenzó con el rezo solemne de laudes y la eucaristía. Hoy ha predicado nuestro hermano de Polonia, fray Jaroslaw Glodek. Tomando pie de la lectura del Éxodo sobre el paso del mar Rojo, y del Evangelio de Mateo sobre quiénes son la madre y los hermanos de Jesús, ha comparado dos tipos de milagros: unos más espectaculares y otros más internos, que cambian la relación entre las personas. Ese es el milagro de nuestra relación con Jesús: nos llama su familia. Por eso, antes de conocernos, ya somos hermanos en Cristo.
Inmediatamente después, hemos posado para la fotos o fotos oficiales del Capítulo: una en la que están sólo los capitulares y otra en la que, además de los capitulares, están los otros hermanos que ayudan a que el Capítulo se desarrolle con normalidad, como los traductores o los encargados de distintos oficios.
Por la tarde, a las tres y media, ha venido a visitarnos el obispo de la diócesis de Xuâne Lôc, monseñor Joseph, y su auxiliar. El Maestro les ha dado la bienvenida “a su propia casa”, pues estamos alojados en el seminario de la diócesis. En las palabras que nos ha dirigido, el Obispo ha comenzado diciendo que “a través de los hermanos, el Espíritu Santo ha manifestado su voluntad” para la elección de fray Gerard como nuevo Maestro. Por eso (ha dicho en tono de humor) tienen que obedecerle. Ha añadido que, al prestarnos el seminario, se siente muy honrado, no por hacernos un favor, sino por realizar un gesto de comunión eclesial.
Nuestra historia está escrita con sangre
Luego nos ha hablado de su diócesis, fundada en 1965 por Pablo VI. En ese año tenía 150.000 católicos. Ahora son un millón cien mil, de un total de tres millones y medio de habitantes. La diócesis tiene 400 sacerdotes en activo, 66 jubilados y 20 que están estudiando en el extranjero. En el seminario hay 250 seminaristas, la mitad de la diócesis y la otra mitad de otras diócesis del país. Hay dos mil religiosas trabajando en la diócesis. No se ha olvidado de los mártires dominicos. Nuestra historia, ha dicho, está escrita con sangre. Cuando el Obispo ha terminado de hablar, el Maestro ha obsequiado a los dos obispos: con un cuadro de la Virgen (al titular) y otro con rosas y un sombrero vietnamita (al auxiliar).
El coloquio de la tarde no ha sido muy largo, pero ha tocado dos temas importantes. En primer lugar, se ha realizado una votación indicativa sobre las dos denominaciones que tratan de evitar el término “cooperador” para los hermanos. Las dos alternativas han sido: 1) llamar a todos los frailes hermanos, y sólo en caso de necesidad de distinción clara, usar hermanos ordenados y hermanos no ordenados; y 2) calificarlos de “hermanos laicos”.
El otro tema del coloquio ha sido la conveniencia de mantener, renovar, mejorar o replantear la figura del socio para la vida fraterna y la formación. Sus responsabilidades podrían resumirse así: ayudar al maestro en todas las cosas que conciernen la vida fraterna y la formación inicial y permanente; reunir a los maestros de formación y promotores formación permanente; facilitar la formación de formadores; ayudar a las provincias en la redacción de los reglamentos de formación inicial y permanente. La experiencia del socio que ahora termina es que no es fácil identificar modos concretos de ayudar en lo referente a la vida fraterna.
El coloquio de hoy ha sido más breve que otros días, para dar tiempo a las comisiones a ir ultimando sus documentos, y tenerlos terminados el jueves por la noche, para pasarlos a la oficina de traducción.
¿Quieren que cuente algo sobre infraestructuras? Tres datos: a) Hay un servicio médico permanente y una ambulancia a las puertas de la enfermería. b) Un eficaz servicio de lavandería: entregas la ropa sucia a las siete de la mañana y te la devuelven limpia a las cinco de la tarde. c) Una cosa curiosa: tanto en el avión de la compañía qatarí como aquí he preguntado si tenían manzanilla. No tienen. No debe ser una bebida muy corriente.
Fr. Martín Gelabert, O.P.