Crónicas no oficiales del Capítulo General
Con una Eucaristía presidida por el Maestro de la Orden en la Basílica de Guadalupe, se da por concluido el Capítulo General
Desde hace unos años es tradición que los frailes españoles que acuden al Capítulo General, nos envíen breves crónicas diarias del desarrollo de los trabajos capitulares. Este año los encargados son Fr. Sixto José Castro y Fr. Emilio García, que asisten al Capítulo como traductores.
Recordamos que NO son las crónicas oficiales del Capítulo (éstas podrán encontrarse en la página op.org) sino breves relatos más informales de su experiencia en la sala, y destacando lo más relevante y aquello que pueda ser contado.
7 agosto /6 agosto /5 agosto /4 agosto /3 agosto /2 agosto /1 agosto /31 julio /30 julio /29 julio /28 julio /27 julio /26 julio /25 julio /24 julio /23 julio /22 julio /21 julio /20 julio /19 julio /18 julio /17 julio / 16 julio / 15 julio
Cierre del Capítulo celebrando Santo Domingo en Guadalupe
8 agosto
Último día. Laudes en español, desayuno tranquilo. A las 9.15, autobús a Ciudad de México. Tres horas, por los dichosos “topes” (“policías acostados”, que dicen en el Caribe) que ponen a prueba la paciencia de los automovilistas, sobre todo los de autobuses. Por la carretera, varios carteles, equivalentes, aunque no homónimos, a los que se ven a veces en España. Su leyenda autóctona: “Si tomas, no manejes” (no necesita traducción).
Llegamos puntuales a celebrar a Santo Domingo en la Basílica de Guadalupe, enorme y hermoso templo posconciliar dedicado a la patrona de México, visitado por un sinnúmero de mexicanos cada día. Un artilugio ingenioso (una alfombra rodante) evita la aglomeración que, de otro modo, atascaría el desfile de peregrinos que quieren saludar a la Virgen en el cuadro original expuesto en el centro de la pared frontal del recinto.
Presidió y predicó el Maestro de la Orden, que destacó la figura de Santo Domingo como “luz de la Iglesia” y “predicador de la gracia”. Dijo que el Capítulo era una invitación al diálogo constante (al mencionar a María, intercesora nuestra, señaló tres diálogos en los que aparece ella: la anunciación, Caná y al pie de la cruz).
La comida fue en un magnífico colegio de hermanas dominicas. El menú no fue tan variado como como en la sede del Capítulo, pero nos pareció igual de sabroso: bocatas fácilmente manejables, regados con diversos refrescos frutales y un vinillo tinto que pasaba muy bien por el gaznate de los asistentes, pues éramos multitud, ya que se unieron miembros de la Familia Dominicana venidos de allende la Ciudad de México.
Bien comidos y despedidos, nos llevaron al aeropuerto, donde esperamos unas horas antes de dejar este gran país, en el que tan bien nos han acogido, nos han tratado y nos han deleitado de varias y muy expresivas maneras. Disfrutamos de la alegría de las gentes, y además en nuestra propia lengua. Esperemos que los frutos de esta magna asamblea no desdigan de la humanidad derrochada por nuestros anfitriones. Laus Deo Virginique Matri.
Conclusiones y agradecimientos
7 agosto
Ya se va acercando el final del capítulo, que se cierra oficialmente mañana con la misa en la basílica de Guadalupe, pero las sesiones capitulares terminan esta mañana. Los documentos están aprobados, en manos de los revisores y traductores, y poco más queda que hacer. La primera y única sesión de la mañana se dedicó a votar la sede del próximo capítulo General, que será Cracovia, en este caso la única candidatura presentada. Acto seguido, el Maestro de la Orden (MO) intervino para proponer una ordenación en la que se pedía que cada fraile recibiese una copia de estas actas y que se discutiesen en las respectivas comunidades dentro de los seis meses posteriores a su promulgación. Fue votada y aprobada por unanimidad. En la conclusión del capítulo, el MO presentó una serie de estadísticas sobre el tipo de intervenciones habidas en el capítulo general (admoniciones, declaraciones, exhortaciones, ordenaciones, etc.), el número de intervenciones de los capitulares (algunos han hablado mucho, quién sabe si demasiado, y otros han pasado como fantasmas) y algunas indicaciones sobre las actas. Finalmente pasó al capítulo de los agradecimientos, recordando que Santo Tomás dice que “la ingratitud es un pecado”. Dio gracias a Bruno Cadoré, quien pensó que se había librado de su trabajo en la comisión de dirección (pilotage, para los amigos) en el capítulo anterior, pero tuvo que intervenir como tal cuando el MO sucumbió al COVID; al provincial de México, fr. Luis Javier Rubio, al secretario, Héctor Reyes y a los que desde Roma coordinaron el asunto, fr. Mark Padrez y fr. Pablo Sicouly; a fr. Ben Earl, el procurador de la Orden, a fr. Juan Luis Mediavilla, síndico; a los frailes de la provincia de Santiago, al fraile médico que trató todos los síndromes y síntomas, a los encargados de secretaría, al prior de la casa, al equipo técnico, a los presidentes y secretarios de comisiones, a la comisión del prólogo y a todo el capítulo. Recordó que el capítulo es “casa de oración” y la autoridad suprema de la Orden. Cerró con un agradecimiento a los traductores, que anotó que conocen bien la dinámica del capítulo, pues algunos han ido envejeciendo a los pechos capitulares.
Aún quedaba el asunto de la hoja de ruta para los años por venir, con la idea de sínodo, camino común, como lema, en el que todos tenemos la misma meta, y recordó que las actas son nuestra decisión colectiva. Como si se hubiese olvidado, dejó para el final el agradecimiento a los moderadores, que no solo han colaborado en este capítulo, sino hecho sugerencias para mejorar las normas de procedimiento.
El capítulo acabó con un padrenuestro y un abrazo de paz muy emotivo, y con los agradecimientos por parte del secretario Héctor Reyes, que es fan de El Principito y, por ello, señaló la importancia de los ritos y de domesticarse, de hacer que las cosas devengan propias. Recordó cuando le nombraron secretario; pensó que aquello le caía grande, pero sabía que los frailes de su provincia no le dejarían con el faldón levantado. Así que dio gracias a todos ellos. Y mientras todo esto sucedía, alguien tiraba voladores fuera, como si se hubiera despistado en su camino a Cangas del Narcea. Terminó diciendo: “somos responsables para siempre de aquello que se ha domesticado”. Amén. Finalizó el provincial de la provincia de Santiago, Fr. Luis Javier, que agradeció a los frailes de su provincia su trabajo y la confianza de la Orden en esta provincia que nos ha recibido con los brazos abiertos, diciendo que esta siempre será nuestra casa. Tras la eucaristía y una deliciosa barbacoa llegó la hora de hacer maletas y quizá de empezar a echar de menos Tultenango.
Últimos debates y votaciones
6 agosto
Día de la Transfiguración del Señor. Se celebró y predicó en inglés. Sobresale en la escena narrada por el evangelio la luz espléndida de Cristo, que deja entrever con suficiente claridad la gloria que le corresponde por su condición divina, y que constituye una referencia fundamental para que los discípulos sepan a qué atenerse cuando se produzca la pasión y muerte de Jesús. Ese esplendor es el que deberá difundir también nuestra predicación cuando hablemos de Jesús y de su Buena Nueva, como ocurrió con santo Domingo a lo largo de su predicación luminosa del mensaje que le confió la Iglesia.
Tras el desayuno se procedió a la “foto de familia” del Capítulo, en varias tomas sucesivas: primero los capitulares solos, a continuación acompañados por los invitados y finalmente sumando la ‘tropa’ (intérpretes, traductores y algún otro auxiliar oportunamente situado a tiro de cámara.
Poco después los capitulares proseguían su debate sobre la comisión 2 (comunión y misión), y de tal manera rezumaban cansancio que, en una de las votaciones, el Secretario general, después de mencionar el número de votos a favor y de los votos en contra, terminó dando a conocer el número de “abstinencias” (sic). Estaba claro que era recomendable acabar cuanto antes, no fuera que pasaran en su momento a las Actas conceptos indeseables.
La primera sesión de la tarde fue, en cambio, meteórica. Se abordó el prólogo del Capítulo, cuya votación terminó antes del fin de esa primera sesión. Ya no hubo otra, pues se han terminado los debates y las votaciones. Mañana escucharemos unas palabras del Maestro a modo de despedida y sabremos también cuál será la sede del próximo Capítulo General (esta vez, Capítulo de Provinciales).
Después de la cena, los mexicanos nos ofrecieron contemplar y participar en otra de sus tradiciones ancestrales: la celebración de la Navidad (otra anticipación inevitable, puesto que no estaremos aquí para esas fechas). Primero, unos vídeos para ponernos en situación, luego una representación escénica de lo que llaman las “pastorelas”, es decir, un relato teatralizado de la aparición de Jesús a los pastores: una descripción de algunas escenas de la vida pastoril y de sus costumbres, enlazando con la visita de los Reyes Magos. Salimos todos a continuación a los patios interiores del convento y fuimos cantando “las posadas”, o sea, una reproducción imaginaria de los sucesivos intentos de José y María por hallar posada, cantando, unos, la necesidad y la solicitud de la Sagrada Familia por albergarse a cubierto, y otros, la negativa a acogerlos, hasta que al fin se les abre una posada y entra toda la comitiva con un canto de peregrinos alegres y agradecidos. La procesión, que se desarrolla con todos los peregrinos portando velas en las manos y cantando también villancicos, culmina con el encendido de unas varillas chisporroteantes que expresan la fiesta.
Pero no terminó ahí la exhibición costumbrista, sino que se prolongó con el juego de las “piñatas”. Son estructuras muy coloristas formadas por siete conos de barro unidos en una especie de piña, que han de ser apaleados con los ojos tapados y que están llenos de dulces, o de frutas o de otras chucherías. Al romperlos, después de dar más palos al aire que a su verdadero objetivo, se desparrama su contenido y todo el mundo trata de hacerse con la dulce mercancía. Destrozadas todas las piñatas por el mismo procedimiento, los presentes pasan a la última parte del recorrido, que consiste en dar cuenta de una serie de bollos dulces, en cuyo interior hay figuritas de Jesús niño (cf. los roscones de Reyes): el que encuentra alguno al cortar su porción correspondiente queda obligado a realizar alguna obra de misericordia en su ámbito de vida ordinario. Y la degustación de tales dulces se acompaña con un rico chocolate que las monjas se encargaron de poner a punto como colofón del festival.
La importancia de todo esto –además de su carácter festivo- es que se trata de recursos empleados en sus orígenes por los misioneros para ayudar a la evangelización de los nativos. La piñata, por ejemplo, con sus siete conos, representa los siete pecados capitales; el colorido de su hechura, los atractivos del mundo; los regalos de su interior, las gracias que Dios derrama sobre sus hijos; y el palo, las virtudes con que se vencen las tentaciones que acechan a los cristianos y se obtienen esas gracias de Dios. Toda una catequesis para inculcar la nueva fe a unas poblaciones que practicaban otros cultos precristianos y que poco a poco fueron asimilando la novedad del Evangelio gracias, entre otras cosas, al ingenio de los pregoneros de la Buena Nueva en estas tierras lejanas y exóticas.
Sopa de eternidad
5 de agosto
El día sigue como si fuese una continuación del de ayer… Plenarias, discusión de números de los documentos, enmiendas y cosas por el estilo. “Sopa de eternidad”, como si estuviésemos en la montaña mágica, solo que sin sopa y con una eternidad que, primero Dios, es mucho más aburrida que ha de ser la de verdad.
Por lo demás, algunos han amanecido con sus nuevos peinados, tras haber pasado por la improvisada peluquería de ayer. No solo los definidores, sino que también algunos de los prenovicios y de los estudiantes, que trabajan más que los constructores de Teotihuacán, dicho sea de paso, han sucumbido a la tentación de peluquearse. Incluso algún traductor ha querido poder en orden su pelambrera.
La mañana se ha dedicado al texto de la comisión de predicación, que siempre da problemas, supongo que porque tiene una cierta querencia natural a ser un cajón de sastre y porque siempre se quiere dejar el sello identitario en él. Pero ha ido sorprendentemente bien el asunto y se acaba por la tarde sin más problemas. Lo que parecía un Titanic ha hecho una gloriosa singladura, como el Juan Sebastián Elcano.
Terminada esta comisión se retoma por la tarde una serie de números de LCO que habían quedado pendientes, relacionados con la selección de candidatos, la cuestión de los abusos y alguna que otra cosa más, ya que las sesiones dedicadas a la comisión 2 (misión) y al prólogo están fijadas de antemano para el sábado y por las normas del procedimiento y no se pueden mover. Por ello, la sesión de la tarde se acaba un poco antes y alguno aprovecha que ha salido el sol, que no es poca cosa en este lugar para dedicarse al noble deporte de “morenearse”. Las monjas capitulares, sin ir más lejos, se han ido a imitar a Michael Jordan. El partido fue: definidor de California y una de las monjas contra definidor de Ecuador y otra de las monjas. El ecuatoriano gritó: “Atáquela, hermana”. Y así se prefiguró la batalla del Armagedón, en aquel día por venir.
Para los intérpretes y traductores, porca miseria, no hay descanso, no cejamos en nuestro menester, así que nos hemos reunido para la sesión final de evaluación, en la que se proponen propuestas de mejora para que el próximo capítulo sea perfecto, y se consignan en un documento sellado con siete sellos que quién sabe quién leerá. Uno cree que nadie, pero eso mismo pensaba Kafka y mire usted qué cosa.
Hemos descubierto que, en argot técnico, quienes comparten cabina (los que traducen a una misma lengua a partir de otras) se llaman “concabinos”. Aplicando una pura lógica aristotélica, hemos concluido que esos dos frailes intérpretes viven en concabinato público y notorio. Trabajo para los canonistas del mañana.
Revisando documentos con calma
4 de agosto
Hoy celebramos en laudes y eucaristía a la figura del cura de Ars, san Juan Mª Vianney, del que se destacó su clarividencia sobre el estado espiritual de la gente que acudía a él y sobre el don de consejo que tanto le ayudó a asesorar y animar a los innumerables penitentes que se acercaron a su confesonario. El predicador, por su parte, nos hizo notar cómo Jesús se preocupaba de instruir a sus discípulos sobre su destino como Mesías sufriente. Ver en él al Mesías era ver al Dios de la Paz y la Justicia presente en medio del mundo. Esa es también nuestra convicción profunda: predicar a Jesús como Mesías es asumir su condición de Hijo del Dios vivo que ha venido para dar su vida por el pueblo y darlo a conocer como tal a todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Los trabajos de los capitulares hoy se vieron un tanto alterados. Comenzaron revisando documentos de las comisiones ya modificados en parte. Pero, cuando en la segunda sesión de la mañana se disponían a continuar, dificultades en la expresión de algunas ideas e incluso en las ideas mismas, obligaron a interrumpir a los pocos minutos la asamblea para que las enmiendas al texto se pudieran redactar con calma y mayor precisión y continuar su examen y aprobación por la tarde, a una hora más avanzada que de ordinario. Aun así, la revisión del documento se seguía con una lentitud exasperante. Probablemente las cosas mejoren mañana, pero lo cierto es que los retoques se multiplican y obligan a avanzar con mucha parsimonia.
La novedad que pudimos apreciar después de la cena fue la aparición de dos jóvenes féminas que habían venido, según parece, avisadas por algún fraile para que le hicieran un corte de pelo. La realidad fue que, al final, cortaron la cabellera a no menos de cinco clientes. Un pequeño plus en sus ingresos, que seguramente les vendrán muy bien, sobre todo teniendo en cuenta que la peluquera propiamente dicha está a un mes de dar a luz (la compañera también daba luz, pero era la del móvil –el celular americano-, pues estábamos ya en el crepúsculo y las lámparas de la improvisada peluquería eran de potencia mortecina). Nunca te acostarás sin descubrir una cosa más.
Las comisiones de estudio y formación presentan sus documentos
3 de agosto
El día empieza con la misa y los oficios en inglés. El predicador, teutón, recordó en la homilía que él era el sustituto de un fraile, Fr. Wolfram Hoyer que, por desgracia, falleció hace un par de años en un trágico accidente cuando regresaba de conferir una unción de los enfermos en un hospital. Debía de ser un hombre voluminoso y, por lo visto, de buen carácter, por eso el predicador cerró su homilía con esta anécdota: en una recepción en el Angelicum, un fraile le preguntó a Timothy Radcliffe: "Timothy, ¿quién es ese hombre que está al lado de Wolfram?" Timothy respondió: "Querido, éste es todavía Wolfram".
Durante la misa, el presidente se equivocó al asignar el cumpleaños de uno de los intérpretes, Manuel Rivero (Toulouse), a otro, Mario Jabares (Stmo. Rosario). Aun una vez desfecho el entuerto y el equívoco, un grupo de gamberros, al que enseguida se sumó el resto de la asamblea, le cantó a Mario el cumpleaños feliz, por si acaso se animaba y, en efecto, quería cumplirlos. Pero no tiene prisa. Enero queda lejos aún.
Tras la fiesta vienen las sentadas. La mañana se inicia con el estudio y, en su caso, aprobación, de los números del documento de estudios pendientes. Y la cosa va rápida. Esperemos, primero Dios (preciosa expresión de por acá), que las cosas vayan fluidas en el resto de las comisiones para poder cumplir los plazos.
Tras la comisión de estudio se pasa a la comisión de formación, presidida por nuestro fr. Rafa Colomé, que dirige el asunto como un torero malagueño, aunque él sea de Barcelona. Esta comisión llena la mañana y parte de la tarde. De vez en cuando se convoca al estrado a la comisión para discutir alguna enmienda y no deja de ser curioso ver a diez frailes de pie examinando la pantalla con mirada escrutadora, con el objeto de cambiar una palabra o una frase. Tan poderoso es el lenguaje… Tan bien ha ido la comisión de formación que da tiempo a comenzar la siguiente. Parece que se ha logrado velocidad de crucero.
La sesión fraterna de la tarde se dedica a la exposición, por parte de Fr. Florentino Bolo, socio para la vida apostólica, de una serie de herramientas y recursos informáticos y digitales creados para el servicio interno de los frailes. Acto seguido, el encargado de los equipos del Rosario, fr. Louis-Marie Ariño, expone su actividad pastoral y apostólica. Y así, con las vísperas se cierra una jornada en la que ya se respira la idea de que hay que acabar. No se puede dilapidar el poco tiempo que queda. Pero para que no se nos olvide la fecha del no-cumpleaños de Mario, por la mañana nos regalan un plato decorativo de la diócesis y por la tarde una taza cafetera del capítulo. Llevamos la vajilla puesta para cualquier contingencia.
La santa abuela
2 de agosto
La misa del día de nuestra santa abuela Juana de Aza –en español, naturalmente- fue dedicada a todas las mujeres de la Familia dominicana: contemplativas, apostólicas, laicas, jóvenes, todas acogidas al amparo de aquella mujer compasiva y forjadora de caracteres evangélicos. La homilía recogió de Jeremías el oráculo de un Dios compasivo con todos, y del evangelio la fe de Pedro, vacilante pero capaz de andar sobre el mar siquiera unos pasos. Esa fe nos asegura que, con la confianza plena en Jesús, podemos ir de una a otra orilla de nuestro mundo necesitado aportando consuelo y paz en las tormentas que lo amenazan y a veces aterrorizan.
Hoy siguen las comisiones intentado troquelar con paciencia y rigor sus respectivos documentos, enriquecidos con los debates plenarios. Por la tarde, en cambio, se presentaron a la asamblea, sin ánimo de discutirlos o incorporarlos a las decisiones del Capítulo, dos proyectos dignos de elogio. Por una parte, la actividad del movimiento de Voluntarios en la Orden (personas de 20 a 30 años), que a estas alturas van estando muy bien organizados a lo largo del mundo. Por otro lado, la tarea de los dominicos polacos en el vicariato de Ucrania, donde están atendiendo con enorme esfuerzo y amplitud de miras a la población tan sumamente afectada por la guerra. Piden ayuda y mucha oración para que sea posible hacer frente a esa sangría constante de familias que huyen de los destrozos innumerables de los combates, cuya duración definitiva nadie puede anticipar.
Permítaseme frivolizar brevemente, sin minimizar en absoluto la tragedia de la que se habló esta tarde en la sala capitular, como dije. Se trata de comentar sin pretensiones la comida de hoy. Creíamos encontrarnos en la Costa da Morte o algún otro rincón parecido de la dulce Galicia. Miraras adonde miraras, en el comedor sólo se percibían gambas, langostinos, carabineros y otras variedades de crustáceos en diversas versiones culinarias, junto con una multitud de moluscos (ostras, con menos diversidad genética) generalmente emparentados con aquéllos. Un caldo rojo intenso, que albergaba a esos bigotudos marinos, estaba que levantaba los ánimos a cualquiera. No mencionaré su nombre, pero hubo un fraile muy conocido por otras habilidades que se sirvió hasta tres veces de aquella fauna deleitosa; y no era gallego, no, pero se diría que hubiera vivido largos años por aquellas latitudes y le hubiera quedado una morriña gastronómica insuperable. En resumen, una inimaginable mariscada; estos mexicanos no dejarán de sorprendernos en la mesa con sus innumerables jugos tropicales, su variedad incontable de panes dulces o sus cremas, salsas y ensaladas, además de estas sorpresas cuasi monográficas como la de este mediodía.
Merece la pena dejar que el sufrido lector digiera tan copiosa carga alimentaria y libere su cabeza, por esta noche, de otros pesados guisos capitulares. Mañana será otro día.
Diálogos sobre el LCO y las propuestas de economía
1 de agosto
Empieza el mes de agosto, así, a lo tonto. Esto va que se mata. Día de plenarias con la máquina de vapor echando humo. La mañana se comienza con dedicación ansiosa al texto de LCO, con bastantes preguntas y debates. Acabada esta fiesta, se pasan a discutir las propuestas de la comisión de economía. El gozo desborda la sala al debatir contribuciones, porcentajes, y cosas por el estilo. Pero más allá de las albricias, la discusión sobre los recursos muestra las diferentes opiniones relativas al uso que deben dársele a los dineros. Finalmente, las plenarias del día se concluyeron con una sesión fraterna sobre la cuestión de los abusos, tema serio.
Algunos secretarios de comisiones, que son los que se encargan de la confección del documento final, no han pasado por las academias de corte y confección tan de moda hace no tanto. Se ve que los procesadores de textos no son lo suyo. O a lo mejor es un asunto de cabeza. Eso me recuerda que ayer, en Querétaro, pasamos por delante de la sede de “neuróticos anónimos” (sic). Puede ser que entre discusión de documentos y sesiones a uña de caballo acabemos allá como clientes VIP. A ver si venden bonos.
Por lo que respecta a los espacios en los que nos movemos, varios frailes se han dedicado a desmontar las preciosas decoraciones del sábado. Sic transit glori mundi, pulvis eris… y todas esas cosas que los clásicos sabían decir también. De nuevo se puede subir por todas las escaleras y pisar todos los rincones sin el temor de hollar un terreno sagrado por su belleza y su significado. La vida sigue; lo práctico se impone, pero uno desearía, como decía el de la peluca, que el instante se detuviese, tan hermoso fue.
Visita a Querétaro
31 de julio
Será esta una crónica un tanto telegráfica, para dar cuenta de un día muy intenso. Después de rezar laudes en inglés y desayunar en varios idiomas, hacia las 9:15 partimos en dos autobuses Mercedes para Querétaro, a unos 170 km de Tultenango. Un recorrido que, por autovías españolas, hubiera durado unas dos horas, aquí nos llevó casi tres. Es irritante el número de “policías tumbados” que se pueden encontrar atravesando algunos pueblos. Eso sí, el paisaje nos recordaba a Asturias, con menos bosque y población muy diseminada, de manera que nos resultó entretenido y atractivo.
Poco después de llegar a esa ciudad, de alrededor de un millón de habitantes (en la que se fraguó la independencia de México, aunque no fue allí donde se declaró), celebramos la eucaristía en el convento de Santo Domingo, presidiendo monseñor David, con el Maestro de la Orden y el Provincial de México a sus lados. Predicó una bella homilía sobre la tentación de acumular sin pensar en los necesitados, y la importancia de regalar nuestro tesoro (nuestra vocación, nuestros bienes, nuestra vida) a Dios, entregándoselo a los pobres. Esa es la mejor manera de atesorar.
Comimos en el claustro del convento con muchos laicos dominicos y visitamos el museo documental de la primera planta, donde se narra el origen de la provincia de México y las vicisitudes por las que ha atravesado a lo largo de los siglos. Pateamos a continuación un buen trecho céntrico de la ciudad, distinguiendo épocas y estilos arquitectónicos urbanos, que culminamos contemplando el magnífico aspecto del acueducto construido por los españoles cuando todavía la independencia autóctona quedaba relativamente lejos. Todo ello lo insertamos en el contexto de una pequeña historia agradablemente narrada con cierto detalle por dos guías jóvenes, Marcos y Miriam, que nos ayudaron a descubrir algunos rincones que delataban el influjo distante pero efectivo del imperio español.
Fueron los franciscanos, ellos y ellas, de los primeros en asentar ese influjo en un pueblo de mayoría indígena. Imponentes conventos marcaron el esplendor de la ciudad durante mucho tiempo. Y parece que fue de aquí de donde partió Fr. Junípero Serra a fundar al norte de México y a la península de California en los actuales EE. UU. También hubo agustinos antes que dominicos y otros religiosos que se aposentaron aquí con todo su poderío cultural –y naturalmente económico-, favoreciendo notablemente a la población (entiéndase que había una distinción piramidal entre las varias capas sociales de la época: españoles, criollos, indígenas, con desigual posición y tratamiento por parte de los poderes públicos y de la misma corona trasatlántica).
Fue, como dijimos, un día intenso, pero muy saludable por lo que vimos, por lo que vivimos, por lo que anduvimos y por lo que nos despejamos, alejados de las tareas y de los lugares habituales del Capítulo, así como del clima húmedo y un tanto escalofriante (en el sentido literal meteorológico de la palabra) de nuestro hábitat cotidiano.
Profesiones simples y recuerdo de los difuntos
30 de julio
Empezamos el día media hora más tarde, que sábado es y ha de ser tratada la jornada como Sabbath, al menos un poco. La mañana se dedica a que las comisiones ultimen sus textos y preparen sus presentaciones y a que cada quien vaya echando un vistazo a los textos entregados y ya traducidos, que no son todos, ya que el cierre de la “oficina” de recepción de textos fue ayer, más bien tarde que pronto. La segunda parte de la mañana la ocupó la celebración de la Eucaristía, en la que, ante la autoridad máxima de la Orden (que no es el Maestro, como algún pensó capitular que no estuvo el día de autos en clase, sino el Capítulo General), hicieron su profesión simple los ocho novicios que este año ha tenido la provincia. Fue a una ceremonia hermosa, al aire libre y bajo una carpa por si las moscas… Aunque hoy la lluvia, quizá por vez primera, ni se ha dejado ver. Luego, tras misa, “mensa”: una comida a base de carnitas, arroz y cómo no, un pastel dominicano, acompañados por una joven y un crío que nos cantaron rancheras..
Pero la velada pasa y da paso a la plenaria, en la que se va a exponer el texto de LCO. Comienza la sesión con una oración en catalán a cargo de nuestro definidor Rafa Colomé. Es una costumbre del capítulo comenzar las sesiones con una oración en lenguas que no sean las oficiales de la Orden (español, inglés, francés). Se presentan y se discuten diversos números de legislación en una sesión que no es precisamente la alegría de la huerta. Pero al sueño sigue la fiesta: tras las vísperas y la cena, la esperada recreación sabatina. Hoy la comisión de festejos ha preparado una celebración del día de muertos, que es una de las grandes fiestas de México. Después de mostrarnos su sentido en una serie de vídeos, desde la sala capitular marchamos todos en procesión religiosa, con velas y en silencio, a una especie de cementerio que habían preparado en uno de los prados que rodean el convento. Allí rezamos tres padrenuestros, tres avemarías y tres glorias y cantamos el salmo “Desde lo hondo a ti grito, Señor” recordando a nuestros difuntos. Realmente emotivo. Desde allí, invitando a los difuntos a acompañarnos de vuelta a su hogar, para que este día comiesen y celebrasen con nosotros, volvimos, también en procesión, al convento, cantando la Salve y el O Lumen. Allí nos esperaba un fraile poeta que nos recitó unas poesías al respecto, y un prenovicio, que recitó una “calavera”, un poema satírico sobre la muerte, en el que nos recordó cómo, entre catarros, covides y Moctezumas, la parca nos rodea. Y ya tocaba comer. Pan de muerto hecho por las monjas, dulce, esponjoso y sabroso, con chocolate.
Un lujo de noche, ciertamente. Hay que reconocer que, desde el punto de vista organizativo, no podía haber salido mejor. Es muy de agradecer el cariño que ponen estos frailes en todo lo que hacen.
Misión en la Amazonía
29 de julio
Santa Marta nos evoca el misterio de la amistad con Jesús. Eso es lo que esta mañana nos invitaba a considerar el predicador, un polaco que predicaba en francés, como estaba previsto sucediera hoy. Esa amistad, un momento amenazada por la inevitable muerte de Lázaro, su hermano, favoreció la fe de Marta en Jesús, que no estuvo antes (“si hubieras estado aquí…”), pero que ahora estaba allí y cualquier cosa podía pasar (“yo sé que todo lo que pidas a Dios…”). La muerte parecía inexorable, como muchas de nuestras muertes, pero si vivimos la amistad con Jesús, que suscita y sostiene nuestra fe, entonces la fuerza de su resurrección se puede hacer presente en todas esas coyunturas mortecinas y transformarlas en vida.
Las comisiones volvían hoy a la tarea, tratando de mejorar sus textos después del tiroteo de las plenarias, que insinuaron, exigieron, argumentaron y obligaron a tener en cuenta muchos matices e incluso ideas de fondo que los documentos primitivos no habían considerado de la misma manera o con la misma fuerza, o que incluso habían ignorado.
Pero el acontecimiento del día creo que fue la presentación de la “Misión en la Amazonía” por parte de Monseñor David Martínez de Aguirre, nuestro obispo de Puerto Maldonado. Habló del Ayer (en 1900 la Santa Sede encomendó a la Orden la atención misionera a ese rincón remoto del Perú, compromiso que se ha mantenido hasta nuestros días), el Hoy (en 2019 ha habido todo un Sínodo dedicado precisamente a la Amazonía, seguido de la exhortación “Querida Amazonía”, que remachaba el clavo del sínodo y recogía para esa región del mundo lo que de manera más general había dicho ya el papa Francisco en su exhortación programática “Evangelii gaudium”) y el Mañana (lo que puede suponer para la misma Iglesia y para el mundo entero haberse acercado a la Amazonía, a sus peculiaridades culturales y sociales, a la singularidad de su acogida del Evangelio, al influjo que su hábitat y su estilo de vida pueden tener en el equilibrio ecológico mundial). La Orden ha tenido y tiene allí una encomienda enormemente importante: implantar la Iglesia en el corazón mismo de aquellas gentes, sabiendo que la tarea misionera actúa inevitablemente en los dos sentidos de la misión, aportando lo que de fuera viene y recibiendo y asimilando lo que de dentro surge. De suerte que, por ejemplo, no es una quimera pensar que el contacto denso con aquella realidad pueda sugerir formas nuevas de encarar los problemas del mundo y hasta de ser Iglesia. El obispo David pidió que la Orden no descuide este potencial, que desde allí no puede desarrollarse en todas sus posibilidades sin ayuda, y que, consciente de que el ser misionero es consustancial a la Iglesia, no desaproveche una oportunidad de ensanchar su horizonte y de –tal vez-, renovar su futuro.
Ver Crónica oficial del Capítulo General: 29 de julio 2022
Admoniciones, declaraciones, ordenaciones y constituciones
28 de julio
El día también amanece fresquito y con algún covidiano más. De hecho, parece que todo el contingente filipino ha caído bajo sus garras. Datos para los investigadores del futuro: relación entre procedencia y riesgo de sucumbir. En la sesión matinal, el procurador de la Orden recuerda a todos los capitulares que los capítulos han resuelto las cuestiones que trataban mediante admoniciones, declaraciones, ordenaciones y constituciones. Así que procede a señalar la diferencia entre cada una de estas categorías, que no es tan sutil como pudiera parecer. Esperemos que les quede claro a los redactores de los documentos; si no, más trabajo para los revisores finales de las actas. Algunas comisiones han trabajado rápido (esperemos que bien) y ya han entregado sus textos para la traducción. Otras van enviando capítulos de su documento definitivo. Algún capitular giróvago hasta se ha puesto a echar unas canastas. Es el primer signo de vida deportiva que se ve en el capítulo, aunque dicen los espíritus madrugadores que hay quien sale a hacer deporte a horas tan intempestivas como antes de laudes.
Por la tarde, tras el trabajo en comisiones, el presidente de la comisión LCO, es decir, la que se encarga de revisar el libro de las Constituciones, presenta la propuesta relativa al número de frailes que constituyen un convento y el número de convento necesarios en una provincia, cuestión respecto a la cual hay diversidad de sentires. No es algo meramente técnico, porque afecta a la conformación de las presencias de frailes.
Los traductores e intérpretes trabajan a destajo, tanto que incluso han compuesto una oración e intercesión a su “santo” coordinador, que no puedo reproducir aquí por cuestiones de derechos de autor. Gracias a Dios, de momento ninguno ha ingresado en el cisma covidiano, porque, sinceramente, desde el punto de vista operativo, es mucho más fácil sustituir a un definidor que a un intérprete.
Y hoy, un gran día para la iglesia. Monseñor David Martínez de Aguirre-Guinea, obispo dominico y santísimo varón, ha llegado desde su sede de Puerto Maldonado (Perú) para intervenir mañana en el capítulo. El cronista del día de Venus, o sea, de mañana, relatará.
Ver Crónica oficial del Capítulo General: 28 de julio 2022
Comisiones con lluvia y frío
27 de julio
Esta mañana alabamos al Señor en francés. La liturgia en esta lengua es siempre un poco más larga: se canta en más momentos, se canta polifónicamente, se repiten fragmentos de algunos cantos. Está muy bien preparada, a veces resulta demasiado prolongada y puede resultar tediosa. La homilía pareció un poco más técnica que otras; recurrió a una interpretación menos común de los versículos de Jeremías y dio una interpretación de las “palabras” del profeta en términos de “Verbo” de Dios. El profeta habla unido íntimamente al Verbo, en cierto modo en clave trinitaria (“avant la lettre”), y de ahí le viene su autoridad. Es para nosotros como una escuela de predicación, una invitación a unirnos íntimamente a Dios para poder hablar en su nombre (“contemplata aliis tradere”).
Continúan las comisiones tratando de perfilar mejor sus propuestas, ayudados –y entorpecidos (entiéndase: en clave de mayor rigor que exige mayor precisión)- por las sugerencias que se han ido aportando en las diversas sesiones plenarias más recientes.
El tiempo cambia a veces bruscamente. Ves comisiones que salen de sus ‘guaridas’ habituales para asentarse al aire libre -¡qué bien!, ¡en plena naturaleza!, ¡en comunión con el magnífico paisaje que nos ensancha el horizonte!-, y que terminan su labor medio entumecidos, porque una inesperada corriente de aire los ha refrescado más allá de lo deseable, haciéndoles subir el frío hasta el mismísimo palco de las ideas (alguien se atrevió a decir, quedamente, en confidencia cómplice: “¿Sabes algo peor que no tener internet? … ¡Tener frío!”).
La tarde estuvo muy lluviosa (“y lo que te rondaré…”), acosando a los capitulares antes y después de la oración de Vísperas. El ambiente está más fresco que otros días y el personal se resiente claramente: no se puede tomar el sol, no se puede pasear libremente por los espacios exteriores, hay que abrigarse más… Aquí la época de lluvias abarca de abril a noviembre; el resto del año esto es un secadal (alguno de los capitulares estuvo en marzo aquí mismo y da fe de ello). Así que el maíz que se recoge en esta época no alcanza para todo el año. Al parecer, la gente, para vivir, tiene que hacerse comerciante u obrero o transportista… Y también las familias, antaño numerosas, se han reducido considerablemente en su descendencia. Así y todo, México tiene una población de unos 130 millones de habitantes (de ellos, sólo la ciudad de México hospeda a 22 millones). Irán apareciendo otras peculiaridades en crónicas posteriores.
Comisiones, subcomisiones, y sub-subcomisiones
26 de julio
El día amanece soleado, creo que algo menos fresco que otros. Mira que nos advirtieron: que llueve, que la máxima no pasa de 20, que la mínima baja a 8… Pero al hacer la traducción de eso a “verano mexicano” creo que la mayoría nos engañamos y hemos venido con ropita de entretiempo, esa que nadie sabe qué es. De hecho, ayer por la noche, que era más propia de un invierno suave que de otra cosa, había unos cuantos embozados con todo lo que tenían, propio o prestado… Esquilache a las puertas. Sin embargo, a medida que pasa el día, Laus Deo Virginique Matri, el sol se apodera de la atmósfera… y hasta nos animamos a la manga corta. Definitivamente, con estos cambios de temperatura, uno ya no sabe si tiene Covid, resfriado o triquinosis.
Por lo demás parece que los contagiados de COVID van saliendo poco a poco de su estado, sin mayores consecuencias. Realmente este dichoso virus lo ha trastocado todo. Se podría fundar una de esas religiones de culto a los alienígenas que tanto prosperan en los programas de fantasmas y semejantes: los covidianos. Por suerte, de esta fe, la mayoría se van pronto.
Hoy el día ha estado dedicado a comisiones. La jornada de comisiones es aburrida y tediosa, por naturaleza, con prisa por elaborar un documento cuidado y preciso que recoja un sentir común y que pueda ser defendido con una cierta solvencia en la plenaria. Los intérpretes trabajan como galeotes, ya que muchas de esas comisiones (y subcomisiones, y a veces sub-subcomisiones) necesitan traducción a una o varias lenguas. Los traductores están algo más relajados, a la espera de la que va a venir. Y así siguen pasando tardes y mañanas.
Presentación y reacciones a los primeros documentos
25 de julio
En ambos lados del océano es hoy una fiesta grande: Santiago, patrono de España, y patrono a su vez de la Provincia dominicana de México, donde se celebra este Capítulo general. El predicador de esta mañana nos habló de este primer testigo de Cristo entre los apóstoles, de cómo había seguido a Jesús desde el principio y había visto signos muy singulares de su actividad (resurrección de la hija de Jairo, transfiguración, etc.). Nosotros seremos también buenos testigos de Cristo si lo seguimos con decisión y lo conocemos de cerca, arriesgando incluso nuestra vida por él como hizo el apóstol.
Hoy el día ha estado dedicado a las reuniones plenarias, para presentar y reaccionar ante los diversos documentos ya elaborados por las comisiones en una primera redacción. La primera sesión versó sobre predicación y culturas, la segunda sobre comunión y misión; la tercera, ya por la tarde, sobre economía y, en una especie de apéndice, hubo una exhibición de francotiradores que lanzaron ideas sueltas en vistas a la elaboración del prólogo del Capítulo.
Esta mañana se confirmó el contagio del Maestro, que ya ayer se había sentido mal; esperemos que sea leve su caso, como la mayor parte de los que van apareciendo.
Finalmente, anotaremos la circunstancia de la tormenta vespertina, que nos pilló debajo al terminar Vísperas. Algunos más precavidos habían llevado paraguas, pero la mayor parte afrontamos el temporal cubriéndonos con la capucha y acelerando el paso, simplemente.
Un lienzo en blanco
24 de julio
Después de la fiesta de ayer, tiempo pleno que dicen los sabios, hoy nos ha tocado un tiempo de esos pelones, de los que hay que llenar. Un lienzo en blanco. Como comenté en su día, ese virus patán que anda danzando por ahí ha dejado algunos contagios, de momento en progresión aritmética, es decir, controlable. Por eso se ha suspendido la visita prevista para hoy al Monasterio de María Inmaculada de la Salud, en Pátzcuaro, Michoacán. Solo ha ido una representación del capítulo y cabe esperar que nos hayan representado bien, como debe ser, y sin virus. El test que se hizo a los peregrinos antes de abandonar el cenobio arrojó dos positivos, que ya están debidamente aislados. La cosa sigue suave. Sin novedad en la hacienda.
En el día por llenar, que comienza tranquilo y soleado, aunque fresco, se hacen presentes los cansancios propios del día después de la magnífica fiesta que nos ofrecieron ayer los hermanos mexicanos para conmemorar su independencia. Que nadie se confunda. No era propiamente el día de la independencia de México, que de hecho es en septiembre. Si los de Bilbao nacen donde quieren, los mexicanos celebran cuando les da la gana, como debe ser.
El virus, así pues, nos ha “encerrado” entre los muros de esta hacienda. Las comillas indican que, quien más quien menos se las ha ingeniado para salir a dar un paseíllo, bien campestre, bien a alguna ciudad cercana en transporte público. En nuestro caso recorrimos los campitos que están a tiro de piedra (una hora más o menos) de la sede capitular. Las gentes son amabilísimas y algunos nos hicieron pasar a sus viviendas y nos invitaron a fruta y demás. Definitivamente, la educación de esta gente entra dentro del ámbito de lo que los moralistas clásicos llamaban supererogatorio.
Y así se pasó el día. Sin grandes fastos y con una necesaria bajada de las revoluciones, que la semana ha sido completita. Mañana volvemos a las andadas. Les toca a tres comisiones presentar su informe intermedio. Veremos qué da de sí el día de Santiago, patrón de la provincia dominicana de México y, cómo no, de las Españas… que, por cierto, en Nueva España no es solemnidad, sino fiesta. A ver si los liturgistas se alzan contra tamaño despropósito.
Diálogos en la plenaria y tarde festiva
23 de julio
Aunque hoy es la fiesta de santa Brígida, nosotros hemos celebrado misa de la Virgen, por ser sábado. Es posible que, al ser Brígida patrona de Europa, en América se la mire un poco por encima del hombro –en un decir- (no sé si aquí será siquiera memoria libre). Lo cierto es que laudes y misa fueron en español, lo cual supone un respiro (siempre dentro de los límites a que obliga la altitud) para quien no entiende muy bien la lengua de Shakespeare. El predicador –que siempre es uno de los que presiden junto con el celebrante principal-, a la luz de la parábola del trigo y la cizaña, insistió en que Jesús lo que quería subrayar es la paciencia de Dios. Porque es misericordioso es paciente, da su tiempo a todo el mundo; no hay que precipitarse en separar lo bueno de lo malo antes de tiempo. Los cantos eran conocidos (incluso ejecutamos el “Señor, me has mirado a los ojos” casi entero, ya que la comunión se prolonga mucho, somos legión).
Hoy se ha dedicado el día a los diálogos en la plenaria. Ayer trabajaron intensamente los traductores, para que esta mañana pudieran estar listos los primeros informes de las comisiones, a fin de discutirlos en la asamblea capitular. Todavía son esbozos de lo que serán un día los textos oficiales del Capítulo. Son una especie de documentos-yunque sobre los que descargan a martillazos las enmiendas o nuevas aportaciones de los capitulares en la sala. Y vuelta a empezar (aunque no de cero, obviamente): después de estas sesiones de criba, se volverán a redactar nuevos informes, ya más precisos y preciosos, para discutirlos todavía por la asamblea general e ir dejándolos pulidos, y sobre todo operativos en lo posible, a fin de que puedan contribuir al mejoramiento de nuestras prácticas conventuales y provinciales.
Los contagiados “covidosos” no tienen peligro: aunque más confinados que los demás, algunos de ellos participan en actos comunes, mientras a otros se les lleva la comida y apenas se les ve el pelo. Mañana domingo estaba previsto que asistiéramos a una fiesta fraterna con las hermanas, a unos cuantos kilómetros de aquí, pero o lo han cancelado o asistirá sólo una pequeña ‘comisión’ (de naturaleza menos formal que las habituales del Capítulo): el ‘bicho’ es implacable.
La tarde fue memorable. Anticipando la conmemoración de la fiesta de la independencia (el 16 de septiembre), los mexicanos quisieron hacernos partícipes de su júbilo patriótico y desplegaron una serie de recursos plásticos para que lo pudiéramos vivir con ellos. En primer lugar, y en la sala capitular, nos proyectaron tres vídeos sobre las circunstancias y la epopeya de la independencia (septiembre de 1810). Ya durante la cena los “mariachis” nos amenizaron el rato con sus músicas y sus cantos tan típicos. Además coincidía el cumpleaños de tres hermanos, en honor de los cuales se habían confeccionado enormes tartas para que todos pudiéramos compartir su júbilo. Una vez cenados, salimos al claustro contiguo, que había sido adornado con colgaduras de la bandera mexicana y otros recursos ornamentales. El animador del evento nos recreó con un bello poema la amistad entre México y España, que se escenificó con un breve discurso del síndico de la Orden (Juan Luis Mediavilla), representando a España, y el Provincial de México de parte del país independizado. Siguió también un mini discurso del Maestro de la Orden, portador de una enorme bandera dominicana, lanzando vivas a santo Domingo, a la Orden y al Capítulo, y ambos abanderados hicieron ondear sus estandartes ante el griterío jubiloso de la multitud dominicana que contemplaba fascinada la escena. Siguió una curiosa representación de un toro hecho de telas y montado en una estructura de hierros en que se había configurado un complicado sistema de fuegos artificiales que se fueron extendiendo por todo el claustro, llevado todo ello por un joven mexicano que corría de una parte a otra portador de la estructura que recordaba a la pantomima de los gigantes y cabezudos que todos conocemos. Mientras y durante todavía un largo rato, los mariachis se emplearon a fondo en sus intervenciones. Pero junto a todo ello, los hermanos mexicanos repartieron generosamente vistosos sombreros por doquier –para los varones un poco más grandes, para las damas un poco más pequeños-, acompañados de otros regalos festivos: una banderita de México, carracas, trompetas de feria, muñecas de trapo ataviadas a la mexicana y alguna otra curiosa chuchería. Y no puedo dejar de mencionar un pintoresco receptáculo que se repartió durante la cena y que consistía en un pequeño tubo de caña (¿de bambú?) de unos 15 cm de longitud y que, colgado del cuello de cada comensal, sirvió a modo de copa rústica para recibir en él los licores que distribuían sin pausa unos eventuales camareros a lo largo de la refección vespertina: tequila y mezcal sobre todo. La alegría inundaba la casa, probablemente acentuada en parte por los líquidos entubados y generosamente vertidos en las gargantas de los participantes.
La fiesta duró un buen rato, pero nos anunciaron que, al día siguiente, no había que tener prisa en levantarse, porque era domingo y los licores espirituosos deberían tener tiempo suficiente para disiparse antes de comenzar los rezos del día del Señor.
Ver Crónica oficial del Capítulo General: 23 de julio 2022
Santa María Magdalena
22 de julio
El día comienza con la oración en francés, presidida definidores francófonos, por aquello de que la patrona de la Orden tuvo a bien tomar un barco para irse a Francia, que también son ganas, pudiendo haber ido a Cangas o a Lugo. El magnífico desayuno mexicano, a base de tortilla, tamales y frijoles proporciona energía para el día.
El día de hoy es la fecha tope para la entrega del informe intermedio de las comisiones, que luego será discutido por la plenaria. Es decir, toca sentada tras sentada para las comisiones y para los traductores, que estos días sí se ganan la comida. Pero al menos ha salido el sol y tenemos un tiempo que en España llamaríamos primaveral. Fresquito por la mañana y muy agradable durante el día.
Y así, aunque nadie sabe cómo ha sido, llegamos casi a la semana de capítulo.
Pero, ay, a primera hora de la mañana ha aparecido el primer caso de COVID en uno de los estudiantes de teología que sirven como auxiliares del capítulo. Tiene un cuadro leve y nada preocupante. Esta información matinal se queda vieja enseguida. Al mediodía ya eran cinco los casos, así que hemos vuelto a la mascarilla, a la ventilación cruzada… es decir, a lo de siempre, a lo que se ha mostrado efectivo desde Troya. Esto ha tenido como daño colateral que la salida festiva que íbamos a hacer el domingo a Pátzcuaro, una ciudad cercana que prometía belleza a raudales, ha tenido que ser suspendida. Es lo que toca. Aquí hablan de la quinta ola del virus. En España, cuando la dejé, era la octava. La cosa va para largo. Que no vaya a más y no se apodere de los cuerpos ni de las almas.
Ver Crónica oficial del Capítulo General: 22 de julio 2022
Las seis comisiones del Capítulo
21 de julio
Laudes y misa en inglés. Predicó un vietnamita en un inglés un tanto forzado. El Evangelio de hoy era un poco desconcertante: “Al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene”. Tal como suena, parece duro y, sin embargo, resulta comprensible si se tiene en cuenta que, en el ámbito campesino, una buena hacienda permite crecer, mientras quien anda muy ajustado con frecuencia pierde eso mismo que con dificultad mantenía. Jesús quiere subrayar que quien se abre al influjo del reino irá ahondando en esa realidad a la que se entrega; quien se cierra, tarde o temprano se sentirá extraño y abandonará esa opción. Dicho de otra manera: el que se predispone con sencillez a aceptar la Palabra de Dios percibirá su fecundidad y eso mismo le ensanchará el corazón; el que desconfía sistemáticamente o se desentiende de esa palabra no podrá gustar sus beneficios.
El día discurrió en un trabajo intenso de las comisiones, que tratan de responder a documentos previos al Capítulo, a peticiones provenientes de toda la Orden, a encomiendas que se decretaron en Capítulos anteriores y que tal vez permanecen aún inoperantes… Las comisiones son seis, todas ellas relacionadas con la misión, que es como el catalizador de los diversos sectores de nuestra vida. Y así, la comisión 1 trata de la predicación: la misión para nuestra cultura; la 2, de comunión y misión: la misión condiciona nuestra vida comunitaria; la 3, de la llamada a la misión: vocaciones, formación inicial y permanente; la 4, del estudio dentro de nuestra misión de predicadores; la 5, de los recursos para la misión, especialmente la economía; y la 6, de las estructuras para la misión, donde se trata de nuestra legislación constitucional. En algunas parece que las tensiones son patentes, mientras en otras el debate discurre de manera más apacible. Somos tan distintos en costumbres, en tradiciones culturales, en sensibilidades, incluso en ‘manías’ temperamentales…
Ha habido consultas médicas esporádicas (hay dos médicos entre los frailes mexicanos), que se han resuelto normalmente con alguna variación en la medicación o algún consejo relativo a las comidas, al sueño o al ejercicio físico, entre otros remedios de sentido común.
Al final de la jornada, nuestros anfitriones suelen regalarnos las últimas horas con alguna propuesta lúdica. Ayer ofrecieron una especie de monólogos cara al público; hoy se decantaron más bien por el karaoke, que permite asociarse espontáneamente a la ejecución de cantos conocidos de carácter popular. Mañana sabremos qué nos deparará la fiesta de la Magdalena, y también trataremos de contarlo.
Ver Crónica oficial del Capítulo General: 21 de julio 2022
Fray Elvis
20 de julio
Hoy el día empieza con la liturgia en francés, con bella polifonía. La France es imbatible en eso. El predicador, alemán, reflexionó sobre lo que está aconteciendo en la iglesia alemana como una suerte de “lugar teológico” en el que mirarse. Y sin más dio comienzo el arduo trabajo en comisiones. Toda la maquinaria parece haberse puesto en marcha. Los intérpretes y traductores están a pleno rendimiento, pero satisfechos de poder colaborar en esta tarea.
La luz se sigue yendo, la planta eléctrica echa humo (metafórico). La altura del lugar (más de 2500 metros) provoca algunos sofocos y Moctezuma se va apoderando de algunos capitulares e intérpretes con su maldición. Pero todo ello entra dentro de lo esperado, así que el fraile médico que se encarga de mantener la salud del equipo poco más tiene que hacer que dar alguna pastilla y recomendar líquidos. Esperemos que la cosa siga así. El tiempo parece que empieza a acompañar. Hoy alcanzaremos unos meteóricos 20 grados, aunque las mañanas y las noches siguen siendo fresquitas, lo que, a la hora de dormir con la “cobija” se agradece.
Como curiosidad hoy ha llegado un fraile de Costa de Marfil que responde al nombre de Fr. Elvis. Pero no habla inglés. Así que los intérpretes han tenido que bilocarse para poder cantar el rock de la cárcel.
Las comisiones tienen que presentar un informe a la plenaria el día 23, lo que implica que el día de la Magdalena tendrán que entregarlo en secretaría. El trabajo progresa adecuadamente.
Ver Crónica oficial del Capítulo General: 20 de julio 2022
Trabajo en grupos lingüísticos
19 de julio
Esta mañana la misa con Laudes se celebró en inglés. Se echa de menos un libro con la liturgia completa de cada día, en la lengua correspondiente, como ha ocurrido en otros Capítulos generales (aunque con los teléfonos móviles se palía en parte el problema). La homilía versó sobre el profetismo, tarea incómoda tanto para el mismo profeta como para aquellos a quienes se dirige. La Palabra de Dios que tiene que comunicar lo hace molesto para sus destinatarios. Nosotros también podemos ser molestos, ya que nuestra tarea es también profética. Pero hemos de arriesgarnos; si nos quedamos en casa sin enfrentarnos al mundo no cumplimos nuestra misión de evangelizadores. Santo Domingo también obró proféticamente: por ejemplo, como Miqueas en la lectura de ayer, pedía a Dios misericordia para su pueblo. Y él mismo permaneció al servicio de la predicación incluso en aquellos nueve años “oscuros” (así los calificó el predicador) en que se quedó solo en el Languedoc después de la muerte de Diego y de la marcha de los legados cistercienses. El que quiera entre nosotros quedarse en casa tiene dos opciones: o cambiar de criterio o cambiar de trabajo. Especialmente bello fue el canto del Adoro te devote durante la comunión, con la música tradicional y la letra en inglés.
La primera sesión de trabajo fue plenaria y relativamente breve. El Maestro de la Orden propuso una metodología sugerente para el trabajo de los grupos lingüísticos, que se reunirían a continuación. Se trataba de responder a cuatro preguntas clave para encauzar el Capítulo: 1) Qué esperamos que aporte el Capítulo a la Orden; 2) Qué visión tenemos de lo que puede ser la Orden en un plazo de tres a seis años; 3) Qué aspecto tendrá la Orden de acuerdo con esa visión; 4) Qué caminos o pasos concretos habrá que dar y con qué plazos para que pueda plasmarse ese futuro que contemplamos.
El día transcurrió con el trabajo de los grupos lingüísticos y alguna otra sesión plenaria para transmitir lo compartido en ellos. En días sucesivos comenzará el trabajo de las comisiones, la tarea más laboriosa y determinante para cualquier Capítulo general.
Ver Crónica oficial del Capítulo General: 19 de julio 2022
Relatio e informes
18 de julio
El día comenzó soleado y tras los rezos en español se iniciaron las sesiones. Ahora sí. Se acabó la parranda y comienzan las sentadas. Primero, la relatio del MO, en la que como es habitual siempre al inicio del capítulo, el maestro presenta su informe sobre el estado de la Orden, con todo lujo de detalles y de datos. Tras él, el informe del síndico de la Orden, que se centró en la situación económica de la Curia. Por lo visto, la mística, la política y la economía han de darse la mano o, mejor, han de besarse, como la justicia y la paz. Es inevitable.
Tras los sesudos informes, los definidores se reunieron por grupos lingüísticos para reflexionar sobre lo que habían escuchado en los informes de los curiales. Regresaron luego a la sala para poner en común las reflexiones de los grupos. Pero la tormenta cotidiana en su versión hodierna no iba a dejar que las cosas fuesen fáciles. La luz se fue en incontables ocasiones y, aunque la planta eléctrica cumplía bien su función para que la luz se hiciese de nuevo, ese instante eterno que pasa entre la caída y la reparación causaba que los sistemas informáticos se reiniciasen una y otra vez. Se ve que la misericordia no es prerrogativa de la informática.
Por otro lado, hoy se estrenaba la traducción simultánea de la homilía en la capilla. Para ello hubo que trasladar todo el equipo técnico desde la sala capitular al oratorio, Cuando se movió toda la impedimenta de sonido de nuevo a la sala del capítulo, se montó un lío formidable de ruidos, pitidos y petardeos que los técnicos sudaron para acallar. Poco duró la iniciativa. Se ve que no estaba de Dios ese trasiego. Se ha optado por subir una copia de la homilía, con sus correspondientes traducciones, a la plataforma de uso interno de los capitulares, que podrán leerla en su móvil también de modo simultáneo. O a priori o a posteriori (alguno me acaba de decir en la cena que ya la leyó a media tarde, lo que, sin duda, dará lugar a una experiencia novedosa de abandono en el momento de la predicación). Y poco más de sí dio el día, salvo por la cosa de que los hermanos reabrieron la cantina para festejar la noche y organizaron una lotería, entre cuyos premios destacaban algunos sombreros de por acá. Empieza el trabajo y el asiento, pero que la fiesta fraterna (sin parranda) no falte.
Ver Crónica oficial del Capítulo General: 18 de julio 2022
Encuentro de la Familia Dominicana
17 de julio
Es domingo. Después de los laudes y del consabido desayuno, nos dejan un amplio margen de tiempo, hasta las 11, cuando va a tener lugar la inauguración del encuentro de la Familia Dominicana. Tenemos ocasión de recorrer diversos espacios al aire libre en esta espléndida finca toda verde, a fuerza de llover a cántaros cada tarde. Nadie diría, al despuntar el día, que unas horas después el cielo se cerraría como una caja fuerte, pero dejando caer un torrente de agua embalsada en las nubes, con acompañamiento de aparato eléctrico sin restricciones y espeluznante percusión.
Llegada la hora, con la acostumbrada cortesía hacia los que siempre se hacen de rogar, el Provincial de México nos pone en antecedentes de lo que va a ocurrir. Se tratará, en esta primera sesión, de presentar a toda la Familia Dominicana dispersa por el vasto territorio de la república. Y, en efecto, después de un breve saludo a todos los asistentes, dos hermanas dominicas, la representante de las Dominicas de la Presentación y la de las Dominicas de la Doctrina cristiana (congregación autóctona), van enumerando las trece congregaciones de dominicas apostólicas que tienen casas en este país: unas están presentes y nos hablan de su carisma y de su situación actual; otras no han podido acudir y mandan su recuerdo y su compromiso de oración por el Capítulo y por toda la Orden. Las que representan a las monjas contemplativas nos informan de que la Federación de México tiene 19 monasterios en el país, más otros dos: uno en Cuba y otro en Guatemala. Están muy bien organizadas: después de un año de noviciado canónico, dedican cuatro años de ‘juniorado’ a prioridades muy actuales: promoción vocacional, formación y adaptación de sus estructuras a los últimos documentos de la Iglesia que las atañen.
La eucaristía dominical, presidida por el Maestro de la Orden, la celebramos también al aire libre, bajo una enorme carpa en la que cabíamos todos. Supuestamente hoy tocaba la liturgia en inglés (y así ocurrió en Laudes), pero fue toda en castellano, en atención a los numerosos hermanos y hermanas de las diversas ramas de la FD. El Maestro evocó el panorama de la Orden en estos momentos y, resumiendo mucho sus palabras, dijo que no era para ser optimistas, pero sí para estar esperanzados: los análisis “científicos” no despiertan ilusiones, pero la realidad está en manos de Dios, que nunca nos abandonará (a título de anécdota significativa, nos dijo que se acaba de fundar una nueva casa ¡en Ucrania!). También dijo, a propósito del Evangelio, que Marta y María no representan la vida activa y la contemplativa, respectivamente, sino una síntesis de ambas, como se ha señalado ya repetidas veces. Al término de la celebración, unas gentiles damas con vistosas vestimentas nos colocaron a todos y cada uno de los frailes alrededor del cuello una cinta amarilla de la que pendía un roscón de pan dulce, rito al parecer muy característico de esta cultura como señal de hospitalidad.
Después de una pausa campestre, comimos todos los presentes bajo la carpa, en una pintoresca mezcla de laicos, frailes y religiosas esparcidos en mesas a cubierto de elementos adversos. El temporal nos respetó todavía un buen rato, en que pudimos disfrutar de la música y el canto de los mariachis, así como de una serie bellísima de bailes típicos, interpretados por unos cuantos jóvenes ataviados a la usanza de diversas regiones del país (huelga decir que algunos frailes no resistieron la tentación de fotografiarse para la posteridad con su hábito blanco rodeado de la policromía folclórica de los danzantes). Pero a eso de las cuatro y media de la tarde se desencadenaron todas las tempestades del hemisferio norte, adornadas de rayos y truenos implacables, y naturalmente se acabó la fiesta. Parte de la gente, aun conocedora de los caprichos meteorológicos, no había tenido tiempo de despejar el lugar; y aunque se había refugiado al amparo de la carpa, no creo que ésta pudiera resistir mucho tiempo indemne los embates de la rabiosa tormenta. Más bien, quien no terminó con los pies en remojo se caló hasta los huesos si osó abandonar la carpa a destiempo.
En resumen, un día luminoso y festivo, muy dominicano, aunque con un colofón pasado por agua. Mañana ya el Capítulo entrará en una fase más laboriosa, aunque todavía de carácter informativo más bien que creativo.
Ver Crónica oficial del Capítulo General: 17 de julio 2022
Jornada de retiro
16 de julio
Esta mañana, día del Carmen, ha amanecido fresco. Hemos rezado los laudes del día, no los de la Virgen del Carmen, vaya usted a saber por qué. Y así nos fuimos hacia la primera sesión del capítulo. Tras las palabras del MO, el secretario del Capítulo, fr. Héctor Reyes, informó a la asamblea de la dinámica del capítulo. Y después, oh sorpresa, test de antígenos para todos los miembros del capítulo e invitados. Quién sabe si habrá algún positivo. Quizá veamos algún hueco en la sala. Pero el hecho es que ya no se oyen toses por ahí. O el test es efectivo o alguien está próximo a la congestión. Tras ello, y ya libres de polvo y paja víricos (supuestamente), tuvimos la eucaristía de acogida, presidida por el prior provincial de la provincia de México, armonizada con cantos populares con un cierto estilo mexicano, bien bonito. Sorprendió positivamente un “juntos como hermanos” bien melismático y de estilo corrido.
La tarde comenzó con una jornada de “retiro”, que suele ser habitual en los capítulos, en la que una profesora planteó una serie de asuntos para la reflexión capitular, relativos a los retos que el mundo actual pone a la Orden. El día terminó con la vísperas y con una invitación de los frailes mexicanos a algunos de los espíritus típicos de la región, a los que han puesto nombres dominicanos: San Martín (tequila y cocacola), Santa Rosa (piña colada), Eckhart (wiski con hielo), Giordano Bruno (tequila, mezcal y toronja)…
Pasó una tarde, pasó una mañana. Vamos hacia el día segundo, en el que se inaugurará oficialmente el capítulo, con una Eucaristía al aire libre para toda la familia dominicana. Esperemos que la tormenta cotidiana tenga a bien librarnos de una mojadura.
Ver Crónica oficial del Capítulo General: 16 de julio 2022
Llegada y entrega de credenciales
15 de julio
Viajamos 5 frailes (dos definidores: Prov. Hispania y Prov. Del Rosario; y tres traductores: dos de Hispania y uno del Rosario) desde Madrid-Barajas hasta Ciudad de México. Once horas de sentada relativamente cómodas (las comidas podían haber sido algo mejores). Nos recibieron amablemente, junto con otros viajeros procedentes de diversos orígenes, y nos trasladaron al monasterio de las dominicas de Santa Catalina de Siena. Magnífica cena, reposado descanso, misa mañanera y desayuno autóctono y copioso. Luego, tres horas de ‘camioneta’ y, por fin, Tultenango, hacia la una de la tarde . Lugar campestre, rodeado de campos de cultivo, sobre todo de maíz, y extenso arbolado en el entorno. El convento, enorme y bien cuidado, dedicado ahora fundamentalmente a Casa de Retiros.
Muchos conocidos de todas las lenguas y saludos numerosos y cordiales. Comida abundante y variada, con bastante verdura, pasta de acompañamiento y algunas salsas, que no se atrevía uno a servirse, por si el picante era demasiado agresivo para estómagos europeos. Por la tarde, siesta sosegada, a las 19 h cena y a continuación entrega de cartas credenciales de los definidores. Descanso nocturno, todavía deudor de la novedad del lugar y de las camas. De madrugada, algunos petardos inofensivos, al parecer costumbre frecuente en este zona, de pasado maya, cuando hay cualquier acontecimiento digno de ser festejado.