La Iglesia lleva en su seno una palabra que despierta vida
Con un lenguaje sencillo y directo Marifé Ramos explicó como es esa palabra que salva y sana las zonas necrosadas de la vida y llena los vacíos mejorando la convivencia.
Con un lenguaje sencillo y directo, Marifé Ramos, miembro del grupo “Mujeres y Teología”, fue desgranando con sabia pedagogía la vitalidad y el dinamismo inherente a la Palabra de Dios. Sus palabras, cálidas y cercanas, cargadas de convicción y sentimiento, respondían a la pregunta inicial: ¿cuál es la Palabra que nos despierta vida en medio de tantos signos de muerte?
Es la palabra que pasa por el corazón; la palabra que no se deja encasillar en meras ideas doctrinales y morales; la palabra bíblica que nos acerca con sus imágenes a lo que no vemos con la razón; la palabra de un Dios-Padre que ama, salva y sana las zonas necrosadas de la vida; la palabra que llena los vacíos y ensancha la tienda de la convivencia…
¿Pedimos como mendigos la Palabra de cada día? ¿No es la vida consagrada, en palabras de Benedicto XVI, “exégesis viva de la Palabra de Dios”? Después de pedir para que los dominicos “tengan tanto amor como ciencia en la cabeza”, cerró su intervención con esta bella cita de Catalina de Siena: “Si sois lo que tenéis que ser, prenderéis fuego al mundo entero”.