Desafíos globales hoy claves para los derechos humanos
Las intervenciones en este tercer día del Congreso se centraron en analizar los desafíos globales para los derechos humanos hoy, y cómo se situa la Familia Dominicana ante estos retos.
La tercera jornada comenzó con una reflexión por grupos lingüísticos sobre algunos de los puntos tratados el día anterior, que a continuación sintetizaron y presentaron los distintos portavoces en la sesión plenaria.
El primer panel de discusión presentó los desafíos claves de hoy para los derechos humanos en el mundo, examinando si la actuación de las Naciones Unidas y otras instituciones internacionales o regionales de Derechos Humanos son capaces (o incapaces) de hacer frente a estos retos.
Adrien-Claude Zoller, fundador del Servicio Internacional para los Derechos Humanos, comenzó su intervención enumerando los retos que la sociedad actual tiene en el campo de los derechos: el reto de los conflictos bélicos, muchos interétnicos que la comunidad internacional no puede frenar a causa de las divisiones y lucha de intereses dentro de instituciones como la ONU, paralizada muchas veces por los vetos de las grandes potencias; el reto de la globalización y desarrollo económico que debe hacerse con el fin de lograr un crecimiento sostenible y que no puede conseguirse a costa del detrimento de los derechos humanos; las crisis migratorias es también un desafío importante y ante el cual la comunidad internacional aún no ha dado una respuesta. El reto del terrorismo, que debe afrontarse, pero siempre respetando los principios democráticos y de acuerdo con las obligaciones internacionales de cada Estado. Y en último lugar el desafío de las religiones, con la amenaza a la libertad religiosa, la oposición a cambiar de religión en muchos países.
El problema actual de respuesta ante estos desafíos, no es la falta de legislación que regule los derechos de las personas, sino la implementación de esos derechos en cada uno de los países: “Las normas de la ONU están claras, pero no lo está su implementación pues la prueba es que continúan repitiéndose casos de violaciones de derechos humanos. La tarea que queda por delante es que los países cumplan esas leyes internacionales, que usen los mecanismos de las organizaciones internacionales y que implementen las recomendaciones hechas durante los debates de expertos”.
La hermana Madonna Gay Lumina Escio expuso algunas de las situaciones de injusticia y vulneración de derechos en su país, Filipinas, especialmente dramáticos en el mundo de la minería a causa de una intervención de empresas extranjeras que están esquilmando recursos humanos y violando derechos de muchas gentes, sin cortapisas. La hermana Madonna afirmaba, ante esta situación, que “las instituciones internacionales tienen que asegurar el derecho a desarrollarse de los países pobres sin la intervención de políticas económicas internacionales abusivas”. Denunció también los múltiples casos de detenciones y ejecuciones extrajudiciales que tuvieron lugar durante pasados Gobiernos, y que lamentablemente siguen repitiéndose, aunque hay signos de esperanza, como algunas sentencias de la Corte Suprema de Filipinas dirigidas a evitar la violación de los Derechos Humanos. También se han iniciado investigaciones que han contado con la presencia de expertos de la ONU, quienes han indicado algunas recomendaciones que el Gobierno Filipino ha ignorado. “Lamentablemente, afirmaba la hermana Madonna, aunque existen leyes claras en defensa de los derechos humanos, también hay leyes que defienden determinados poderes y esas leyes son las que finalmente acaban aplicándose”.
El tercero en hablar fue el dominico Emmanuel Ntakarutimana, director del centro Ubuntu de Burundi, habló desde la realidad de su región, los grandes lagos, que han sufrido un largo y terrible periodo de conflictos y violencia, y que tienen ahora la difícil tarea de reconciliación. Para esa labor se ha establecido un proceso que comienza con la memoria, respondiendo al derecho a la verdad sobre las violencias del pasado; la aplicación de la justicia, reclamada por las víctimas; una reparación de los daños sufridos y la reforma de las instituciones para evitar que no se repita. El proceso, según planteaba el ponente, ha fracasado porque está pensado para cada país, cuando aquellos problemas afectaron a muchos países del entorno. Fr. Emmanuel expuso las que él considera principales causas de los conflictos en esa área de África, y que tiene que ver con el deseo de control de los recursos naturales, la manipulación de las identidades étnicas, tribales y nacionales, el tráfico de los seres humanos y sus órganos, especialmente en niños y mujeres, los intereses de las grandes compañías multinacionales, la alianza de los recursos políticos y religiosos en la gestión del país. Para resolver esos conflictos, la ONU ha de plantearse la situación de África de manera holística, y tiene que lograr que los distintos países de la zona sigan las recomendaciones señaladas por las distintas instituciones internacionales de derechos humanos: “es necesario y urgente emprender gran proceso de reconciliación con todas las energías de que se dispone. Hace falta reconciliación entre personas, pero también entre las comunidades y estados”. Al final de su intervención hizo mención al déficit moral de nuestro tiempo que ha sido el verdadero causante de la crisis del 2009, una crisis que más que económica ha sido de pensamiento y cultura: “el desafío sobre la mesa es emprender la dinámica de un desarrollo integral que sea respetuoso de toda persona humana, que conlleve mecanismos de solidaridad”.
El panel de discusión de la tarde quería responder a la pregunta ¿cómo está posicionada la familia dominicana en estos retos? Margaret Mayce, representante de la Conferencia de dominicas en la ONU, explicó de qué manera la Familia Dominicana participa en muchas de las iniciativas que se presentan en esa institución internacional. Se hace de una manera más directa en la Comisión para el desarrollo social, donde tienen presencia y voz. La hermana Margaret ha podido dirigirse en varias ocasiones a esa comisión como representante civil, realizando peticiones para lograr una base de protección social por medio del acceso a la seguridad social esencial, un ingreso básico para los niños, ancianos, y personas que no tienen suficiente para vivir por situaciones de enfermedad, discapacidad, paternidad, etc. El objetivo de dicha Comisión es conseguir que los Estados trabajen por el desarrollo económico y social de todos los seres humanos: “No puede haber paz genuina hasta que la gente pueda disfrutar de sus derechos dados por Dios y sea respetada la integridad de la tierra. Mientras la gente no tenga acceso a lo que necesita para disfrutar de una vida satisfactoria, continuaremos viendo un incremento de la violencia, de las migraciones, de los conflictos”. Otro espacio en el que la Familia Dominicana tiene también voz es la comisión para el estatus de las mujeres, por la que han pasado en los últimos años un buen número de hermanas de todo el mundo que están implicadas en labores de defensa de la dignidad de las mujeres, aportando una información vital acerca de la situación de niñas y jóvenes en todo el mundo. Y por último, también los dominicos y dominicas han podido participar en la configuración de la llamada Agenda 2030, con 17 iniciativas que son las metas que se marca la ONU en los próximos años para conseguir un desarrollo sostenible.
La hermana Margaret finalizaba su intervención reconociendo lo difícil que resulta evaluar la participación de Familia Dominicana en la ONU en Nueva York, en colaboración con otras 47 congregaciones religiosas. “Los éxitos logrados pueden parecer insignificantes, pero son pequeños triunfos logrados gracias a la coherencia del mensaje y la persistencia en los esfuerzos de comunicar esa defensa de los derechos”.
Mike Deeb, Delegado permanente de la Orden ante las Naciones Unidas, tras hacer un breve un repaso a la historia de la presencia de los dominicos en la ONU (como una ONG denominada Dominicos en favor de la Justicia y la Paz, puesto que una Congregación religiosa como tal no puede tener presencia en la ONU), señaló las prioridades que se han marcado para estos próximos años y que son la Guerra y la Paz, en solidaridad con los dominicos en países en guerra, y la segunda prioridad son Los negocios y Derechos Humanos, que tiene que ver con la impunidad de las industrias internacionales que provocan violación de los derechos y destrucción de la naturaleza. Una vez reconocidas las prioridades, su labor ha consistido en identificar los mecanismos de ONU y otras instituciones en las que se puedan defender esos derechos, así como establecer relaciones con las personas y mecanismos que faciliten el trabajo. Durante este tiempo se ha hecho presente en países con violencia para mostrar solidaridad, para establecer relaciones personales para hablar en nombre de la gente, y para identificar los elementos claves a defender. Fr. Mike, además, en su labor como Promotor de Justicia y Paz de la Orden, trabaja para fortalecer la capacidad dominicana sobre el terreno, ha dado talleres y charlas sobre la Justicia y la Paz como algo integral en la evangelización, promueve la creación de estructuras de Justicia y Paz en Familia Dominicana, etc. Por último, hizo un repaso a las distintas iniciativas promovidas en instituciones internacionales, especialmente en el Consejo de Derechos Humanos de Ginebra donde han tenido más intervenciones, o en la revisión universal periódica en el que están implicados dominicos, en el Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, promoviendo la reforma de las prisiones y eliminación de la pena de muerte desde Viena, o en la defensa del medioambiente en la Conferencia de París o en Nairobi.
A continuación de nuevo los asistentes se reunieron en grupo, donde trataron de identificar adecuadamente los desafíos de las distintas regiones y donde evaluaron las fortalezas y debilidades de la práctica actual dominicana a la luz de los desafíos globales.
La jornada finalizó con la proyección de la película “Los padres”, del escritor, productor y director, Armando P. Ibáñez, un fraile de la Provincia del Sur. Se trata de un homenaje a dos frailes dominicos españoles, Benito Retortillo y Epifanio Rodríguez, que desempeñaron su labor pastoral en el Sur de Texas, cerca de Corpus Christi hasta el año 2013 en que la misión se cerró, poniendo fin a 82 años de presencia dominicana en esa zona. Su trabajo tuvo un gran impacto en la vida de mucha gente, especialmente con su apoyo a los mexico-estadounidenses, que sufren el racismo y la exclusión.
Álbum de fotos de todo el Congreso: Dominicosweb
Las intervenciones del Congreso se podrán ver en la siguiente lista de reproducción: