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El Movimiento Juvenil Dominicano celebra su Pascua Rural en Caleruega

Más de 40 jóvenes de toda España viven la Semana Santa en la tierra de Santo Domingo

  Más de 40 jóvenes dominicos celebran la Semana Santa en Caleruega (Burgos), tierra que vio nacer a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores.

  Es la primera vez que el Movimiento Juvenil Dominicano (MJD), la rama más joven de la familia dominicana, vive la Pascua Rural en Caleruega. Los últimos años la han celebrado en Albarracín, junto a las monjas dominicas del monasterio de San Esteban y de San Bruno, que cerró sus puertas en el año 2013.

  Redescubrir, reconstruir… Resucitar fue el lema bajo el que, desde Miércoles Santo a Domingo de Pascua, jóvenes de la Familia Dominicana de España estuvieron viviendo la Semana Santa acompañados por tres frailes dominicos: Félix Hernández, Moisés Pérez y Vicente Niño. En familia ayudaron a los sacerdotes de la zona preparando y dinamizando las celebraciones de estos días tan importantes para todos los cristianos.

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  La noche del miércoles hicieron una oración de envío junto a las monjas dominicas de Caleruega, en la que tras rezar con las hermanas, recogieron agua del pozo de Santo Domingo, para así sentirse respaldados para realizar la labor de todo dominico: predicar.

  Se dividieron en cuatro comunidades para alcanzar mayor número de parroquias: Caleruega, Santa María del Mercadillo, Ciruelos de Cervera, Briongos de Cervera, Quintanarraya y Peñalba.

  La estructura de la Pascua Rural del MJD es la siguiente: formación por las mañanas en Caleruega; por las tardes, preparación y celebración de los oficios en cada una de las localidades en las que se distribuyen los jóvenes; por las noches, celebraciones preparadas por grupos del Movimiento.

  Los talleres formativos estuvieron centrados en cada uno de los días del Triduo Pascual. Los oficios se celebraron en cada uno de los pueblos junto a fray Vicente, fray Félix y fray Moisés. En el caso de Caleruega, los jóvenes vivieron la Semana Santa junto a las comunidades de monjas y frailes dominicos, así como con un grupo de hermanas de la Congregación de Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia, que estaban celebrando allí la Pascua. Para la noche del jueves el grupo Endavant de Valencia preparó la Hora Santa. El viernes por la noche los jóvenes de Esnalar (Oviedo) dirigieron un acto penitencial. El sábado, un poco de baile y fiesta tras las diferentes celebraciones litúrgicas sirvieron para celebrar la Resurrección.

  El taller del Jueves Santo, día del Amor Fraterno, fue conducido por Cristina Expósito y Mónica Marco. Como no podía ser de otra manera, ya que las dos son historiadoras del arte, condujeron la sesión a través de diferentes obras artísticas, explicando el amor de Cristo a la humanidad.

“No es Dios y nosotros, porque somos algo de Dios y toda la creación es Presencia y Gracia”

  La formación del Viernes Santo estuvo a cargo del teólogo dominico fray Jesús Espeja, quien creó un diálogo en torno a la idea de que Dios no es separable de la humanidad: “no es Dios y nosotros, porque somos algo de Dios y toda la creación es Presencia y Gracia”. El fraile dominico señaló también que la fe va más allá de la razón: “es abrirte a esta Presencia de amor, dejarte permear por ella y entregarte en esa línea”.

  En el taller del sábado Ana Climent y Guillermo Prado, miembros del grupo Endavant de Valencia, analizaron la soledad que debieron sentir los discípulos tras la muerte de Jesús, trabajando este momento desde múltiples emociones, para acabar con la esperanza y alegría de la Resurrección.

  Una Pascua en la que todos han redescubierto un poco el sentido del amor para trabajar por el que sufre las injusticias, han reconstruido su fe para predicar al mundo el Evangelio y han resucitado a la esperanza del amor en Cristo.