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En el recuerdo del P. Juan González Arintero

23 de febrero de 2012

Conferencia pronunciada por D. Etelvino González en recuerdo del Padre Arintero.

En el recuerdo del P. Juan González Arintero

Ochenta y cuatro años han pasado desde que un veinte de febrero el P. Arintero culminaba una vida ejemplar de fraile dominico, de estudioso de la Naturaleza, de investigador y publicista de la vida de la Iglesia, de escritor místico y de director de almas. Como todos los años la Facultad Pontificia de San Esteban de Salamanca, en concreto la Escuela de Teología, ha recordado ese día la persona del P. Arintero. Setenta y cinco se han cumplido de la muerte del poeta, novelista, filósofo y buscador de verdad D. Miguel de Unamuno. Salamanca está volcada este año en la celebración de quien tanto la quiso. Por eso el recuerdo del P. Arintero este año ha ido unido al de D. Miguel Unamuno. Ambos maestros se conocieron, se trataron en su vida salmantina.

El P. Arintero hace referencia a Unamuno como buscador, a veces angustiado, de la fe, desde su compromiso con la razón. Para tratar del “Encuentro de estos dos maestros” se solicitó la intervención del Dr.Etelvino González López. D. Etelvino ha preparado una edición crítica del “Diario íntimo” de Miguel de Unamuno, que está a punto aparecer; ha `publicado un trabajo sobre “Místicos renanos en el Diario íntimo de Miguel de Unamuno”. E igualmente en Archivo Dominicano, bajo el título “Otra alma de Unamuno” expuso la relación de Unamuno con los dominicos. En estos momentos está estudiando el capítulo IV de la gran obra del P. Arintero “Desenvolvimiento y vitalidad de la Iglesia”. Nadie mejor que él para homenajear a los dos maestros, como él les calificó en el título de su conferencia. Conferencia magistral, que ofreció mucho, e hizo ver lo mucho más que podía decir de la relación entre los dos personajes en su búsqueda de la verdad desde posturas iniciales distintas. El público, que llenó el aula magna de la Facultad, el espacio llamado “Capítulo Nuevo”, agradeció vivamente la exposición del conferenciante. Luego muchos de los presentes visitaron la celda que había ocupado el P. Arintero, donde pudieron contemplar además diversos objetos relacionados con su vida y obra.