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Encuentro de la Fraternidad Sacerdotal Santo Domingo de España

16 de julio de 2016

Entre los días 12 y 15 de Julio tuvo lugar un encuentro de la Fraternidad Sacerdotal Santo Domingo de España en Caleruega, cuna de Nuestro Padre Santo Domingo. Participaron 10 sacerdotes.

La Fraternidad Sacerdotal Santo Domingo de España (presbíteros diocesanos integrados en la Familia Dominicana), es una realidad que va consolidándose, como un fruto del Espíritu Santo dentro del Jubileo Dominicano.

Entre los días 12 y 15 de Julio tuvo lugar un encuentro de la Fraternidad Sacerdotal Santo Domingo de España en Caleruega, cuna de Nuestro Padre Santo Domingo. Participaron 10 sacerdotes. Los siete que ya formaban parte de la Fraternidad: Jorge diócesis de Canarias, Manuel diócesis de Madrid, Carmelo diócesis de Albacete, Jose María diócesis de Vigo-Tuy, Amadeo diócesis de Valencia, Esteban diócesis de Logroño-Calahorra-La Calzada y Juan José diócesis de Oviedo. Más tres que se incorporaron a la misma en el transcurso de estas jornadas: Iñaki diócesis de San Sebastián, Vicente diócesis de Valencia, Angel diócesis de Cartagena-Murcia. Estuvimos acompañados por el Promotor, fray Francisco Rodríguez Fasio.

Tras el reencuentro y la acogida, se diseñó la estructura de las jornadas y los diferentes asuntos a tratar, siempre dentro de un ambiente familiar de convivencia cordial y plegaria. Este aspecto de familia se vio reforzado por la presencia en Caleruega de las Comunidades residentes de frailes y monjas, más la visita de otros miembros de la Familia Dominicana de distintas procedencias y entidades (un grupo de frailes y familias seglares de la Provincia de Toulouse, un grupo de seglares de Argentina, un grupo de hermanas de una congregación de dominicas de Estados Unidos) que visitaban el lugar con motivo del Jubileo.

El hilo conductor de estas jornadas fue reflexionar sobre los modos de orar de Santo Domingo. Un descubrir cómo los 9 modos de orar, conservados en los códices antiguos, son una fuente de información, testimonial y vivencial, no sólo de la espiritualidad y personalidad de Nuestro Padre sino también de los aspectos más propios del talante y carisma dominicano. La centralidad de la relación con Jesucristo, vivenciada como proceso de cristificación de la persona que es presentado, acogiendo el lenguaje litúrgico, en clave celebrativa y eucarística: esa es la fuente de la Santa Predicación y, por tanto, de la vocación dominicana. Para nosotros, como sacerdotes diocesanos, una gran fuente de inspiración para la vivencia y desarrollo de nuestro ministerio específico en la Iglesia y como parte de la Familia Dominicana.

Hubo momentos simpáticos, momentos de una gran profundidad y momentos muy emotivos. Señalamos algunos: La infructuosa búsqueda y captura de un buen café matutino por el pueblo o el paseo diario hasta la estatua de fr. Venancio Carro (cariñosamente rebautizada y objeto de alegre observación); las visitas guiadas por el Monasterio de las hermanas, teniendo como cicerone a fr. Jesús Martín (todo un lujo); la visita al Monasterio de la Vid, con todas las referencias a la familia Guzmán-Aza; sobremanera la visita magnífica y entrañable al Burgo de Osma, con tantas huellas que evidenciaban el paso de Santo Domingo por aquel lugar (también un miembro de la fraternidad dejó su impronta -no se sabe si indeleble- en la cátedra episcopal de Osma); un momento extraordinario e intenso fue la oración ante el Cristo del Milagro, talla románica del crucificado ante la que oró Santo Domingo en sus años de canónigo en esta catedral; fue especial la visita a la exposición que el dominico P. Salas ha organizado, en el mismo Burgo de Osma, en torno a la figura y significación de Santo Domingo, con la preciosa explicación que nos brindó el propio organizador y escultor; la Eucaristía matutina con las hermanas dominicas contemplativas y la oración vespertina con los hermanos de la comunidad de frailes;
los ratos de estudio y reflexión en torno a los modos de orar; el compartir nuestras situaciones o experiencias pastorales como párrocos y sacerdotes diocesanos… Un momento especialmente emotivo fue el ingreso de tres nuevos miembros de la fraternidad, acompañados por la comunidad de frailes, por la Secretaria del Secretariado de Familia Dominicana de España, presente en esos días en Caleruega, y por algunos otros miembros de la Familia Dominicana. El momento del abrazo de acogida expresó, de un modo visible, la conciencia de vocación y misión compartida.

Fijamos las fechas y lugares de los siguientes encuentros, particularmente el día de la Profesión de los que en octubre cumplen ya el tiempo de noviciado, momento desde el que la Fraternidad Sacerdotal de Santo Domingo queda constituida formalmente y empezará a funcionar como tal. Será el 13 de octubre en el convento de Ntra Sra de Atocha de Madrid.

Llegó el momento del regreso a los diferentes lugares de procedencia para atender las comunidades locales que tenemos confiadas. El Promotor y nuestro hermano mayor, Jorge, se quedaron en Caleruega para asistir al encuentro anual de Familia Dominicana representando a la Fraternidad. Sentimos mucho no poder quedarnos ninguno más, pero las fechas coincidían con un fin de semana repleto de fiestas patronales en nuestras parroquias.

Si hubiera que resumir en pocas palabras este encuentro, tal vez se podrían sintetizar así: fraterno, entrañable, tiempo de gracia, fecundo, pentecostal.