Dominicos y dominicas salen "al encuentro de los jóvenes"
La Familia Dominicana celebra su XLVI encuentro el fin de semana del 13 al 15 de julio en Caleruega
El próximo Sínodo de los Obispos, acerca de la juventud, ha dado pie a la temática del XLVI Encuentro de Familia Dominicana: «Salir al encuentro de los jóvenes». Esta celebración, que desde hace muchos años reúne fraternalmente a dominicos y dominicas de diversa condición y procedencia, ha tenido lugar nuevamente en Caleruega (Burgos) durante el pasado fin de semana (del 13 al 15 de julio de 2018).
El primer día (viernes 13), tras una oración junto al pozo de santo Domingo, la hermana Marcela Zamora (secretaria de Familia Dominicana) hizo la presentación de bienvenida. Enseguida dieron comienzo las ponencias (las cuales fue moderando Lara Anthony de Sena): «El joven en el camino de Emaús», a cargo de la hermana Isabel Górriz Moreno (DEIC), que, basándose en el pasaje evangélico de Jesús y los discípulos de Emaús, daba claves para el acompañamiento de los jóvenes, como «ser expertos en humanidad» (desde la paciencia, la constancia y la misericordia), «sentirnos no solo acompañantes, sino también acompañados» o «transformar el diálogo en anuncio del Evangelio» (con hospitalidad, pedagogía, formación, realismo, respeto…), procurando «que arda la palabra de Dios en sus corazones» (cada encuentro es una oportunidad de humanización).
La mañana siguiente (sábado 14) comenzó con la celebración de los laudes y la misa (presidida por el prior provincial, fray Jesús Díaz Sariego) en el monasterio de Santo Domingo, acompañados por las monjas. Más tarde, la segunda intervención: «Los jóvenes de hoy, desde la visión de la O. P.», en la que fray Vicente Niño Ortí analizó el tema recorriendo los siguientes puntos: «quién» (los jóvenes son un grupo diverso, pero con mucho en común), «cuándo» (aproximadamente, de los 15 a los 35 años), «dónde» (se habló de la sociedad líquida, el nuevo continente digital y los jóvenes in y out [respecto de la Iglesia], además de otros rasgos sociológicos: ciencia como saber absoluto, técnica como motor de progreso, globalización, economía como medidor social, individualismo como eje antropológico, impacto medioambiental como primera preocupación ética, secularización religiosa, papel de la familia…), «cómo» (según encuestas de la Fundación SM y los trabajos presinodales, subjetivización del yo, diversidad como construcción de la realidad, incertidumbre ante el futuro…), «por qué» (se trató de lo que buscan, lo que piden, lo que buscamos y lo que les pedimos), «cómo responderles desde la Orden» (acompañamiento comunitario, integrar la experiencia dominicana, generar preguntas…) y «qué esperamos que nos respondan» (cuestión abierta…).
A continuación, hubo diversos paneles, en los que se presentaron diversas realidades y proyectos de la Familia Dominicana: Pastoral Juvenil Vocacional (Fr. Félix Hernández y Julia Moreno), Movimiento Juvenil Dominicano (Ángela Burguet), voluntariado de FD por Selvas Amazónicas (Alexia Gordillo), reto pastoral en los colegios mayores (Ignacio Antón) y grupos Esnalar de Oviedo (Fr. Ricardo Aguadé). Después se realizó una reunión por grupos con una posterior puesta en común, a lo que siguió el rezo de las vísperas.
Aprender a mirar
El tercer día (domingo 15) se abrió con la celebración comunitaria de los laudes. En esta ocasión, la exposición, titulada «Con esperanza seguimos mirando al futuro», fue impartida por fray José Luis Ruiz Aznárez. La reflexión se basaba en dos documentos: «Jóvenes, predicar fuera de la predicación» (Fr. Felicísimo Martínez) y la carta del Maestro de la Orden (Fr. Bruno Cadoré) sobre el Sínodo de los jóvenes. Se destacó la complementariedad entre las etapas joven y adulta, la necesidad de la predicación también fuera de la homilía, de persona a persona (cf. Evangelii gaudium, 127-129), la búsqueda del bien del otro (lo que requiere «vaciamiento de uno mismo para llenarse de Dios») y el hecho de que «el Evangelio nos enseña a vivir» (contiene una antropología, psicología y pedagogía propias). Además, la importancia de «aprender a mirar» (con respeto y profundidad), con el objetivo de detectar así «el carácter extraordinario de lo más común». Finalmente, después de otra sesión de trabajo grupal, la mañana concluyó con la eucaristía de clausura, que el mismo fray José Luis Ruiz se encargó de presidir.
La vivencia de este programa en comunidad, junto con diversos momentos de convivencia familiar y fraterna, es lo que ha ido conformando este nuevo encuentro de la Familia Dominicana, sin duda con un resultado tan provechoso como memorable.
Fr. Bernardo Sastre Zamora (novicio)