Cuatro jóvenes participan en el encuentro vocacional ‘¿Tienes sed de algo más?’ en Caleruega

Promovido por la Pastoral Juvenil Vocacional de Familia Dominicana

  Cuatro jóvenes compartieron una experiencia vocacional dominicana en el convento de Caleruega el fin de semana del 10 de marzo. El encuentro fue dirigido por el promotor vocacional de la provincia, fray Juan Manuel Martínez Corral OP. Durante el encuentro, los jóvenes pudieron disfrutar de los lugares más emblemáticos de la cuna del fundador de la Orden de Predicadores, en un ambiente de oración acogedor y fraterno.

  El hilo conductor de la oración fue la experiencia de sed reflejada en el encuentro de Jesús con la samaritana. Ella, descubre ante Jesús su sed de una vida más auténtica, de plenitud, en definitiva, sed de Dios.

  Tras instalarse, los jóvenes tuvieron la primera meditación en la bodega de la beata Juana de Aza, en torno a la “sed” de luz del ciego Bartimeo, saciada al confiar en Jesús. Después de presentarse y compartir cada uno un poco de su propia historia, tuvieron la cena, y el prior del convento, fray Arsenio, los acompañó con su historia de vida y vocación.

  En la mañana del sábado, los jóvenes participaron en la oración matinal de la comunidad de frailes dominicos, el oficio divino y la eucaristía. Tras el desayuno, se dirigieron al pozo de santo Domingo, bajo el lugar donde según la tradición fue concebido. Allí, junto al pozo, era el lugar idóneo para centrarse en el pasaje de la samaritana, y compartir el fruto de su oración y reflexión. Más tarde, tuvieron el rezo del Rosario, en el que fray Juanma los ayudó a conocer y meditar sobre la impresionante vida de santo Domingo.

  Ya por la tarde, la reflexión vocacional se centró en la llamada de Abrahán, primera gran figura vocacional de la Biblia. Después, aunque temían la lluvia, el tiempo les permitió poder salir a pasear, compartiendo y contrastando en parejas, como los discípulos de Emaús, sus impresiones, deseos y búsquedas. Fue un momento entrañable de diálogo sincero y conocimiento mutuo.

  Terminaron la tarde con la oración conventual de vísperas y la cena.