El espacio O_LUMEN presenta la exposición fotográfica “Punto y seguimos. La vida puede más”
45 fotografías que recogen los testimonios reales de numerosas víctimas de la trata en España
Este jueves 18 de febrero el Espacio O_LUMEN de los dominicos inauguró la exposición fotográfica itinerante Punto y seguimos. La vida puede más, que recoge en imágenes los testimonios reales de numerosas víctimas de la trata en España, que es el país europeo que más afectados tiene y recibe.
En la muestra se da voz a todas esas personas que han sido objeto de la trata —en su mayoría mujeres explotadas sexualmente— para que relaten con total transparencia fragmentos de sus vidas. Ellas han quedado hundidas pero no sepultadas. Estas fotografías sirven como medio para romper la barrera del silencio y la indiferencia con la esperanza de un nuevo comienzo.
Punto y seguimos busca promover un posicionamiento crítico por parte de la sociedad a favor de la abolición de estas prácticas. Empleando la imagen como detonante, el fotógrafo Fernando Mármol Hueso arroja la luz necesaria para visibilizar una realidad oculta que puede sufrir cualquier persona vulnerable.
Begoña Iñarra, miembro de la Comisión de Trata de Personas de la Archidiócesis de Madrid, y Mª Francisca Sánchez Vara, directora del departamento de Trata de personas de la Conferencia Episcopal Española, hicieron la presentación de la exposición.
La trata tiene atrapadas a más de 2,5 millones de personas en más de 130 países
Begoña Iñarra explicó que a menudo se entiende la esclavitud como algo del pasado, pero que realmente “aquí, a nuestra puerta, en los clubs de nuestras ciudades y carreteras, en los restaurantes, en hoteles y casas de gente con dinero, en las obras de nuestro barrio, en las fábricas de calzado, pidiendo limosna en nuestras calles… hay niñas, niños, mujeres y hombres que viven en situación de esclavitud, que son vendidos y comprados como mercancía”. El ámbito más conocido de la trata es la explotación sexual o prostitución forzada, pero también la sufren empleadas del hogar o trabajadores agrícolas, del sector de la construcción o del calzado, mujeres obligadas a mendigar, delinquir o casarse. “Lo que llamamos la trata de personas es la esclavitud de los tiempos modernos. Personas vulnerables, son explotadas mediante la coacción, el engaño, la fuerza, por el sexo, por su fuerza de trabajo o por sus órganos”. Begoña añadió que “la trata es una violación de los derechos humanos que tiene atrapadas a más de 2,5 millones de personas en más de 130 países”.
Tras la presentación de la exposición, Mª Francisca Sánchez Vara compartió el testimonio de Ana Almarza Cuadrado, adoratriz y coordinadora de la Comisión Diocesana contra la trata, que tiene una experiencia de más de 20 años acompañando a víctimas de la trata. Almarza reconoce la gran alegría que ha sentido cuando las víctimas, después de mucho sufrimiento dicen con estas u otras palabras: “¡Punto! Se acabó, se terminó quedarme en el dolor, quedarme en el enfado, en la rabia, en la culpa, en el odio y la angustia. ¡Y seguimos! tengo una vida con muchas oportunidades, quiero transformar mis objetivos, quiero aprender de lo que me ha pasado, cuento con vuestra ayuda, aquí no se acaba mi vida”.
La presentación concluyó con un recorrido por las obras la exposición, en el que Sánchez Vara fue comentando cada uno de los duros testimonios que reflejan las fotografías.
Hasta el 27 de febrero se podrán visitar las 45 fotografías que forman la exposición en el centro de Madrid y recorrer los tres bloques en los que se presentan: el drama que han vivido las personas que han caído en redes de trata, la indiferencia de nuestra capacidad para mirar hacia otro lado y encontrarnos con personas llenas de esperanza, resilientes, fuertes, esperanzadas con una vida libre de la explotación.
El horario de la exposición es de miércoles a sábados, de 11 a 14 h. y 17 a 21 h. Los domingos de 11 a 15 h.
Punto y seguimos es un proyecto realizado en colaboración con el secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal, a través de la sección de Trata de personas y por la Comisión diocesana contra la trata de la Vicaría Social para el Desarrollo Humano Integral e Innovación de la Diócesis de Madrid.