Fiesta Litúrgica de La Virgen de Candelaria en Tenerife
El pasado día 2 de febrero se celebró la fiesta litúrgica de la Virgen de Candelaria en el contexto de la fiesta de la Presentación del Señor en el Templo.
Una basílica abarrotada de fieles, que se desplazaron durante toda la jornada festiva hasta el municipio donde se venera a “La Morenita”, fue el marco de la celebración. Presidió la Eucaristía el obispo de la Diócesis, monseñor Bernardo Álvarez Afonso, quien estuvo acompañado por la comunidad de frailes dominicos que aquí residimos.
En su homilía el obispo expuso que esta es la fiesta del “encuentro”: “Vamos caminando al encuentro del Señor”- dijo-. Encuentro de Dios con su pueblo. Encuentro entre jóvenes (María y José) y ancianos (Simeón y Ana), expuso citando al Papa. Terminó D. Bernardo su homilía haciendo una invitación: “pedir a María que nos ayude a seguir siempre caminando al encuentro del Señor, que nos ayude a unirnos a Cristo de todo corazón, para poder ser también nosotros, por él, con él y en él, luz del mundo”.
Ese mismo día en la celebración de la tarde, el vicario del provincial, Fr. Daniel López, presidió la presentación de los niños nacidos en el último año (desde el 2 de febrero de 2013) a los pies de la Virgen de Candelaria. Casi un centenar de niños recibieron la bendición y un diploma conmemorativo de la festividad de la “Morenita”.
Destaca dentro de estas fiestas la procesión del día 1, víspera de la festividad de Candelaria. Es uno de los momentos más significativos de estas fiestas. A la procesión de candelas acudieron miles de personas venidas de todos los puntos de la isla de Tenerife, que iluminaron el paso de la Virgen en su tradicional procesión nocturna por la plaza de la Patrona de Canarias y diversas calles del casco de la Villa Mariana.
"La comunidad de frailes dominicos de Candelaria, damos gracias a Dios por estos días de fiesta y de encuentro; de fe y devoción de un pueblo que sabe venerar a la Madre del Salvador. Ahora, hasta la otra gran cita de las fiestas de agosto, seguiremos predicando a los pies de la Virgen de Candelaria que esa “Luz”, como cantó Simeón, es para todas las naciones; que el hombre en Jesús, nacido de María, se encuentra con el Dios bueno que le brinda a compartir su propia vida".