Fr. Jesús Molongua, O.P., nuevo presbítero en Guinea Ecuatorial
Crónica de la ordenación del dominico, cuya ceremonia presidió Mons. Juan Nsué Edjang en la Catedral de Malabo
Este sábado 25 de marzo el dominico Fr. Jesús Molongua, O.P. ha sido ordenado presbítero por el arzobispo de Malabo, monseñor Juan Nsué Edjang, en la Catedral de la capital de Guinea Ecuatorial.
La celebración contó con la presencia, entre otros, del vicario general de la Archidiócesis, D. Benjamín Barila; del prior provincial de la Provincia de Hispania, Fr. Jesús Díaz Sariego, y del secretario de la Provincia, Fr. Juan Carlos Cordero.
Crónica de Fr. Roberto Otón Pocó, O.P.
Un nuevo predicador-sacerdote de la gracia
La meteorología nos hizo disfrutar de un día agradable, eso que temíamos que el tiempo iba a ser peor, ya que el día anterior había caído un gran chaparrón. Sin embargo, el cielo del 25 de marzo, amanecía con una mañana plácida, soleada y colorida por las distintas indumentarias llevadas. Era un día lleno de vida y de alegría en los corazones. Pues en este día Fr. Jesús Molongua y D. Antonio Monsuy, del clero diocesano, los dos ordenandos, vivían una de las páginas más dulces de su vida, se ordenaban presbíteros por la imposición de las manos y la oración consecratoria del Arzobispo, Monseñor Juan Nsué Edjang.
Poco a poco a la Santa Iglesia Catedral iban llegando los fieles y los sacerdotes procedentes de distintas latitudes de la Isla para asistir a esta gran celebración. Cabe recordar que, a principios del año 2020, la Catedral de Malabo sufrió un voraz y desgraciado incendio que obligó a cerrar sus puertas durante dos años, debido a la rehabilitación. El día 14 de agosto del año pasado, con la reinauguración, volvió a abrir sus puertas a los fieles para que contemplen de nuevo la joya de este templo neogótico, situado en la Isla de Bioko, cuyas aguas bañan el océano Atlántico. Por tanto, esta ocasión se convertía en la segunda celebración multitudinaria tras la reapertura.
Todo estaba listo y, puntualmente, a las 10 de la mañana, dio comienzo la Eucaristía en la Solemnidad de la Anunciación del Señor, alzando sus voces el coro de San Juan Pablo II de Santa Maravillas de Jesús y la coral de la parroquia Inmaculado Corazón de María. En un templo abarrotado de fieles, con la presencia del Vicario General de la Archidiócesis, Muy Rev. D. Benjamín Barila, el Prior Provincial de Hispania, Fr. Jesús Díaz Sariego, el secretario de Provincia, Fr. Juan Carlos Cordero llegados de España, numerosos sacerdotes, religiosos/as y fieles de las parroquias de procedencia de los ordenandos: el Inmaculado Corazón de María y Santa Maravillas de Jesús. Se inició con una procesión que partía del obispado, entrando solemnemente a la catedral.
Tras la presentación de los candidatos y la lectura de las dimisorias de Fr. Jesús Molongua, el Arzobispo, en su homilía, nos recordó que él celebraba ese mismo día el vigésimo octavo aniversario de ordenación sacerdotal. En su alocución invitó a los ordenandos Fr. Jesús Molongua y D. Antonio Monsuy, que frente al confusionismo y desorientación reinante y la corrupción, es preciso estar bien anclado en la doctrina y llevar a Jesús a los corazones. Insistió que en su ministerio: ¡Ven Jesús!, debe constituir la constante invocación. ¡Ven Jesús! a mi alma, ¡Ven Jesús! a dar sentido a mi vida y a la vida de quienes me confías. ¡Ven Jesús! a hacer desaparecer las confusiones y toda corrupción.
Tras el credo, el canto de las letanías en latín, la imposición de las manos y la oración consecratoria del Arzobispo, el Prior Provincial ayudado por el secretario de Provincia vistió la casulla al nuevo sacerdote, no faltaron las emociones y los aplausos de los asistentes. Fr. Jesús Molongua se convertía así en el quinto fraile guineano sacerdote, tras Fr. Roberto Okón, Fr. Salvador Nguema, Fr. Salvador Becoba, Fr. Jesús Ndong, esperando que pronto sea el momento para Fr. Esteban Nko y otros…
Las palabras de agradecimiento de estos jóvenes al final de la celebración; así como remate final, no pudo faltar el baile en la larga presentación de las ofrendas; porque la eucaristía es vida, es donación, es alegría y felicidad. Los coros no defraudaron, los cantos en lengua vernácula marcaban los ritmos de los bailes y la alegría desbordante en los corazones, que sólo se vive en África. Porque África es esto: vida, color, alegría, esperanza, sueño, apertura y trascendencia.
Al final de la celebración, el besamanos a los recién ordenados, el tentempié en el obispado y la gran recepción en la parroquia de Santa Maravillas de Jesús, cerraron una jornada inolvidable para la vida de este nuevo predicador-sacerdote de la gracia, de esta comunidad San Martín de Porres, de los hijos de Santo Domingo de Guzmán en Guinea Ecuatorial, que está creciendo en esta latitud del mundo.
Fr. Roberto OKÓN POCÓ, OP