Fr. Juan Manuel Febles Calderón OP, un nuevo diácono en la Orden de Predicadores
Mons. Juan Jose Larrañeta ordenó al dominico el sábado 22 de enero, en la Basílica de Atocha
El pasado sábado 22 de enero la Real Basílica de Ntra. Sra. de Atocha de Madrid acogió la ordenación diaconal de Fr. Juan Manuel Febles Calderón, O.P. por la imposición de manos y la oración consecratoria de Mons. Juan Jose Larrañeta Olleta, O.P., obispo emérito del vicariato apostólico de Puerto Maldonado (Perú).
Además del Obispo, acompañaron a Fr. Juan Manuel: el prior provincial de la Provincia de Hispania, fray Jesús Díaz Sariego; el prior del convento de Atocha, fray Iván Calvo, multitud de frailes dominicos, familiares, amigos y otros miembros de la Familia Dominicana. La ceremonia también ha sido transmitida en directo por YouTube y ha sido seguida desde distintos países, sobre todo desde República Dominicana, España y Estados Unidos.
El secretario de la Provincia, Fr. Juan Carlos Cordero, dio paso al comienzo de la celebración con unas palabras de agradecimiento al Obispo y a los presentes, tanto de forma física como desde la lejanía con sus ordenadores. En especial a la familia de Fr. Juan Manuel, desde El Seibo, y a los frailes del vicariato apostólico Pedro de Córdoba, en Cuba y República Dominicana. Cordero subrayó que el diácono es el servidor, “servidor de la Palabra para proclamarla y anunciarla. Y servidor de la caridad en la entrega a los más necesitados. Todo ello se traduce en un compromiso de vivir con más exigencia su seguimiento de Jesús”.
Una gracia especial
Durante la homilía, D. Juan José explicó que el diaconado está presente al comienzo de la Iglesia primitiva, “como lo dice la Carta de los Hechos de los Apóstoles, y que es lo que dice San Pedro: no nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos del servicio de las masas. Coged siete de vosotros hombres de buena fama, llenos de espíritu y sabiduría. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la Palabra”. Ahí estaba ya presente el diaconado con esas 7 figuras.
El Obispo señaló que para ser diácono es necesario poseer una serie de virtudes: estar lleno del espíritu Santo; tener buena reputación y un buen testimonio de vida; poseer el don de la sabiduría; cultivar el amor sincero, y solicitud por los pobres y los enfermos.
Por último Larrañeta contestó a la pregunta ¿Qué es lo que tiene que hacer el diácono y a qué se compromete? “Si es ordenado diácono es porque recibe una gracia especial. Esa gracia nos dice que el diácono debe ayudar al obispo y a los presbíteros en el anuncio de la Palabra. Puede predicar ya”.
Tras la homilía comenzó el rito de la ordenación: presentación y elección del ordenado, interrogatorio del ordenado, letanías de los santos, la imposición de manos con la invocación del Espíritu Santo y la oración de consagración.
Fr. Juan Manuel tuvo unas palabras de gratitud. De manera especial señaló a la gente que le seguía desde las redes sociales, a su familia y a los frailes que le han acompañado durante este tiempo de formación. Concluyó su acción de gracias pidiendo oraciones “En nombre de todos nosotros, en nombre de la comunidad, pedirles que sigan orando por mí y que me sigan acompañando en este proceso de ser fraile predicador de la gracia”.
Fr. Jesús Díaz Sariego dio un breve consejo al recién ordenado diácono: “Haz y profundiza en tu vida lo que hemos escuchado de la palabra de Dios. Analiza todas las cosas, y en profundidad, como también sabes hacerlo, y quédate con lo bueno. Ten en cuenta siempre esto en tu vida y seguramente que tu servicio será mucho más auténtico. Logrará transmitir a Dios, que es lo bueno y harás mucho bien a muchas personas”.