Fray Bernardo Sastre y fray Cecilio Molina, ordenados diáconos en la Basílica San Vicente Ferrer de Valencia
Por la imposición de manos del arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent
El pasado 20 de mayo, la Basílica San Vicente Ferrer en Valencia fue testigo de una emotiva ceremonia de ordenación diaconal, en la cual los frailes dominicos fray Cecilio Arturo Molina y fray Bernardo Sastre Zamora fueron ordenados diáconos por la imposición de manos del arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent.
La ordenación diaconal de fray Bernardo y fray Cecilio también marcó el inicio de su ministerio del diaconado transitorio. Este ministerio, dentro del camino hacia el sacerdocio, implica un período de preparación y servicio en el que los diáconos colaboran activamente en las comunidades, asistiendo a los presbíteros y realizando tareas pastorales específicas, como la predicación y la celebración de bautismos y matrimonios. Monseñor Benavent recordó que, este ministerio configurado con Cristo, representado en el altar, lo han de ejercer en la doble obediencia al obispo diocesano y al superior ordinario de la Orden de Predicadores.
Durante su homilía, el Arzobispo explicó que por la imposición de manos, los dos frailes se convertían en servidores de Cristo, «de ese Cristo que no vino a ser servido, sino a servir y dar la vida en rescate por muchos. Lo haréis durante un tiempo en el orden de los diáconos». Las palabras del Evangelio tienen hoy un significado especial: «Son un programa para toda una vida. Habéis sido llamados a seguir y servir al Señor. Y tenéis que vivir este servicio como lo vivió él, que no vino para ser servido, sino para servir y dar la vida. Nuestra vocación no es un liderazgo para que los cristianos nos sigan y nos sirvan a nosotros, sino para que sigan al Señor», añadió.
Benavent aprovechó para resaltar los compromisos asumidos por los diáconos. Los exhortó a ser servidores de la Iglesia y la comunidad, a través de la predicación de la Palabra de Dios: «Os consagráis también hoy al servicio del Evangelio, algo que es constitutivo del carisma de la orden de predicadores. La predicación formará parte esencial de vuestro ministerio. Preparadla para que aquello que resuenen al corazón de los fieles sea siempre la palabra del Evangelio y no vuestra propia palabra»; la asistencia en la liturgia: «El servicio del altar en la liturgia de la Iglesia nos recuerda que aquel que salva al mundo es Cristo, que realiza la obra de la redención, sobre todo en los sacramentos. Forma parte de vuestro ministerio custodiar el tesoro de la liturgia»; el celibato: «nos capacita para amar cada día más al Señor y también a nuestros hermanos, de los cuales nos hacemos servidores»; la obediencia: «es un signo de humildad y también de generosidad. La obediencia en la Iglesia es un acto de comunión», y la promoción de la caridad y la justicia. Destacó la importancia de su ministerio como una vocación al servicio del prójimo y una llamada a vivir el Evangelio con humildad y entrega en plenitud.
La ordenación diaconal de nuestros hermanos es motivo de alegría y celebración para la Provincia. Estos nuevos diáconos, con su compromiso y dedicación, continuarán sirviendo a Dios y a la Iglesia, llevando la luz del Evangelio a quienes más lo necesitan.