Fray Ronald Fajardo realiza su profesión solemne en Salamanca
Realizó la profesión solemne el pasado sábado en la capilla de Sotomayor de los Dominicos de San Esteban
El pasado sábado 2 de diciembre, Fr. Ronald Anibal Fajardo Torres, hijo de la provincia de San Vicente Ferrer en Centroamérica y asignado al convento de San Esteban de Salamanca por estudios de especialización, ha realizado la profesión solemne. El fraile se ha consagrado a Dios para vivir hasta la muerte según el carisma de Santo Domingo de Guzmán: la pasión por la verdad. Ha sido una celebración solemne y muy emotiva, que ha contado con la participación de muchos frailes, algunas religiosas, compañeros de pastoral, y numerosos amigos que llegaron a Salamanca, al convento de San Esteban, para acompañarlo en estos momentos tan especiales. Las procedencias eran diversas: Madrid, Valladolid, Palencia, Valencia (lugar del estudiantado), Córdoba y otros lugares de España.
Fr. Ronald se ha sentido también acompañado a través de las redes sociales: familiares y amigos al otro lado «del charco» han acompañado la hermosa celebración con su oración personal a distancia. El vídeo ha sido retransmitido en directo por Facebook, y numerosos internautas han podido beneficiarse de este servicio virtual.
Respecto a la liturgia, fue tomada de la fiesta de la Virgen del Rosario, no solo por ser patrona de Guatemala (lugar de nacimiento de Fr. Ronald), sino también por la protección y patrocinio que Nuestra Señora ofrece a la Orden de los dominicos. Además, un coro acompañado por guitarra y órgano adornó la ceremonia con hermosos cantos, en ocasiones con aires hispanoamericanos. En la homilía, el prior provincial de Hispania, Fr. Jesús Díaz Sariego, animaba al profesando a no tener miedo, como María ante el anuncio del ángel, y escuchar las inspiraciones que Dios suscita constantemente en el corazón. Y es que el voto de obediencia solo puede vivirse desde un auténtico honor personal.
Hacia el final el ya profeso solemne expresó de forma no poco emotiva su gratitud hacia su familia, amigos, formadores y provincias de Centroamérica e Hispania, por el acompañamiento fraterno ofrecido hasta el momento, y a Dios y a la Virgen del Rosario por la consagración de su persona a la misión y servicio del Evangelio de Cristo.